25/4/12

CASTILLO DE CASTELNAUD-LA- CHAPELLE

A principios del sigo XIII, Bernard de
Casnac, poderoso señor de
Castelnaud, es ferviente defensor de la
fe cátara. Simon de Montfort, quien
lidera la cruzada en contra de los
albigenses, se apodera de Castelnaud
en 1214. En 1215, Bernard de Casnac
reconquista el Castillo que finalmente
será incendiado al cabo de unos
meses, por orden del Arzobispo de
Burdeos. Se reconstruye en el
transcurso del siglo XIII, de esta época
es el Torreón cuadrado del homenaje.
El lugar sigue imponiéndose como uno
de los más poderosos del Périgord. A
pesar de su rivalidad con Beynac,
vecino y hermano enemigo, los dos
monstruos de piedra no se enfrentan
directamente.
En 1337 estalla la Guerra de los Cien
Años. El Castillo, tras el matrimonio de
Magne de Castelnaud con Nompar de
Caumont, entra en la familia de éste
que apoya a los ingleses, mientras que
los Barones de Beynac están a favor
de los franceses. En poco más de un
siglo, el Castillo cambia siete veces de
bando. En 1442, los franceses triunfan
definitivamente, después de un asedio
de tres semanas ordenado por
Charles-VII. Una vez acabado el
conflicto, los Castelnaud recuperan el
Castillo y lo vuelven a construir. Dos
torres semicirculares provistas de
cañoneras protegen el patio bajo. Se
construyen un puente levadizo y una
nueva barbacana. Por otra parte, una
amplia área residencial se edifica al
lado de la Torre del homenaje.
Castelnaud se mantiene como centro
de mando del señorío y la torre de
artillería, construida en 1520, es la que
mejor simboliza el poderío del lugar.
Los Caumont eligen la religión
reformada. El Capitán Geoffroy de
Vivans, nacido en el Castillo, defiende
la fortaleza y se esfuerza por combatir
contra los católicos con empeño. Le
temen en toda la región, tanto que
nadie se atrevió a atacar Castelnaud
durante las guerras de religión. Los
Caumont siguen siendo los dueños del
lugar, aunque ya no viven en él.
Después de la Revolución la
vegetación invade el Castillo y se
convierte en Cantera. En 1832, cuando
el tráfico fluvial y la emancipación de la
aldea exigen la construcción de un
cargadero para el puerto, se toman las
piedras de la parte sur del Castillo.
En 1966, los nuevos propietarios,
Philippe y Véronique Rossillon,
consiguen que el Castillo sea
declarado Monumento Histórico. Hoy
pertenece a su hijo Kléber Rossillón,
presidente de la FNASSEM (Fundación
Nacional de las Asociaciones de
Salvaguarda de Lugares y Conjuntos
Monumentales). Fue renovado entre
los años 1974 y 1980 y el Museo de la
Guerra Medieval inaugurado en 1985.
Una segunda campaña de renovación
empezó en 1996 y acabó en el 2005
con la rehabilitación del Baluarte.