En el siglo XIX, Gunter Dreyer
descubrió una lápida con un escorpión
esculpido, junto con el Halcón Horus:
símbolo de realeza.
Era el Rey Escorpión, que se supone
reinó hacia el 3100 a. C, en la época en
la que el Alto Egipto conquistó el Bajo:
época importante de unificación.
No obstante, hay dudas acerca de su
existencia, incluso: leyenda o realidad?.
Pero lo que sí parece es que conquistó
Hieracómpolis (Nejen),
transformándose en el gobernante
dominador del país.
El nombre “Escorpión”, pudo ser
debido a una comparación del rey con
la resistencia que tiene ese “bichito” en
el desierto, perpetuamente seco e
inhóspito. Y además, por su destreza
como guerrero en las batallas…
(¿habéis visto batirse a un escorpión
alguna vez? Es espectacular…).
De cualquier forma, en los anales, es
considerado como el primer rey de
Egipto.
Se encontró una talla de “Horus
Escorpión” con una azada en la mano:
símbolo estrechamente relacionado
con los ritos religiosos sobre la
apertura de los diques tras las
inundaciones del Nilo, junto con el
primer surco en el campo.
Importantísimo y esencial es la
agricultura en Egipto, lo es todo, y
relacionarla con el rey, algo
característico.
Existen dos tumbas en Umm el- Qaab,
de dos reyes Escorpión: I y II;
presumiblemente fueron padre e hijo,
aunque el II es el que nos ocupa en
este caso concreto: nuestro Horus
Escorpión, al que sucedió Ka, del que
menos se sabe aún… hablamos de
tiempos muy remotos, y apenas hay
testimonio, pero personalmente,
pienso que existió.