27/9/15

Douleur d'amour Elegy

William-Adolphe Bouguereau
1899
Colección privada.

Werner Bischof

Werner Bischof nació en Suiza en 1916, estudió fotografía con Hans Finsler en la Escuela de Artes y Oficios de Zurich y luego abrió un estudio de fotografía y publicidad.
En 1942 se transformó en reportero independiente para la revista Du y formó parte del grupo de artistas Allianz.
Bischof recibió reconocimiento internacional luego de la publicación en 1945 del reportaje sobre la devastación causada por la Segunda Guerra Mundial, que realizó en el sur de Alemania, Francia, Luxemburgo, Bélgica y Holanda.
Los años siguientes, Bischof viajó a Italia y Grecia por encargo de Swiss Relief, una organización dedicada a la reconstrucción de post-guerra. En Milán conoció a su esposa, Rosellina Mandel.
En 1948 fotografió las Olimpíadas de Invierno, en Saint Moritz, para la revista Life. Luego de realizar viajes a Europa del Este, Finlandia, Suecia y Dinamarca, completando la documentación fotográfica de la post-guerra en Europa, trabajó para Picture Post, The Observer, Illustrated y Epoca. Fue el primer fotógrafo en unirse a Magnum como miembro fundador en 1949.
En 1951 fue enviado por la revista Life a registrar el hambre en la India y su reportaje sobre la situación en la ciudad de Bihar le trajo reconocimiento internacional.
Pasó luego a Japón, donde permaneció un año, y más tarde a Corea, Hong Kong e Indochina. En este último territorio permaneció tres meses como corresponsal de guerra para París Match.

Una carta que le enviara el legendario fotógrafo húngado Robert Capa en 1951 muestra el respeto que Bischof despertaba en sus propios colegas: "Mi querido Werner: Tus rollos fueron revelados y aún a primera vista parecen fantásticos. Nuestro celoso Haas está a mi lado editando con cuidado profesional y celo personal (estaba esperando que diga que eso no es verdad, pero no dijo nada). Se como te sientes sobre tu historia y es exactamente como nos sentimos todos cuando fotografiamos un episodio grandioso en la historia, sentimos que debiéramos hacer más y mejor. Pero lo que tienes es tan poderoso y tan bueno, que no pienso que valga la pena ir más allá. Con afecto, Capa".

En el otoño de 1953 Bischof produjo una amplia serie de fotografías a color de los Estados Unidos. Allí permaneció cuatro meses documentando las nuevas autopistas en varios estados. Al año siguiente viajó a Méjico y a Panamá, y luego a una zona remota del Perú, donde se involucró en la realización de una película. Bischof murió trágicamente en un accidente automovilístico en los Andes peruanos, el 16 de Mayo de 1954, tan solo nueve días antes que el fundador de Magnum Robert Capa, perdiera su vida en Indochina.

Imagen: El hambre en las calles de Patna.
India 1951

Un monje y un suicidio

El pintor de retratos austriaco Joseph Aigner (1818 – 1886) era una persona que desde su más tierna infancia estaba obsesionado con la idea de suicidarse. Cuando tenía dieciocho años intento colgarse de un madero, pero un misterioso monje capuchino consiguió salvarle en el último momento. Unos cuantos años después, a los veintidós, otra vez intentó colgarse y de igual manera el mismo monje salió en su rescate. Pasado algún tiempo, nuestro retratista se metió en política, con tan mala suerte, que fue acusado de traición y condenado a ser ahorcado. Pero cuando todo estuvo dispuesto, y Joseph había subido al cadalso, nuevamente apareció el increíble monje el cual convenció a las autoridades para que no lo mataran. Aquí me queda la duda si el pintor se sintió defraudado al no poderse cumplir su sueño mortal. Sea como fuere, a los sesenta y ocho años, Joseph Aigne ¡al fin consiguió suicidarse!
Abandonó su propósito de ahorcarse y se pegó un tiro en la cabeza. Pero lo que no sabía Joseph es que a su entierro acudió mucha gente a ver si había muerto de verdad. Entre las personas que presidieron el entierro, como era costumbre, había un monje, y claro está este no podía ser otro que el enigmático monje capuchino, cuya verdadera identidad nunca se supo.

Dvergatal

Los Dvergar (sing. Dvergr) esenciales en la mitología nórdica, se vinculan a la piedra, la tierra, el trabajo del metal, la tecnología, la sabiduría, la suerte, la muerte y la codicia. Se les llamaba también Svartálfar o Dokkálfar (elfos negros u oscuros).
Una teoría dice que estos seres en la mitología nórdica eran del tamaño humano hasta que “encogieron” a partir de las sagas legendarias del siglo XIII, como motivo de burla. De ahí el término inglés Dwarf, que originariamente significa “torcido”, “deforme”, otra en cambio cree que eran así desde el principio ya que creen que el origen de dicha palabra deriva del protogermánico dweraz, y este del protoindoeuropeo dhwegwhos que viene a significar “algo pequeño”. Estas criaturas tenían la facultad de cambiar de forma y tamaño a voluntad, aunque parece que su forma normal era de piel pálida, casi cadavérica, cabellos y barbas negros y de complexión extremadamente delgada. En el Völuspá (La Profecía de la Vidente), primer y más conocido poema de la Edda poética, en la sección Dvergatal (sobre enanos), divide a los enanos en tres tribus:
- La tribu de Mótsognir (primer enano nacido)
- La tribu de Durin (segundo enano
nacido)
- La tribu de Dvalin (padre de la escritura de los enanos: las runas)
Según el Völuspá, Mótsognir (el del feroz rugido) y Durin (el durmiente) nacieron de forma espontánea cuando Odín y sus hermanos crearon el mundo a partir del cuerpo del gigante Ymir. Como se formaron en las entrañas del cuerpo estaban hechos de piedra y tierra. Los dioses les concedieron inteligencia y apariencia humanas, ya que en principio eran gusanos.
Según este poemario eran feos, pequeños en estatura y temerosos de la luz, ya que les podía convertir en piedra. Su reino era el reino subterráneo de Nidavellir (campos oscuros), uno de los nueve mundos del árbol-mundo Yggdrasil. Fueron ellos los artífices del martillo Mjolnir de Thor, la lanza Gungnir de Odín, el anillo mágico Draupnir o el collar Brisingamen de Freyja, entre otras maravillas.

La peonza

Un filósofo solía ir a donde los niños jugaban. Veía a uno de ellos que tenía una peonza y se ponía al
acecho. Apenas giraba la peonza, el filósofo la perseguía para cogerla. Que los niños gritaran e intentaran apartarle de su juguete, no le importunaba lo más mínimo. Si lograba coger la peonza mientras giraba, era feliz, pero sólo un instante, luego la arrojaba al suelo y se iba. Creía que el conocimiento de una pequeñez, por lo tanto también, por ejemplo, de una peonza girando, bastaba para alcanzar el conocimiento general. Por eso mismo no se ocupaba de los grandes problemas, lo que le parecía antieconómico; si realmente llegaba a conocer la pequeñez más diminuta, entonces lo habría conocido todo, así que se dedicaba exclusivamente a conocer la peonza.

Franz Kafka, “La peonza” (1920).

17/7/15

Rembrandt

“La vejez es un estorbo para la creatividad pero no puede aplastar mi espíritu juvenil.”
Rembrandt

Rembrandt Harmenszoon van Rijn
(Leiden, 15 de julio de 1606- Ámsterdam, 4 de octubre de 1669) Fue un pintor y grabador holandés.
La historia del arte le considera uno de los mayores maestros barrocos de la pintura y el grabado. Su aporte a la pintura coincide con lo que los historiadores han dado en llamar la edad de oro holandesa.

La locomotora humana

Fragmento del libro "Correr" de Jean Echenoz

"Hay corredores que parecen volar, otros bailar, otros desfilar, otros parecen avanzar como sentados sobre las piernas. Algunos dan tan sólo la impresión de ir lo más rápido posible a donde acaban de llamarlos. Emil, nada de todo eso.
Emil parece que se encoja y desencoja como si cavara, como en trance. Lejos de los cánones
académicos y de cualquier prurito de elegancia, Emil avanza de manera pesada, discontinua, torturada, a intermitencias. No oculta la violencia de su esfuerzo, que se traduce en su rostro crispado, tetanizado, gesticulante, continuamente crispado por un rictus que resulta ingrato a la vista. Sus rasgos se distorsionan, como desgarrados por un horrible sufrimiento, la lengua fuera intermitentemente, como si tuviera un escorpión alojado en cada zapatilla de deporte. Está como ausente cuando corre, tremendamente ausente, tan concentrado que ni parece estar cuando está ahí más que nadie, y su cabeza, encogida entre los hombros, sobre el cuello siempre inclinado hacia el mismo lado, se balancea sin cesar, se bambolea y oscila de derecha a izquierda.
Puños cerrados, contorsionando caóticamente el tronco, Emil hace también todo tipo de cosas con los brazos. Cuando todo el mundo os dirá que se corre con los brazos. A fin de propulsar mejor el cuerpo, los miembros superiores deben utilizarse para aligerar las piernas de su propio peso: en las pruebas de fondo, el mínimo de movimientos con la cabeza y brazos mejora el rendimiento. Pues Emil hace exactamente lo contrario, parece correr sin que le importen los brazos, cuya impulsión convulsiva arranca de demasiado arriba, describiendo curiosos desplazamientos, a ratos alzados o proyectados hacía atrás, colgando o abandonados a una absurda gesticulación, y sacude también los hombros levantando exageradamente los codos como si transportase una carga demasiado pesada. Mientras corre parece un boxeador luchando contra su sombra, por lo que todo su cuerpo se asemeja a un mecanismo descompuesto, dislocado, doloroso, salvo por la armonía de sus piernas, que muerden y mastican la pista con voracidad. En suma, no hace nada como los demás...."
Jean Echenoz. Correr. Anagrama, 2010)

23/6/15

En memoria de HUGO BLANCO (1940-2015)

“El músico, compositor, intérprete, productor y arreglista venezolano Hugo Blanco, autor de clásicos como ‘Moliendo café’ y ‘El burrito sabanero’, y productor de agrupaciones musicales como Las cuatro monedas, falleció en la madrugada del domingo.
Nacido en Caracas, el 25 de septiembre de 1940, es a los doce años, contó en una entrevista, que despertó el interés de Hugo Blanco por la música. Primero por el cuatro. Y luego por el arpa, que aprendió a tocar viendo a los maestros Juan Vicente Torrealba, José Romero Bello, Miguel Rodríguez, Cándido Herrera y Amado Lovera, y que se convertiría en su instrumento vital.
El tema ‘Moliendo Café’, sin duda uno de los emblemas musicales de Hugo Blanco, la compuso el 19 de diciembre de 1960. Fue en esa misma década, los sesenta, que grabó varios larga duración y descubrió además a un nuevo talento, Simón Díaz, con quien publicó otros tantos discos.
Mientras que ‘El burrito sabanero’ lo compuso en 1975, a manera de encargo para un disco dedicado al personaje televisivo El Topo Gigio.  Solo que, por cuestiones del azar, el tema nunca fue incluido en el acetato. Así que meses después Blanco y Simón Díaz deciden publicarlo en sus populares discos de gaitas, donde pasó totalmente desapercibido.
Hasta que en los setenta Hugo Blanco decide formar el grupo infantil La Rondallita, cuyos niños pertenecían al Coro de Niños de Venezuela, y graban el tema junto con la voz de Ricardo Cuenci, co quien la pieza se convierte en un gran éxito.
En esa misma década, los setenta, Blanco graba con el humorista venezolano Joselo, hermano de Simón Díaz. En 1978 contrae matrimonio con Ana Isabel Aranguren Mancebo, con quien tuvo tres hijos varones: Hugo David, Hugo César y Hugo Raúl Blanco Aranguren. Y en la década de los ochenta trabajó con las cantantes Tania y Rosa Virginia Chacín, fundó el grupo Los Hijos de Ña Carmen”.

“El Universal”. Caracas, 14 de junio
de 2015.

Despierte el alma dormida

Jorge Luis Borges afirmó una vez que un libro no existe hasta que no da con su lector. Subrayemos el carácter individualísimo que allí se le está dando a esa relación. Es como si cada lector fuera único y responsable de la existencia de ese libro, no importa que miles de ediciones de ese mismo libro se hayan publicado a través de los siglos. La frase de Borges me sugiere, por ejemplo, que también El Quijote, El origen de las especies o La democracia en América deben dar con “su” lector, y que sólo entonces esos libros empezarán a existir en el mundo de una persona.
Se entiende que no hablo aquí de esa otra forma de existencia “consagrada” que ofrecen los catálogos bibliográficos, las antologías, la historia o los manuales de una disciplina, ni hablo de la celebridad o la fama póstuma, ni de la enorme variedad de etiquetas culturales que sirven de relleno o de barniz a nuestras habitaciones mentales. Si vamos a hablar de la relación única con un lector, hay que dejar fuera todo lo relativo a la industria o al mercado del libro. No interesa aquí el número de lectores que tiene un libro, ni el tiempo que pasa en la mesa o la vitrina de las librerías, ni los premios que gana.
Hablo de un leer que no cabe en ninguna campaña de promoción de la lectura “en general”. Más bien, se trata de tomar distancia frente a cierto consumismo cultural que invita a leer libros como quien compra cereales, vitaminas o detergentes. Se trata, también, de sospechar de antemano de todo programa que de manera abierta o encubierta atrofia la conciencia del lector con criterios pedagogizantes y/o ideologizantes.
Quiero hablar de lo que impulsa, sostiene y prolonga esa relación única entre un libro y su lector.
Una película reciente, “El lector” (The Reader ), roza este asunto; nos muestra un alma que despierta escuchando la voz que encierran los libros: Habla, Musa, de aquel hombre astuto que erró largo tiempo después de destruir el alcázar sagrado de Troya… La voz que sale del libro es la que convierte en única esa relación; esa voz es la que se hace escuchar, la que habla al alma, la que crea una relación.
¿Será casualidad que relatar y relación tengan una misma raíz?
Creo que si nos olvidamos de las diferencias de género, todos los libros, cuando dan con su lector, rompen a hablar y a contar, comienzan a relatar algo, dejando salir una voz propia que establece una relación única y distinta con cada lector.
Tanto Borges como la película El lector cuando hablan de libros hablan sobre todo de literatura, pero tengo la impresión de que todo libro verdaderamente significativo es capaz de establecer esa relación personal y única. Es decir, todo libro que vale la pena, cualquiera sea su asunto o su género, esconde una voz y contiene un relato. Lo que se queda con nosotros de los libros de filosofía o de historia, aun de ciertos manuales escolares, es el peculiar acento o entonación con que nos exponen su saber. Pero es en la literatura donde hallamos esa capacidad mayor para despertar el alma humana. Son libros cuyo saber nos expone (nos descubre) ante nosotros mismos.
Creo que a esto se refería Kafka cuando anotaba que un libro debía ser como un hacha para el mar helado que hay en nosotros. En otra parte dice de la alegría de sentir un cuchillo que le escarba el corazón.
Sólo escuchando las voces de Homero, de Mark Twain, de Shakespeare, de Chejov… notaremos en el film la fuerza y la belleza del hachazo que recibe el mar helado de quien escucha esas lecturas, y sólo así la historia de este raro “lector” cobrará un sentido distinto al que la simple anécdota biográfica le otorga.
Pero esto no es una reseña cinematográfica y el film tiene un espesor que no intentaré desplegar.
Entre paréntesis: la película “El lector” vale la pena. Se hacen pocas películas así. Por eso no me sorprendió que el director de esta película fuera Stephen Daldry y que David Hare escribiera la adaptación de la novela de Bernhard Schlink (Der Vorleser,1995 ) ya que ambos realizaron aquella otra rara y notable película sobre literatura y vida: Las horas. Pero, ya lo dije, esto no es una reseña cinematográfica. Cierro el paréntesis.
No es fácil saber qué es lo que sentimos ante una obra de arte, ni siquiera es fácil saber si sentimos algo. Creo que la mayoría de las veces ni nos enteramos, pero algo dentro de nosotros está registrando eso que sentimos sin que nuestra conciencia se de por enterada. La voz del libro, esa voz que se dirige a cada uno de nosotros a través de los siglos, a la que seguramente no comprendemos del todo, roza al mismo tiempo nuestras sensaciones y nuestra memoria: acaricia y golpea, encanta y sorprende, aviva lo vivo en nosotros…
Aunque Marcel Proust no se imagine un hacha cuando escribe, su trabajo también socava y agrieta lo evidente:
Este trabajo del artista, ese trabajo
de intentar ver bajo la materia, bajo la experiencia, bajo las palabras, algo diferente, es exactamente el trabajo inverso del que, cada minuto, cuando vivimos apartados de nosotros mismos, el amor propio, la pasión, la inteligencia y también la costumbre, realizan en nosotros cuando amontonan encima de nuestras impresiones verdaderas, para ocultárnoslas enteramente, las nomenclaturas, los fines prácticos que llamamos falsamente la vida.
El asunto no es estar alfabetizados, el asunto es escuchar lo que se abre paso dentro de nosotros desde el libro. El asunto es el alma humana.
Esas voces la despiertan:
Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando
como se pasa la vida,

Y al despertar vemos el mar helado y el hacha… y comprendemos que eso de “humanizar” como que tiene dos filos.

Citas: Joge Luis Borges: “El libro”,
en: Borges Oral | Homero: La Odisea | Franz Kafka. Diarios | Marcel Proust: En busca del tiempo perdido (7.El tiempo recobrado)| Jorge Manrique: Coplas a la muerte de su padre

María Fernanda Palacios
Caracas, mayo, 2009

Fuente: prodavinci
Fotografía: Rafael Escovar León

22/6/15

El albatros

Por distraerse, a veces, suelen los marineros
Dar caza a los albatros, grandes aves del mar,
Que siguen, indolentes compañeros de viaje,
Al navío surcando los amargos abismos.
Apenas los arrojan sobre las tablas húmedas,
Estos reyes celestes, torpes y avergonzados,
Dejan penosamente arrastrando las alas,
Sus grandes alas blancas semejantes a remos.
Este alado viajero, ¡qué inútil y qué débil!
Él, otrora tan bello, ¡qué feo y qué grotesco!
¡Éste quema su pico, sádico, con la pipa,
Aquél, mima cojeando al planeador inválido!
El Poeta es igual a este señor del nublo,
Que habita la tormenta y ríe del ballestero.
Exiliado en la tierra, sufriendo el griterío,
Sus alas de gigante le impiden caminar.

Charles Baudelaire

20/5/15

Retrato de Giovanna Tornabuoni

Está pintada en témpera y resume perfectamente el espíritu de lo que significó el género del retrato en el Quattrocento florentino. Personajes de perfil completo sobre fondos neutros, elegantes, sofisticados y completamente verosímiles.
El fondo se estructura a través de estructuras geométricas: un eje axial en mitad del cuadro, ángulo recto para su brazo y una suave pirámide para el cuerpo. Todo ello traduce perfección ideal, que se hace eco en la alacena de fondo, toda ella construida con cuadrados y rectángulos.
Iconográficamente, los elementos que aparecen representados con absoluto realismo tienen una lectura religiosa y de la nobleza y virtud de la dama. Así, la hilera de cuentas de coral rojo simboliza el amor a Cristo, y las joyas y el libro, ilustran las aficiones de las jóvenes de buena familia.
También en el fondo, bajo el collar de cuentas, Guirlandaio introduce un letrero escrito en latín con el texto: "¿Podría el arte retratar su carácter y virtud? Ninguna pintura en el mundo podría ser más hermosa. 1488".
La joven falleció el mismo año en que el pintor florentino la retrató.

Retrato de Giovanna Tornabuoni. Museo Thyssen-bornemisza
Obra realizada en 1488 por
Domenico Guirlandaio.

Fuente: Museos del Mundo

Los Amantes de Teruel

La historia de amor de Isabel de Segura y Diego de Marcilla, los Amantes de Teruel, se remonta al siglo XIII. Él, era el segundo hijo varón de su familia, y por tanto, no tenía derechos de herencia; mientras que ella, era hija única de una de las casas más ricas de la ciudad. Bajo estas condiciones, su amor solo podía culminar si el joven era capaz de lograr las riquezas suficientes como para aportar una dote acorde a las demandas de la familia de Isabel. Así, el padre de Isabel le concedió a Diego un plazo de cinco años para tal fin, y éste se unió como soldado de fortuna a las tropas cristianas que luchaban contra la invasión musulmana con la promesa de volver rico. Mientras, Isabel aguardaba en Teruel, rechazando propuestas de matrimonio de muchos de los nobles de la ciudad y aplacando los deseos de su padre de que contrajera matrimonio cuanto antes.
Pasado el plazo dado, y sin noticias de Diego, Isabel contrajo matrimonio, sin saber que Diego llegaría al día siguiente a la ciudad repleto de riquezas. Al saber que su amada ya había sido desposada por otro, Diego tan sólo se atrevió a entrar en los aposentos de los recién casados para pedirle a su amada un primer y último beso. Ella se lo negó, dada su condición de mujer casada, y él, ante tal desprecio, cayó muerto. Al día siguiente, en los funerales de Diego y consciente de su desgracia, Isabel se acercó al cuerpo sin vida de su amado y, como reza la tradición, "le dio en muerte el beso que le había negado en vida" para, inmediatamente, morir al lado de su amor. Conocida su historia, los restos de los amantes fueron enterrados juntos en una de las capillas de la Iglesia de San Pedro.

Imagen:
"Los Amantes de Teruel"
Antonio Muñoz Degrain
Museo del Prado, Madrid

Últimas palabras de una asesina

Lavinia Fisher fue la primera asesina en serie de Estados Unidos. Ella y su esposo fueron condenados por matar a docenas de personas. Antes de morir colgada sus ultimas palabras fueron: "Si alguien tiene un mensaje para el diablo que me lo diga ahora porque lo veré muy pronto."

6/5/15

Armengola

Cuenta la leyenda que allá por principios del siglo XIII, la ciudad de Orihuela estaba invadida por musulmanes. En el castillo de esta ciudad, vivía el alcaide Benzaddon con su familia. Hermenegilda-Eugenia, alias «La Armengola», era la nodriza de los hijos de Benzaddon, por este motivo ella tenía acceso libre al Castillo de Orihuela. Un día, los mudéjares locales se reunieron con los del Reino de Murcia para asesinar a los cristianos residentes en la mozarabía del Arrabal Roig. Se concretó que dicha matanza se llevaría a cabo el 16 de julio. La Armengola era cristiana, pero Benzaddon le contó sus planes para que fuera a refugiarse al castillo junto con su familia. La Armengola decidió advertir de los planes del alcaide al pueblo cristiano de la masacre que iba a cometer. Así pues, en la noche del 16 de julio disfrazó a dos robustos jóvenes llamados Aruns y Ruidoms para que parecieran sus hijas. De este modo, llegaron al castillo y entraron, emprendiendo a cuchillazos contra todos los que se encontraban por el camino hasta llegar a Benzaddon. Al asesinarle, tomaron el castillo. Al ser al día siguiente el de las Santas Justas y Rufina, patronas de Orihuela, se colocaron dos luceros en el castillo en su honor, y también para avisar al pueblo oriolano de que era libre. Al día siguiente, 17 de julio, Jaime I de Aragón terminaría por echar a los musulmanes de Orihuela. Desde entonces, el 17 de julio es el día en el que se conmemora la hazaña de esta mujer guerrera y de la Reconquista de Orihuela.

Fuente: http://es.wikipedia.org/

Ladrones de la antigüedad - Autólico

Autólico era hijo del dios Hermes. Fue precisamente su padre quien le otorgó el poder de robar sin ser jamás sorprendido. Algo que seguramente hoy en día estaría muy cotizado en ciertos círculos. El caso es que con tal poder se dedicaba a robar a diestro y siniestro con absoluta impunidad cualquier cosa que se le pusiese a tiro. Más que nada por que podía hacerlo, ya que luego solía regalar a otros lo hurtado. Como por ejemplo el casco de cuero que Ulises luce en Troya. Autólico se lo había quitado a Amintor. A Hércules le enseña el arte de la lucha, y tampoco duda en ayudar a su nieto Jasón cuando este se embarca en busca del Vellocino de Oro. Se le apoda El Príncipe de los ladrones.
Imagen: Autolycus, cuadro de Charles Robert Leslie
Fuente: labrujulaverde

3/3/15

HEMINGWAY Y LAS PALABRAS

No es extraño que los hijos quieran parecerse a los padres, más cuando estos tienen una personalidad arrolladora y son bendecidos por el éxito; precisamente fue eso lo que parece que le ocurrió a Patrick Hemingway (1928), el segundo hijo del escritor de "El viejo y el mar", que además de convertirse en un solvente cazador y regentar durante más de diez años un negocio de safaris en África, también intentó hacer sus pinitos como escritor.
Cierto día entregó a su padre un escrito con la intención de que lo corrigiese y le aconsejase sobre el mismo. Ernest, solícito, se dedicó a la lectura del manuscrito de su hijo y cuando lo terminó solo había encontrado la necesidad de cambiar una sola palabra.
Su hijo no se tomó la rectificación muy bien y reprochó a su padre el cambio achacándolo a una falta de atención por su parte a su trabajo: "¡Sólo me has cambiado una palabra!" le dijo un tanto ofuscado, a lo que el gran Ernest Hemingway le contestó: "¡Si, pero una sola palabra es más que suficiente para dar sentido a todo un texto!"

HIMNO AL DESACATO

Pienso violar todas las leyes,
los órdenes, los ritos, los sistemas.
Voy a treparme a un árbol
y a patear cientos de piedras,
y caminando boca abajo
quizá le vea el trasero
a este mundo embalsamado
donde todo lo que brilla apesta.
Quiero robarme un manojo de estrellas,
pintar la luna de verde
y al sol ponerle una careta.
Así, cuando me tomen de la mano
y me lleven a una celda,
cantaré un himno al desacato,
me pondré las rejas en los ojos
y entonces quedarán encerrados los de afuera.

Viviane Nathan

Nenúfares

El lago azul de los bosques
cargado está de nenúfares;
temblando en círculos blancos
hace zozobrar la barca.
Y yo paseo a la orilla
como si estoy esperando
que ella surja de los juncos
y caiga dulce en mi pecho;
que saltemos a la barca,
que el agua nos balancee,
que se me escape el timón
y los ramos se me escapen;
que flotemos dulcemente
bajo el claror de la luna,
que el viento gima en los juncos
y el agua ondulando cante.
Pero ella no llega… Solo,
en vano sufro y suspiro
junto al lago azul cargado
de la flor de los nenúfares.

Mihai Eminescu: “El lago” (1876)
Imagen: “Nenúfares” (1916), óleo de
Claude Monet.

FOTOGRAFÍAS TUYAS

Te encuentras rodeado de fotografías tuyas
Aquí estás tan joven y hermoso
Aquí tú estás con una esposa o dos
Aquí estás, tan feliz y más de lo que esperabas
Rodeado de fotografías tuyas
Tus paredes están cubiertas
No hay espacio
Y es una lástima, porque eres un rostro hermoso
Y tan idolatrado
¿Alguna vez te has cansado
De mirar tus propias fotografías?
El foco te ilumina, golpea desde arriba
Y tus fans te están gritando palabras de amor
Tú estás siempre tan ocupado
¿No te has mareado
De mirar tus propias fotografías?

Leonard Simon Nimoy (26 de marzo de 1931 – 27 de febrero de 2015). Actor, director, fotógrafo y poeta. “Larga vida y prosperidad” Sr. Spock

Texto e imagen de Leonard Nimoy.
Traducción al castellano por cortesía del poeta costarricense Ronald Campos López y Emma Othegy.

LA COPA DE PITÁGORAS

Se dice que el sabio filósofo Pitágoras, allá por el 530 a.C., inventó una copa para moderar el consumo de alcohol entre los trabajadores de las obras de abastecimiento de aguas en la isla de Samos. Ofrecía a cada uno su copa y les indicaba que solamente podían servirse hasta la línea marcada con hilo de oro.
Ese era el límite para que todos pudiesen beber por igual la misma moderada cantidad. Así lo fueron haciendo hasta que alguien entre todos pensó que merecía más que los demás y se sirvió el preciado licor por encima de la raya. Entonces la copa se vació por su base dejando al insolidario trabajador sin su ración. Pitágoras había inventado una copa que castigaba la codicia y premiaba la equidad. Los obreros la llamaron la copa de la justicia o también la copa de la igualdad.
En realidad esta copa, o Vaso de Tántalo es un recipiente con un cilindro en medio que aplica el sencillo principio de los vasos comunicantes que ya era conocido antes de que Pitágoras le “inventase”. Hay quien atribuye su diseño al mismísimo Arquímedes, pero la hidrostática ya era conocida antes de la época de Pitágoras.
Consiste en un vaso o copa con un cilindro en su interior que posee un tubo interno con un orificio dentro, cerca de la base del vaso. El tubo sube por el interior de la columna hasta la parte superior, y vuelve a bajar hasta salir, por otro orificio en la parte baja de la copa, al exterior. Por este segundo orificio es por donde se va a escurrir el contenido de la misma cuando el nivel del líquido lo permita. Al añadir agua al vaso, ésta permanece en su interior hasta que se supera el nivel en el que el tubo interno de la columna central gira 180 grados, momento en que la copa se vacía por completo. Esto ocurre porque al llenarse la copa, también se llena el tubo, desplazando el aire que se alojaba en su interior. En el momento en que el agua del tubo empieza a caer, todo el líquido que hay en el vaso le sigue, dejándolo vacío. Es el mismo sistema que utilizamos en los desagües de nuestras casas, y que llamamos sistema de sifón.
Pero en estos tiempos de avaricia y falta de solidaridad social, es bueno recordar lo que la física y la filosofía nos enseñan: Todos podemos disfrutar de los bienes que la sociedad posee mientras alguien no de un “giro de 180 grados” con su avaricia y codicia, y acabe convirtiendo una copa medio llena en un recipiente completamente vacío.

8/2/15

Virginia Woolf

Adeline Virginia Woolf (Stephen de soltera); (Londres, 25 de enero de 1882 – Lewes, Sussex, 28 de marzo de 1941) fue una novelista, ensayista, escritora de cartas, editora, feminista y escritora de cuentos británica, considerada como una de las más destacadas figuras del modernismo literario del siglo XX.
Durante su vida, sufrió una enfermedad mental hoy conocida como trastorno bipolar. Después de acabar el manuscrito de una última novela (publicada póstumamente), Entre actos, Woolf padeció una depresión parecida a la que había tenido anteriormente. El estallido de la Segunda Guerra Mundial, la destrucción de su casa de Londres durante el Blitz y la fría acogida que tuvo su biografía sobre su amigo Roger Fry empeoraron su condición hasta que se vio incapaz de trabajar. El 28 de marzo de 1941, Woolf se suicidó. Se puso su abrigo, llenó sus bolsillos con piedras y se lanzó al río Ouse cerca de su casa y se ahogó. Su cuerpo no fue encontrado hasta el 18 de abril. Su esposo enterró sus restos incinerados bajo un árbol en Rodmell, Sussex.

En su última nota a su marido escribió:
"Siento que voy a enloquecer de nuevo. Creo que no podemos pasar otra vez por una de esas épocas terribles. Y no puedo recuperarme esta vez. Comienzo a oír voces, y no puedo concentrarme. Así que hago lo que me parece lo mejor que puedo hacer. Tú me has dado la máxima felicidad posible. Has sido en todos los sentidos todo lo que cualquiera podría ser. Creo que dos personas no pueden ser más felices hasta que vino esta terrible enfermedad. No puedo luchar más. Sé que estoy arruinando tu vida, que sin mí tú podrás trabajar. Lo harás, lo sé. Ya ves que no puedo ni siquiera escribir esto adecuadamente. No puedo leer. Lo que quiero decir es que debo toda la felicidad de mi vida a ti. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirlo — todo el mundo lo sabe. Si alguien podía haberme salvado habrías sido tú. Todo lo he perdido excepto la certeza de tu bondad. No puedo seguir arruinando tu vida durante más tiempo. No creo que dos personas pudieran ser más felices que lo que hemos sido tú y yo."

AL OTRO LADO DE LAS MONTAÑAS

Alguien dijo que había ciudades para soñar
al otro lado de las montañas.
No dijo si estaban suspendidas en el aire,
sumergidas en las lagunas,
o perdidas en el corazón del bosque.
Los que allá fueron nada encontraron,
ni altas torres ni jardines
ni mujeres hilando en el atrio,
ni un muchacho aprendiendo a tocar la gaita.
Solo yo traje algo para seguir soñando
algo visto y no visto en la niebla de la mañana,
algo que era una flor o un mirlo de oro
o un pie descalzo de mujer,
un sueño de otro que se ponía a dormir en mi,
echado en mis ojos,
pidiéndome que lo soñase mas allá de las montañas,
donde no hay ciudades para soñar.
Y ahora mi oficio es soñar, y no se
si soy yo quien sueño, o es que por mi sueñan
campos, miradas azules, palomas que juegan con un niño,
o una mano pequeña y fría que me acaricia el corazón.

Álvaro Cunqueiro (1933): “Al otro lado de las montañas”, de “Poemas do si e non”

OSCAR WILDE Y LOS INGLESES

Hubo un tiempo en el que todo el mundo quería saber la opinión que sobre cualquier cosa tendría el siempre agudo Oscar Wilde, es por ello que un periodista le preguntó al ya famoso escritor cuáles eran, a su entender, las tres mayores glorias de Inglaterra. Oscar Wilde no era amigo de respuestas anodinas y buscando un poco el retruécano contestó con la dosis justa de ironía:
"Los ingleses tienen tres cosas de las que mostrarse orgullosos: el té, el whisky y un escritor como yo. Pero resulta que el té es chino; el whisky, escocés y yo soy irlandés"

2/2/15

Vierge moderne

No soy mujer. Soy un neutro.
Soy un niño, un paje y una osada
decisión,
soy un rayo risueño de un sol
escarlata...
Soy una red para todos los peces
golosos,
soy un brindis en honor a todas las
mujeres.
soy un paso hacia el azar y la ruina,
soy un salto en la libertad y en el
yo...
Soy el murmullo de la sangre en el
oído del hombre,
soy un escalofrío del alma, el ansia
y la negación de la carne,
soy el anuncio de nuevos paraísos.
Soy una llama inquisitiva e
intrépida,
soy agua, honda mas audaz hasta
las rodillas,
soy fuego y agua sinceramente
unidos por libre decisión.

Edith Södergran

1/2/15

EJECUCIÓN DE LADY JANE GREY, PAUL DELAROCHE. NATIONAL GALLERY DE LONDRES, 1834

Representa a Lady Jane Grey, nieta de Enrique VII y sobrina de Enrique VIII (pues era hija de María Tudor, hermana menor de Enrique VIII), que sube al trono de Inglaterra en 1553 a la muerte del joven rey Eduardo VI, su primo, que la nombra a ella en perjuicio de María, primogénita de Enrique VIII (por ser hija suya y de Catalina de Aragón) y por tanto hermanastra de Eduardo (a la postre hijo de Jane Seymour, tercera esposa de Enrique VIII). Tan sólo reinaría nueve días, al ser depuesta por la nueva reina católica María I, su prima, que vería en su condición de protestante una razón para la traición y la condena a muerte.
La visión del hecho se idealiza en su momento más dramático, el de su ejecución, mostrándonos entonces a la princesa en su aspecto más puro y hermoso, porque se convierte así en un símbolo de libertad e inocencia frente al arbitrio injusto del poder. Por eso lady Jane se representa de blanco (color de pureza) y además un blanco luminoso y resplandeciente, al destacar entre los tonos lúgubres que la rodean. Se la representa en plenitud de su belleza y en una escenificación dramática considerando su actitud de inocencia y las de sus acompañantes, sumidos todos ellos en el dolor y la pena, incluido el propio verdugo.
En este sentido también tiene su papel importante el elemento compositivo de la obra porque la propia posición de los acompañantes crea una composición abierta, en cuyo centro estalla llena de luz la figura de Lady Jane Grey.
Representación por tanto muy idealizada y poco consecuente con los acontecimientos reales porque lo más probable es que la reina fuera ejecutada al aire libre, concretamente donde se halla enterrada, en el patio que se abre frente a la capilla de St Peter ad Vincula; y que no fuera vestida de blanco, al contrario, y que hubiera muchos más testigos del acontecimiento de los que aparecen en el cuadro, porque tratándose de una reina habría un buen número de cortesanos y clérigos observando la ejecución.
Pero el efecto deseado se consigue plenamente y la figura de Lady Jane se eleva de esta forma a la categoría de icono político.
Plásticamente la pintura es una preciosidad. La nitidez de la que hace gala va más allá del mero objetivo descriptivo. La minuciosidad en el detalle, las calidades táctiles conseguidas y sobre todo el dominio de la luz, nítida, cristalina y brillante, son determinantes en la belleza del cuadro.
Pero sobre todo sobre la propia figura de la protagonista, tratada con tanta delicadeza por el pincel de Delaroche, como si el autor también se hubiera prendado de esta joven tan bella como infortunada.

Fuente: ARTECREHA

LA GRAN NIEBLA DE 1952...

Una de los grandes inconvenientes de la Revolución Industrial ha sido el alto nivel de contaminación que se produce en muchas de las ciudades del planeta.
Esta polución puede acarrear graves problemas de salud en los ciudadanos, e incluso llevarlos a la muerte sobre todo a personas que tengan problemas respiratorios. El caso de contaminación atmosférica más mortífera que se ha conocido hasta ahora se produjo a mediados del siglo XX en las Islas Británicas, en concreto en Londres.
Se trata de la Gran Niebla de 1952. A principios de Diciembre de ese año, llegó del norte un frente frio tan crudo que obligó a los londinenses a quemar grandes cantidades de carbón en masa para evitar morirse de congelación. La pega es que debido a las graves carestías que existían debido a la posguerra, la gente utilizó carbón de mala calidad, rica en azufre creando un enorme humo negro que terminó fusionándose con la típica niebla londinense (fog).
Esta niebla era tan densa que
obligó a las autoridades a clausurar el tráfico de la ciudad para evitar accidentes y cerrar las salas de cine y conciertos ya que además de que las personas casi no las podían encontrar, la niebla que se colaba por debajo de las ventanas o puertas impedía ver el espectáculo. Al principio se pensó que esta era una neblina algo atípica pero pasadas las semanas los médicos descubrieron que habían muerto ya 4000 personas, y al finalizar esta rareza atmosférica el número total de fallecidos sumó un total de 8000, en su mayoría debido a graves problemas respiratorios a los que se había añadido la gran polución habida.

El beso y el vino

"La forma de besar por primera vez a una mujer es como la cata a un buen vino, hay que hacerlo lentamente reteniendo el sabor de su boca entre labios antes de pasarlo al paladar. Después hay que degustar esa boca ajena en todas las combinaciones posibles, en las diferentes estaciones, en los lugares mas inimaginables y en los horarios mas distendidos. Porque el beso tal como el vino, necesita del aire para acentuar su sabor, del tiempo para mantenerlo y de la paciencia para añejarse. Hay amores que sólo nacen a través del primer beso y amores que son eternamente jóvenes por la magia de dos bocas buscándose por siempre"
- German Renko

Kahn el arquitecto

Arthur Kahn diseñó el Pasaje Zingg, el emblemático Edificio Altamira de la Plaza Francia , el del Instituto Anatomo-Patológico del conjunto de la Ciudad Universitaria de la UCV, el célebre Hotel Nacional. También la primera etapa del IVIC (Instituto
Venezolano de Investigaciones Científicas), el edificio BECO-Blohm de la esquina de Puente Yánez, la Torre Aco de Las Mercedes, entre tantos otros íconos de Caracas. A pesar de una obra arquitectónica tan relevante, son casi inexistentes los registros de su trabajo en los libros de historia de la arquitectura en Venezuela. Todavía hay quienes se preguntan quién es Arthur Kahn.
Un relato de vida. Kahn es venezolano por nacionalización, con casi 70 años de residencia en el país. Nació en Estambul, Turquía, el 10 de octubre de 1910. Es el segundo de dos hijos de una pareja de aristócratas turcos. Su temprana infancia la vivió junto a su hermano mayor, O. San, y sus padres, en la parte oriental de Estambul a orillas del Bósforo. Su primer idioma fue el
griego dado que en aquel entonces todas las niñeras en Turquía eran inmigrantes del país helénico. En 1915, poco después de estallar la Primera Guerra Mundial, Arthur Kahn, un niño de cinco años, se trasladó junto a su familia a Viena. En la capital austriaca recibió sus primeras clases de dibujo y piano. Descubrió su facilidad para expresarse gráficamente y su pasión por la música.
A la edad de 15 años ya dominaba el trombón, la guitarra, el piano y el bajo. Con 17 años, viajó a Suiza para concluir la secundaria. Hablaba griego, alemán e inglés y a partir de esta etapa se acostumbró a su nuevo idioma: el francés. Durante su estancia en el colegio alpino compartió clases con dos venezolanos: Alejandro Lara y Juan Liscano, a quienes llamaba "americanos del sur".
En 1932 trabajó como trombonista en la orquesta de la famosa cantante y bailarina americana Josephine Baker durante su gira por Austria. Años después sería ella, su amiga Josephine, la persona que salvaría a sus padres y a su hermano durante la invasión alemana a Francia. Ese gesto le permitiría huir con su familia a Venezuela.
A los 24 años se trasladó a Francia para iniciar sus estudios de arquitectura en la Escuela de Bellas Artes de París, en el prestigioso taller del profesor George Gromort.
Su vida de estudiante coincidió con la recesión previa a la guerra, por lo que se vio obligado a trabajar como mago y bailarín profesional de tap en cafés, cabarets y teatros de vaudeville parisinos para conseguir un dinero extra que le permitiera cubrir sus gastos. Se graduó de arquitecto en 1939, cuando inicia la Gran Guerra, y finalmente, en 1942, salió de Marsella con destino a Puerto Cabello.
Kahn, el arquitecto. Llegó a Venezuela en julio de 1942. En su primer empleo como músico duraría pocos meses, al ser contratado como dibujante de arquitectura en e Ministerio de Obras Públicas. "Un día encuentro al arquitecto Carlos Raúl Villanueva. Había sido contratado por el Ministerio de Obras Públicas para elaborar el proyecto de la Ciudad Universitaria.
Me propuso trabajar con él, renuncié al ministerio y me incorporé al equipo de Villanueva", recuerda a sus 100 años. Con Villanueva trabajó en las primeras proyecciones de la Ciudad Universitaria, en el diseño del Hospital Universitario y del edificio del Instituto de Anatomo-
Patología. En paralelo, Kahn fue contratado para el proyecto del Hotel Nacional (1947) de la avenida Bolívar, su primera gran obra en Venezuela, lamentablemente demolido, y aún recordado por el roof bar que diseñó para la terraza.
Eso ameritó una jornada intensiva.
"Trabajaba de día con Villanueva en el proyecto de la Ciudad Universitaria y de noche, en casa, en el proyecto del Hotel Nacional".
Inmediatamente surgieron otras oportunidades para Kahn y después de dos años de trabajo, dejó a Villanueva e inició su propia
compañía, Arquidec C. A. "Tenía entre manos muy buenos proyectos: además del hotel, inicié el Edificio Altamira para Luis Roche en Altamira (1947) y el Edificio BECOBlohm (1948) en la esquina de Puente Yánez para Jorge Blohm". Según el propio Kahn, la obra del Edificio Altamira la obtuvo de manera casi fortuita. Kahn supo que Luis Roche, uno de los mayores constructores de entonces, planificaba urbanizar una gran extensión de terreno en el este de la ciudad. Así consiguió una entrevista con él y le ofreció sus servicios como arquitecto. Acto seguido, Luis Roche le dijo: "Nosotros no somos arquitectos, pero tenemos muy buenos libros de arquitectura y por eso nunca utilizamos los servicios de un arquitecto". Frase a la que Kahn respondió: "Estimado señor Roche, gracias por su hospitalidad y si un día se siente mal de salud llámeme por favor, no soy médico pero tengo muy buenos libros de medicina".
Al día siguiente, Roche llamó a Kahn para discutir los términos de un contrato en el que lo empleaba en la elaboración del proyecto del Edificio Altamira. Pocos años después, en 1951, inició el Pasaje Zingg, el primer centro comercial de Caracas y el primer edificio con escaleras mecánicas (de madera) en un pasaje que albergaba 40 de las más elegantes tiendas de la ciudad y cuyo diseño conectó dos calles de diferentes alturas a través de un corredor interior. En 1954, el profesor Humberto Fernández Morán ­ creador del bisturí de diamante le propuso a Kahn hacer el diseño de un Instituto de Ciencias que se proponía crear en Venezuela. "La entrevista duró siete horas. Al concluir el encuentro teníamos un proyecto y había nacido una amistad que duraría hasta el día de su muerte. Diseñé así la Unidad Piloto Experimental del IVNIC (1954-55), primer cuerpo de edificios del actual IVIC".

Fuente:
(Jonathan Gutiérrez y Efrén
Hernández)
El Nacional Todo en Domingo -
Domingo 28 de Noviembre de 2010

6/1/15

Maurice Ravel

Mundialmente conocido por su bolero, Maurice Ravel, fue uno de los compositores más influyentes del siglo XX. Su logro: renovar la escritura musical sin renunciar a los principios del clasicismo.
Nacido el 7 de marzo de 1875 en Ciboure, País Vasco Francés, fruto del matrimonio entre el ingeniero suizo Joseph Ravel y Maurice Delouart de origen vasco, el mayor de los Ravel empezó a estudiar piano a los 6 años. A pesar de ser muy perezoso, pronto demostró su talento musical. Muchos vinculan su obra al impresionismo, con toques de estilo neoclásico y pinceladas del expresionismo, todo ello fruto de la mezcla de influencias, ritmos, y músicas populares que tanto gustaban a Ravel.
Maestro indiscutible en el arte de la orquestación: el arte de hacer música para orquesta.
Pocos meses después de su nacimiento la familia se traslada a París, Maurice Ravel no regresa al País Vasco hasta los 25 años.
Tras ese nuevo encuentro con su tierra, Ravel, no dejaría ya de visitarla, instalándose frecuentemente para trabajar o pasar las vacaciones en San Juan de Luz.
A los 14 años ingresó en el Conservatorio de París donde estudió hasta el año 1905. Alli fue discípulo de grandes maestros como Gabriel Fauré y de Gedalge. Participó cuatro veces en el prestigioso Premio de Roma, pero en las cuatro candidaturas (1901, 1902, 1903 y 1904) fracasó. El primer año obtuvo el segundo premio con su obra "Myrrha", pero la modernidad de su música no gustaba entre los miembros del jurado y nunca consiguió el galardón. El último año que se presentó fue expulsado por sobrepasar la edad máxima permitida. Se ocasionó tal revuelo que fue incluso destituido de su cargo el entonces director del Conservatorio de París, Théodore Dubois.
Maurice Ravel quiso tomar parte de forma activa durante la Primera Guerra Mundial, pero su corta estatura se lo impedía. Sin embargo, gracias a varias gestiones pudo ir al frente como conductor de camión enla Batalla de Verdún. La guerra y la muerte de su madre supondrán un duro golpe anímico para el compositor descendiendo de forma considerable su actividad musical.
La guerra hizo mella en la población y en el compositor también. Su producción ahora es más escasa, pero también más liberada, intensa y rica. Muerto Debussy, en 1918, Ravel es considerado como el más grande compositor vivo. Dos años después, es nombrado Caballero de la Legión de Honor, algo que rechazaría completamente.
El año 1928 fue sin duda, el año de su consagracion. Realizó una intensa gira por Estados Unidos y Canadá donde su música fue muy bien acogida por el público. De regreso a París, su íntima amiga bailarina y coreógrafa, Ida Rubinsteins, le haría el encargo que lo lanzaría aún más si cabía a la fama.
Ravel creo su obra más popular: El Bolero. La pieza fue estrenada el 22 de noviembre de 1928 ante un público un tanto desconcertado: se trata de dos temas y una cantinela repetidos sin cesar, basada en una gran variación de los timbres y un crescendo orquestal. Su difusión fue inmensa, convirtiéndose en su obra maestra.
En 1932 Ravel recibe el encargo de la que sería su última obra. Una firma cinematográfica le propone a él y a otros compositores ponerle música a una película sobre Don Quijote. Compone entonces "Canciones de Don Quijote a Dulcinea".

Desde 1933 Ravel comienza a tener síntomas de una enfermedad neurológica que le condenará al silencio, impediéndole volver a escribir o tocar alguna pieza. El gran compositor que logró renovar la escritura musical sin renunciar a los principios del clasicismo, descansa en París cerca de sus padres y hermano.
La obra de Ravel no fue muy abundante, pese a todo se le han adjudicado 111 obras terminadas entre los años 1887 y 1933: 86 originales y 25 arreglos o adaptaciones.
Algunas de sus obras más importantes son:

Para piano:
* Pavane pour une infante defunte, 1899
* Jeux d'eau, 1901
* Sonatine, 1903- 1905

Obras orquestales:
* Ouverture de Shéhérazade, 1898
* Daphnis et Chloé, 1909-12
* Bolero

Arreglos de otras obras:
* Carnaval de Robert Schumann, 1914
* Tableaux d'une exposition de Músorgski, 1922

Les dejo un flash mob: Copenhagen Phil playing Ravel's Bolero

Vivir - Akira Kurosawa

Kenji Watanabe tras enterarse de que se encuentra enfermo de un cáncer terminal sale a la calle desorientado; en un bar se encuentra con un escritor de novelas con el que entabla conversación mientras bebe:

Escritor: "¿Y sigue bebiendo? Es una locura, es una vergúenza, es un suicidio si sigue bebiendo a sabiendas de que tiene cáncer"
Watanabe: "...¡Pero... no es fácil morir!... pienso a ver si me muero de una vez, pero no me puedo morir... ¿Para qué he estado viviendo hasta ahora?"
Escritor: "¿No tiene hijos? ¿Le duele el estómago?"
Watanabe: "No solo el estómago. Soy un estúpido, yo sólo estoy enfadado conmigo mismo. Sólo bebo. No es que sepa bien, pero esto hace que me olvide del cáncer y de otras cosas desagradables. Como si bebiera veneno estoy bebiendo este sake... para llevar la contraria a la vida..., quiero decir que torturarme a veces me alivia"
(...) Sigue Watanabe "Tengo aquí unos cincuenta mil yenes. Quisiera gastarlos de una sola vez en algo divertido. Me avergüenzo de admitirlo, pero no sé cómo hacerlo"
Escritor: "¿Usted quiere que yo le enseñe?"
Watanabe: "Sí. Sé que es una petición muy indiscreta. Pero es un dinero que he ahorrado durante años…; quiero decir que ya no me importa tenerlo o…, o…"
Escritor: "Le entiendo; pero, por favor, guarde ese dinero. Esta noche lo invito yo (…). En efecto, es verdad que la desgracia tiene otro lado bueno. La desgracia enseña al hombre la verdad. El cáncer le abrió a usted los ojos hacia la vida. Los hombres son frívolos, ellos se dan cuenta de qué bella es la vida sólo cuando se enfrentan a la muerte.
Además, esos hombres son pocos; los peores mueren sin saber lo que es la vida. Es usted un hombre maravilloso, está usted rebelándose contra eso; me ha impresionado su espíritu de rebeldía.
Su vida hasta ahora ha sido la de un esclavo. Ahora está intentando convertirse en su amo. Gozar de la vida es el deber del hombre; malgastar la vida concebida es una profanación contra Dios. El hombre debe ser codicioso en vivir. La codicia es considerada como un vicio, pero esa filosofía ya es anticuada: la codicia es virtud; especialmente aquella que sirve para gozar de la vida. Vámonos, vamos a recuperar su vida malgastada. Yo con mucho gusto interpretaré para usted el papel de Mefistófeles, el papel de un buen Mefistófeles que no demanda la recompensa"

Las palabras pertenecen a Kanji
Watanabe (Takashi Shimura), el protagonista de la película "Vivir" (Ikuru) de Akira Kurosawa, una obra maestra que resulta una acertada reflexión sobre la vida y la forma en la que no pocos la vivimos, o quien sabe si en realidad es sobre la muerte y la manera en la que debemos afrontarla. Watanabe es un funcionario esclavo de su trabajo una monótona tarea que repite
escrupulosamente día tras día, una vida vacía y sin atractivos que apenas merece la pena ser vivida, tan gris que sus compañeros de trabajo lo apodan "la momia". Solo cuando se entera de que tiene un cáncer terminal decide intentar encontrar el sentido de la vida, decide buscar un poco de luz, color aunque sea en la vida de los demás. Cuando logre desvelar el misterio, su visión del mundo y las personas que le rodean cambiará radicalmente. Durante su periplo, como leemos arriba, se encuentra con un escritor que al escuchar la experiencia de Watanabe, la siente como una revelación, caminan por algunos bares y en uno de ellos, un bar de striptis, nuestr protagonista canturrea el tema"La vida es corta":

¡Que corta es la vida!
Enamórate,
Querida doncella.
Mientras tus labios
Sean rojos ….
Y antes de que
Tu pasión se enfríe.
Porque no habrá un mañana …
¡Que corta es la vida!
Enamórate,
Querida doncella.
Mientras tu pelo
Sea aún de color negro …
Y antes de que se apague el fuego
De tu corazón.
Ya que este día
No volverá jamás.

Raymond Carver, la narración desconcertante

La literatura del estadounidense Raymond Carver (1938-1988) ha servido de inspiración y de guía para muchos autores. Su estilo ha sido enmarcado en el Realismo Sucio, junto con otros escritores ilustres como Bokowski (Factótum), Richard Ford (Canadá) o Chuck Palahniuk (El Club de la Lucha). También se reconoce en este movimiento la influencia de Salinger (El guardián entre el centeno). Su estilo seco, directo, con grandes dosis de ironía, otorga a sus narraciones un sabor ácido e inconfundible.
Desconcierto, pesadumbre y crudeza sobrevuelan sus historias en las que dejan al lector un regusto duradero de reflexión e incertidumbre.

Caten algunos sorbos del señor Carver:
“Un hombre sin manos llamó a mi puerta para venderme una fotografía de mi casa. Si exceptuamos los ganchos cromados, era un hombre de aspecto corriente y tendría unos cincuenta años.
–¿Cómo perdió las manos? –le pregunté cuando me dijo lo que quería.
–Esa es otra historia –respondió –. ¿Quiere la foto o no?
–Pase –le invité–. Acabo de hacer café.” Visor

“¿Y nosotros nos amaremos siempre?, preguntó la chica, disfrutando enormemente de aquella conversación (él podía verlo con solo mirarla).
Siempre, dijo el chico. Y siempre estaremos juntos. Somos como los gansos canadienses, dijo él, recurriendo a la primera comparación que le vino a la cabeza, porque en aquellos días pensaba mucho en aquellos gansos. Solo se emparejan una vez. Eligen un compañero muy temprano, y siguen juntos siempre. Si uno de ellos muere, el otro nunca vuelve a emparejarse. Vivirá solo en alguna parte, o continuará viviendo en la bandada, pero seguirá sin pareja y solo entre los demás gansos.
Qué destino más triste, dijo la chica. Es más triste vivir así, me parece, sin pareja y con todos los demás, que vivir solo en alguna parte.” Principiantes

“Aquel día, temprano, el tiempo cambió y la nieve se deshizo y se volvió agua sucia. Delgados regueros de nieve derretida caían de la pequeña ventana - una ventana abierta a la altura del hombro- que daba al traspatio. Por la calle pasaban coches salpicando. Estaba oscureciendo. Pero también oscurecía dentro de la casa.” Mecánica popular

Imagen: Raymond Carver, fotografiado por Bob Adelman

La Guerra de los Mundos

El 30 de Octubre de 1938, víspera de Halloween, se produjo uno de los mayores engaños radiofónicos de la historia: la adaptación a este medio de la obra de H. G. Wells La Guerra de los Mundos. El actor Orson Welles, gracias a su brillante actuación, desencadenó una auténtica ola de terror por todo Estados Unidos al describir una invasión alienígena como si estuviera a pasando de verdad. La gente corrió asustada a sus casas o búnkeres; las líneas telefónicas se colapsaron, al igual que los servicios de urgencias como la policía o los bomberos; y hubo más de uno que incluso se armó hasta los dientes por si algún marciano se acercaba a su granja.
Aquello fue todo un éxito sin precedentes. Pero este pánico no se produjo solo en Estados Unidos sino que años más tarde se repetiría en otro lado no muy lejano: en Sudamérica. En 1944, un escritor americano, William Steele, que residía en Chile, hizo lo mismo pero situando la acción en Santiago. Fue tan realista que los chilenos organizaron barricadas en las calles e incluso el ejército del país se movilizó para repeler la invasión marciana. Aunque a diferencia de lo radiado en Estados Unidos esta vez si hubo una victima: José Villarroel, ciudadano de la población de Valparaíso. Parece ser que mientras escuchaba e falso noticiario sufrió un ataque al corazón pensando que los extraterrestres estaban a punto de entrar en su casa. A pesar de haberse producido una muerte, hubo otra persona, Leonardo Paéz quien en 1949 quiso repetir la experiencia, pero esta vez en Ecuador. Este hombre quiso prepararlo mejor y para darle mayor verosimilitud días antes había estado publicando noticias relacionadas con avistamientos de ovnis en el periódico El Comercio. Cuando creyó que ya había caldeado bien el ambiente comenzó a emitir desde Radio Quito una nueva invasión procedente del espacio. La emisora gritaba que las naves espaciales habían aterrizado cerca de la localidad de Cotocallao y que estaban haciendo estragos allá por donde pasaban. La gente, al oír esta supuesta tragedia, se dio a la fuga y acudió a encerrarse en sus casas o en las iglesias. Pero cuando al rato se descubrió que todo había sido una mentira, cientos de personas acudieron a la emisora y bloquearon las puertas, para acto seguido prenderle fuego con todos los que estaban dentro. Algunos consiguieron escapar, pero otros murieron presas de las llamas. Nada se pudo hacer por salvarlos ya que la policía y el ejército habían ido a combatir a los marcianos que supuestamente se encontraban en Cotocallao. Hubo varios arrestos debido a la revuelta, entre ellos el propio Leonardo Páez, pero todos fueron absueltos al igual que el emulador ecuatoriano de Orson Welles.

Los gladiadores

Los gladiadores eran considerados por el romano de a pie como unos seres infames pertenecientes a la clase más baja de la sociedad ya que en su mayoría, si exceptuamos a los que se dedicaban profesionalmente a ello, eran una panda de ladrones y asesinos destinados a una muerte rápida. Debido a ello, por ejemplo, eran enterrados aparte de las demás personas. Aún así, en torno a estos luchadores existía una especie de superstición como que si bebía la sangre caliente de un gladiador muerto también se absorbía su alma pudiendo de esta manera conseguir ipso facto la vitalidad del caído (que no parezca raro pues también las tribus indias tenían estas ideas).
De la misma manera si alguien se comía un trozo de su hígado también conseguía una fortaleza increíble. Incluso las propias armas de los gladiadores tenían propiedades mágicas ya que si una persona al casarse cortaba un mechón de pelo de la novia con una gladio de un luchador moribundo la felicidad de la pareja estaba garantizada de por vida. Y finalmente se sabe que para neutralizar el mal de ojo (fascinum) el romano podía utilizar amuletos en los que aparecieran símbolos de combate como por ejemplo tridentes, redes o gladius, o fieros animales que normalmente aparecían en los combates matutinos (venationes).

Clotilde Cerdá y Bosch

Clotilde Cerdá y Bosch (1852-1926) fue una famosa concertista de arpa que recorrió el mundo entero con su arte y sensibilidad musical. Tocó en toda Europa, ante la Corte del Emperador de Brasil, en México y hasta fue contratada como profesora de arpa para el harén del Sultan del Imperio Otomano en Estambul. En uno de sus conciertos conoció a Victor Hugo, gran admirador suyo quien la bautizó como Esmeralda Cervantes, el nombre por la heroína de su obra y el apellido por el famoso escritor. En 1881 entró con ese nombre en la Logia Masónica Lealtad de Barcelona (una de las primeras Logias españolas), siendo una de las primeras mujeres españolas en hacerlo (antes que ella Rosa Clavé de Ferrer había entrado en 1879). Al final de su vida artística y académica se retiró a vivir a las Islas Canarias donde falleció en 1926.

5/1/15

Malle Babbe

Malle Babbe es una obra del pintor holandes FRANS HALS (1580-1666) pintada entre 1633 y 1635 que se encuentra en la Gemäldegalerie de Berlín.
En un principio se tituló "La Bruja de Haarlem", pero una inscripción en la parte posterior del cuadro apunta claramente al nombre de "Malle Babbe", un personaje que se cree que si existio en realidad, ya que con ese nombre se encontró una mujer residente del hospital local llamado Het Dolhuys, situado fuera de las murallas de la ciudad, que sirvió para recluir a personas consideradas peligrosas para sí mismos o a la sociedad. También servía como hospicio para los viajeros que llegaban después de que las puertas de la ciudad se cerrasen. En 1642 un hijo del pintor, Pieter Hals, también estuvo en este hospicio y se cree que Hals pudo conocer allí la historia de Malle Babbe, ya que era muy conocida en Haarlem, aunque no se ha podido saber nada más de su vida.
En los Países Bajos el adjetivo "Malle" significa "loco" y no es raro ver a los pintores o escritores representan este tipo de figuras, como gentes bajas del pueblo, desequilibrados con los que el artista exploraba la delgada línea entre la cordura y la locura.
También se ha sugerido, dada la utilización de Frans Hals del tema en sus otras pinturas, que probablemente se trate de una escena de pub, en cuyo caso el búho reflejaría el proverbio holandés "borracho como una lechuza."
El Museo Metropolitano de Arte en la ciudad de Nueva York está en posesión de un cuadro similar. No está claro quién es el creador de esta pintura. En el pasado también fue atribuido a Frans Hals, pero ahora se cree que es el trabajo de uno de sus alumnos.
También en la ciudad de Haarlem se encuentra una estatua de Bronce de Malle Babbe, realizada por Kees Verkade (1978).

Margaret Bourke-White

Margaret Bourke-White (1904-1971) fue una afamada fotógrafa norteamericana especializada en fotografía arquitectónica. Fue la primera mujer corresponsal de guerra a la que se le permitió trabajar en zonas de combate en la Segunda Guerra Mundial. También fue la primera mujer fotógrafa que trabajó para la revista Life, dirigida por Henry Luce. Una fotografía suya de la presa de Fort Peck, fue portada de la primera edición, el 23 de noviembre de 1936.
Era una mujer simpatizante con la izquierda social que hizo varios viajes a la antigua Unión soviética (URSS) en los años treinta y cuarenta. En 1930 fue la primera fotógrafa occidental a la que se le permitió fotografiar la industria soviética. En 1931 publicó "Eyes on Russia". Profundamente sensibilizada por la depresión en el país llegó a interesarse por la política. Fue miembro de varios Partido Comunista y otras organizaciones como la Liga Americana para la Paz y la Democracia y el Congreso de la Juventud de América.
Se casó con Erskine Caldwell en 1939 y fueron los únicos periodistas extranjeros en la ocupada URSS tras la invasión del ejército alemán en 1941.
En la primavera de 1945, viajó a través de una Alemania destruida con el Gral. George S. Patton, fotografiando por primera vez el tristemente campo de concentración de Buchenwald: "Usar una cámara era casi un alivio. Interponía una ligera barrera entre el horror en frente mío y yo misma."
Después de la guerra, produjo un libro titulado "Dear Fatherland, Rest Quietly", un proyecto que le ayudó a entender la brutalidad de la que había sido testigo durante y después de la guerra.
Después de la guerra Bourke-White continuó su interés en la desigualdad racial mediante la documentación de la campaña no violenta de Gandhi en la India y el apartheid en Sudáfrica.
Bourke-White también cubrió la Guerra de Corea , donde tomó lo que ella consideraba era su mejor fotografía: una reunión entre un soldado que regresa y su madre, que creía que había muerto unos meses antes.
En 1952 Bourke-White descubrió que sufría de la enfermedad de Parkinson. Incapaz de tomar fotografías pasó ocho años escribiendo su autobiografía, Retrato de mí mismo (1963). Margaret Bourke-White murió en Darien, Connecticut, el 27 de agosto 1971.