Instrumento formado por una caja
armónica, un mástil y un clavijero,
donde van sujetas de una a cuatro
cuerdas de tripa o de crin que se
extienden a lo largo de la caja hasta
un cordal, normalmente de cuerno. La
tapa superior de la caja puede ser de
piel, de hojalata o de madera y, a
diferencia del violín, la caja no tiene
alma (pieza cilíndrica de madera que,
sin encolar, une las tapas superior e
inferior de aquel instrumento para
sostener la tensión de las cuerdas y
para darle más volumen). Las cuerdas
se tocan con un arco, normalmente
corto y curvado, cuyo cordamen está
hecho de crines de caballo.
Las distintas formas que actualmente
tiene el rabel (forma de ocho con
tapa inferior plana, forma cuadrada,
forma oblonga con tapa inferior
abombada, etc.) hablan de su origen
diverso. En unos casos procede del
rebab árabe, y el intérprete lo toca
sentado y apoyándolo sobre las
rodillas, y en otros casos proviene de
la fídula europea medieval y se toca
sobre el pecho. De cualquier manera,
el rabel vino a derivar a partir del
Siglo de Oro en un instrumento de
ámbito pastoril con el que los
pastores se acompañaban canciones y
bailes. Todavía hoy se sigue
construyendo y tocando en muchos
puntos de la Península (Cantabria,
Asturias, León, Extremadura, Castilla
La Mancha, etc.) donde han surgido
nuevos intérpretes que han
recuperado su sonido y su repertorio.
Aunque la novela pastoril contribuyó
a poner de moda el rabel en la
literatura y el teatro, siempre fue un
elemento imprescindible y real entre
los ganaderos de ovino y
particularmente entre los
trashumantes. Su origen, forma y
sonido le daban muchas veces
apellido; se habla así de rabel
gritador, tosco, morisco, etc. Una
copla popular resumía las cualidades
del instrumento al decir que el buen
rabel debía de construirse en madera
de pino verde, las cuerdas de piel de
culebra y las crines del arco con la
melena de una mula negra...
Fuente:funjdiaz.net
16/5/14
RABEL
CON MALLAS DE ALAMBRE
Seung Mo Park crea retratos gigantes
efímeros mediante la reducción capa
tras capa de malla de alambre. Cada
trabajo comienza con una fotografía
que utiliza de plantilla en la que se
superponen capas de malla
reservando zonas para crear efectos
de sombreado espectaculares y
recortando con tenazas para
conseguir las luces.
Cada pieza es de varios centímetros
de espesor, ya que cada plano que
forma la imagen final está separada a
muy poca distancia, dando a los
retratos una cierta profundidad y
dimensionalidad que es difícil de
transmitir en una fotografía.
Finalmente, y con la ayuda de un
proyector, se iluminan los retratos y
se puede contemplar la obra.
El resultado de estas complicadas
obras es magnífico.
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=u7wxwe4ftAQ
El cuervo. Edgar Allan Poe
Cierta noche aciaga, cuando, con la
mente cansada,
meditaba sobre varios libracos de
sabiduría ancestral
y asentía, adormecido, de pronto se
oyó un rasguido,
como si alguien muy suavemente
llamara a mi portal.
"Es un visitante -me dije-, que está
llamando al portal;
sólo eso y nada más."
¡Ah, recuerdo tan claramente aquel
desolado diciembre!
Cada chispa resplandeciente dejaba
un rastro espectral.
Yo esperaba ansioso el alba, pues no
había hallado calma
en mis libros, ni consuelo a la
pérdida abismal
de aquella a quien los ángeles Leonor
podrán llamar
y aquí nadie nombrará.
Cada crujido de las cortinas
purpúreas y cetrinas
me embargaba de dañinas dudas y
mi sobresalto era tal
que, para calmar mi angustia repetí
con voz mustia:
"No es sino un visitante que ha
llegado a mi portal;
un tardío visitante esperando en mi
portal.
Sólo eso y nada más".
Mas de pronto me animé y sin
vacilación hablé:
"Caballero -dije-, o señora, me
tendréis que disculpar
pues estaba adormecido cuando oí
vuestro rasguido
y tan suave había sido vuestro golpe
en mi portal
que dudé de haberlo oído...", y abrí
de golpe el portal:
sólo sombras, nada más.
La noche miré de lleno, de temor y
dudas pleno,
y soñé sueños que nadie osó soñar
jamás;
pero en este silencio atroz, superior a
toda voz,
sólo se oyó la palabra "Leonor", que
yo me atreví a susurrar...
sí, susurré la palabra "Leonor" y un
eco volvióla a nombrar.
Sólo eso y nada más.
Aunque mi alma ardía por dentro
regresé a mis aposentos
pero pronto aquel rasguido se
escuchó más pertinaz.
"Esta vez quien sea que llama ha
llamado a mi ventana;
veré pues de qué se trata, que
misterio habrá detrás.
Si mi corazón se aplaca lo podré
desentrañar.
¡Es el viento y nada más!".
Mas cuando abrí la persiana se coló
por la ventana,
agitando el plumaje, un cuervo muy
solemne y ancestral.
Sin cumplido o miramiento, sin
detenerse un momento,
con aire envarado y grave fue a
posarse en mi portal,
en un pálido busto de Palas que hay
encima del umbral;
fue, posóse y nada más.
Esta negra y torva ave tocó, con su
aire grave,
en sonriente extrañeza mi gris
solemnidad.
"Ese penacho rapado -le dije-, no te
impide ser osado,
viejo cuervo desterrado de la negrura
abisal;
¿cuál es tu tétrico nombre en el
abismo infernal?"
Dijo el cuervo: "Nunca más".
Que una ave zarrapastrosa tuviera
esa voz virtuosa
sorprendióme aunque el sentido
fuera tan poco cabal,
pues acordaréis conmigo que pocos
habrán tenido
ocasión de ver posado tal pájaro en
su portal.
Ni ave ni bestia alguna en la estatua
del portal
que se llamara "Nunca más".
Mas el cuervo, altivo, adusto, no
pronunció desde el busto,
como si en ello le fuera el alma, ni
una sílaba más.
No movió una sola pluma ni dijo
palabra alguna
hasta que al fin musité: "Vi a otros
amigos volar;
por la mañana él también, cual mis
anhelos, volará".
Dijo entonces :"Nunca más".
Esta certera respuesta dejó mi alma
traspuesta;
"Sin duda - dije-, repite lo que ha
podido acopiar
del repertorio olvidado de algún amo
desgraciado
que en su caída redujo sus canciones
a un refrán:
"Nunca, nunca más".
Como el cuervo aún convertía en
sonrisa mi porfía
planté una silla mullida frente al ave
y el portal;
y hundido en el terciopelo me afané
con recelo
en descubrir qué quería la funesta
ave ancestral
al repetir: "Nunca más".
Esto, sentado, pensaba, aunque sin
decir palabra
al ave que ahora quemaba mi pecho
con su mirar;
eso y más cosas pensaba, con la
cabeza apoyada
sobre el cojín purpúreo que el candil
hacía brillar.
¡Sobre aquel cojín purpúreo que ella
gustaba de usar,
y ya no usará nunca más!.
Luego el aire se hizo denso, como si
ardiera un incienso
mecido por serafines de leve andar
musical.
"¡Miserable! -me dije-. ¡Tu Dios estos
ángeles dirige
hacia ti con el filtro que a Leonor te
hará olvidar!
¡Bebe, bebe el dulce filtro, y a Leonor
olvidarás!".
Dijo el cuervo: "Nunca más".
"¡Profeta! -grité -, ser malvado,
profeta eres, diablo alado!
¿Del Tentador enviado o acaso una
tempestad
trajo tu torvo plumaje hasta este
yermo paraje,
a esta morada espectral? ¡Mas te
imploro, dime ya,
dime, te imploro, si existe algún
bálsamo en Galaad!"
Dijo el cuervo: "Nunca más".
"¡Profeta! -grité -, ser malvado,
profeta eres, diablo alado!
Por el Dios que veneramos, por el
manto celestial,
dile a este desventurado si en el
Edén lejano
a Leonor, ahora entre ángeles, un día
podré abrazar".
Dijo el cuervo: "¡Nunca más!".
"¡Diablo alado, no hables más!", dije,
dando un paso atrás;
¡Que la tromba te devuelva a la
negrura abisal!
¡Ni rastro de tu plumaje en recuerdo
de tu ultraje
quiero en mi portal! ¡Deja en paz mi
soledad!
¡Quita el pico de mi pecho y tu
sombra del portal!"
Dijo el cuervo: "Nunca más".
Y el impávido cuervo osado aún sigue,
sigue posado,
en el pálido busto de Palas que hay
encima del portal;
y su mirada aguileña es la de un
demonio que sueña,
cuya sombra el candil en el suelo
proyecta fantasmal;
y mi alma, de esa sombra que allí
flota fantasmal,
no se alzará...¡nunca más!.
EMPEDRADO PORTUGUES
El empedrado portugués es un tipo
particular de revestimiento de suelo
utilizado sobre todo en la
pavimentación de aceras y espacios
públicos en general. Este tipo de
construcción es de uso frecuente en
países de habla portuguesa.
El empedrado portugués es el
resultado de la pavimentación con
piedras de forma irregular,
generalmente de piedra caliza o
basalto, que se pueden utilizar para
formar patrones decorativos mediante
el contraste entre las piedras de
diferentes colores. Los colores más
tradicionales son el blanco y el negro,
aunque también son populares el
marrón y el rojo. En algunas regiones
brasileñas, sin embargo, se pueden
encontrar piedras en azul y verde. En
Portugal, los trabajadores cualificados
en la colocación de este tipo se
llaman mestres calceteiros.
Este adoquinado, como su nombre
indica, es originario de Portugal,
después de haber surgido a mediados
de siglo XIX. Es ampliamente
utilizado en la pavimentación de
zonas peatonales, parques, plazas,
patios, etc. En Brasil, este fue uno de
los materiales más populares usados
para paisajismo del siglo XX debido a
su flexibilidad de montaje y de
composición plástica. Su aplicación se
puede observar en proyectos como la
acera de la playa de Copacabana
(una obra de Roberto Burle Marx) o
espacios en la antigua Avenida
Central, ambos en Río de Janeiro.
Se dice que el motivo de que gran
número de calles portuguesas tengan
en sus aceras esos adoquines,
proviene del terrible terremoto que
sufrió la capital lusa en el año 1755.
Dicho seísmo se produjo a las 10
horas y 16 minutos de la mañana del
día de ‘Todos los santos’ y tuvo una
magnitud entre 8,5 y 9,5 grados en la
escala de Richter. El terremoto fue
seguido por un maremoto y un
devastador incendio que afectó a
Lisboa casi en su totalidad y afectó a
gran parte de la península ibérica.
Había que levantar de nuevo, casi por
completo, la capital y un gran número
de poblaciones portuguesas, por lo
que, el Primer ministro del rey José I,
Sebastiao José de Carvalho e Mello
(Marqués de Pombal) tomó el mando
de la reconstrucción de la ciudad y
diseñó una urbe hecha a su gusto y
antojo.
Para abaratar costes y aprovechar
recursos, el Marqués de Pombal
mandó reutilizar los muros y piedras
de los escombros de las
construcciones venidas abajo tras la
catástrofe y convertirlos en adoquines
para asfaltar las aceras de las calles.
De ahí partió la base para el
mundialmente conocido como
“empedrado portugués” y que tanto
se popularizó a partir de mediados
del siglo XIX.
En Argentina, hay muchas calles
cubiertas de antiguos empedrados de
adoquines ¿Por qué?
Resulta ser que los adoquines venían
en los barcos cerealeros para
contener la carga necesaria para la
correcta navegación. Los adoquines
quedaban en el puerto de Buenos
Aires para darle lugar al cereal.
Haciendo calles y veredas los hemos
aprovechado.
Actualmente quedan pocas…casi
todas, salvo las arterias de los centros
históricos de cada ciudad, han sido
cubiertas con pavimento.
Fuentes: Wikipedia.
EL FANTASMA DE OKIKU
La historia de Okiku y de las nueve
placas es una del más famosa de
folklore japonés, y continúa sonando
hoy.
La historia de Okiku es vieja, y sus
orígenes verdaderos son
desconocidos; sin embargo, primero
apareció bajo título" Bancho
Sarayashiki, La leyenda familiar del
fantasma". En 1655, en el Periodo
Edo, un samurai del shogún , llamado
Aoyama Harima se enamoró de una
muchacha joven llamada Okiku.
Aoyama ha había prometido casarse
con ella, pero recibió una oferta mas
propicia de matrimonio, obligado, por
su tía.
Aoyama promete Okiku que él honrará
su amor, y rechaza la oferta.
Okiku,rompe una de las 10 placas de
la herencia que son el tesoro del
hogar de Aoyama. El castigo
tradicional por romper una de las
placas es la muerte, que es exigida
por la familia de Aoyama.
Al principio, Aoyama se convence de
que Okiku rompió la placa
accidentalmente, pero cuando Okiku
revela que ella la rompió como
prueba de su amor, Aoyama se
enfurece y la mata. Entonces lanza su
cuerpo al fondo de un pozo. Tiempo
mas tarde el fantasma de Okiku
vuelve para entrar en la casa y para
contar las placas, una a una.
Encontrándola en el jardín cada
noche, Aoyama ve su cara fantasmal
que rompe en sollozos desgarradores,
atormentando al samurai. Finalmente,
la venganza se realiza: Aoyama se
hace el "Seppuku".
Liografía de Yoshitoshi Ogiku
4/5/14
CARTAS DE AMOR ENTRE MARTIN HEIDEGGER Y HANNAH ARENDT
Hannah Arendt y Martin Heidegger se conocieron en 1924 en la Universidad de Marburgo, donde él dictaba clases de filosofía. Fue entonces cuando comenzó una historia de amot que no hubiera resultado demasiado distinta de cualquier otro romance de no ser porque sus protagonistas se convirtieron –después- en dos de los más destacados pensadores de este siglo. Y también por otra cuestión, no menor: ella, nacida en una familia judía, se vio obligada a dejar Alemania mientras él se transformaba en un admirador de Hitler, en una Europa dominada por la barbarie nazi. Dicen que vestía el uniforme del partido y que iniciaba sus clases con el saludo romano. Diversos investigadores probaron, además, que se afilió al partido nazi y pagó con regularidad todas sus cuotas, que mantenía cordiales relaciones con Joseph Goebbels y Himmler y que colaboró en la cesantía de varios profesores judíos, muchos de ellos antiguos amigos suyos.
Carta de Hannah Arendt a Martin Heidegger
1929.
Querido Martin,
Habrás oído hablar probablemente ya de mí por otras fuentes al azar. Esto toma la ingenuidad del mensaje mío, pero no la confianza de nuestra reunión pasada en Heidelberg, una vez más nuevamente y gratificantemente consolidada.
Entonces vuelvo a tí hoy con la misma seguridad y con la misma petición: no te olvides de mí, y no te olvides de cuánto y cuán profundamente nuestro amor se ha convertido en la bendición de mi vida. Este conocimiento no se puede sacudir, no hoy, cuando, como salida de mi falta de inquietud, he encontrado un hogar y un sentido de pertenecer con alguien sobre quién usted puede ser que lo entienda mejor que todos. Oigo a menudo cosas sobre usted, pero siempre con esa reserva peculiar e indirectamente, que da simplemente hablar sobre un famoso nombre-que es algo que puedo reconocer apenas.
Y quisiera de hecho saber -casi tormentosamente, cómo estás, en que estás trabajando, y cómo Freiburg te está tratando.
Beso en la frente y los ojos
tu Hannah.
Carta de Heidegger a Hanna.
Queridísima! Gracias por tu carta. Si solamente pudiera decirte cómo soy feliz contigo, acompáñándote mientras tu vida y tu mundo se abren de nuevo. Apenas puedo ver cuánto has entendido y cómo todo es providencial. Nadie aprecia jamás cómo es la experimentación consigo mismo, por esa circusntancia, todos los compromisos, técnicas, moralización, escapismo, cierran nuestro crecimiento, inhibiendo y torciendo la providencia de Ser. Y esta distorsión gira en torno a cómo, a pesar de todos nuestros sustitutos para la "fe", no tenemos ninguna fe genuina en la existencia en sí misma y no entendemos cómo sostener cualquier cosa como ésa por nosotros mismos. Esta fe en la providencia no excusa nada, y no es un escape que me permita terminar conmigo de una manera fácil. Solamente esa fe -que como fe en el otro es amor- puede realmente aceptar al "otro" totalmente. Cuando veo que mi alegría en ti es grande y creciente, es que también tengo fe en todo lo que sea tu historia. No estoy erigiendo un ideal ni me estoy dejando caer en la tencación de educarte, o a cualquier cosa que se asemeja a eso. Por suerte, a ti -tal y como eres y seguirás siendo con tu historia- así es cómo te quiero. Sólo así es el amor fuerte para el futuro, y no sólo el placer efímero de un momento: sólo entonces es el potencial del otro también movido y consolidado para las crisis y las luchas que siempre se presentan. Pero tal fe también se guarda de emplear mal la confianza del otro en el amor. El amor que pueda ser feliz en el futuro es el amor que ha echado raíz. El efecto de la mujer y su ser es mucho más cercano a los orígenes para nosotros, menos transparentes, es más providencial, pero también más fundamental. Tenemos un efecto solamente en cuanto somos capaces de dar: si el regalo es aceptado siempre inmediatamente, o en su totalidad, es una cuestión de poca importancia. Y nosotros, cuanto mucho, sólo tenemos el derecho de existir si somos capaces de que nos importe. Nosotros podemos dar solamente lo que pedimos de nosotros mismos. Y es la profundidad con la cual yo mismo puedo buscar mi propio Ser, que determina la naturaleza de mi ser hacia otros. Y ese amor es la herencia gratificante de la existencia, que puede ser. Y así es que la nueva paz se desprende de tu rostro, el reflejo no de una felicidad que flota libremente,pero sí de la resolución y la bondad en las que tú eres enteramente tú.
Tu Martin.
Buena justicia
La ardiente ley de los hombres
De la uva hacen vino
Del carbón hacen fuego
De los besos
hacen hombres
La dura ley de los hombres
Quedar intacto a pesar
De las guerras y la miseria
A pesar de los peligros de muerte
La dulce ley de los hombres
Transformar el agua en luz
El sueño en realidad
Y los enemigos en hermanos
Una ley antigua y nueva
Que se va perfeccionando
Desde el fondo del corazón del niño
Hasta la razón suprema
Paul Éluard
Versión de
J.M.Caballero Bonald
De: Los senderos y la
ruta de la poesía, 1952.
Pablo Picasso (1881-1973).
Pintor y escultor español.
Madre e hijo (Primeros pasos) 1943.