Llegué a las ciudades en tiempos del
desorden,
cuando el hambre reinaba.
Me mezclé entre los hombres en
tiempos de rebeldía
y me rebelé con ellos.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Mi pan lo comí entre batalla y
batalla.
Entre los asesinos dormí.
Hice el amor sin prestarle atención
y contemplé la naturaleza con
impaciencia.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
En mis tiempos, las calles
desembocaban en pantanos.
La palabra me traicionaba al verdugo.
Poco podía yo. Y los poderosos
se sentían más tranquilos, sin mí. Lo
sabía.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Escasas eran las fuerzas. La meta
estaba muy lejos aún.
Ya se podía ver claramente, aunque
para mí
fuera casi inalcanzable.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Bertolt Brecht: “A los hombre
futuros” (II), de “Poesías escritas
durante el exilio” (1933-1947)