27/4/14

La Internacional

“La Internacional”.
La letra data de 1871 y fue escrita
por Eugène Pottier (1816-1887)
durante los días de la Comuna de
París, formando parte de su obra
"Cantos Revolucionarios”. Pottier, que
trabajaba como dependiente en una
papelería, participó en los hechos de
la Comuna y fue miembro de su
consejo.
En 1888 Pierre Degeyter, tallista de
profesión que ya contaba con cierta
reputación como compositor –su
verdadera vocación era la música y
estudiaba por las tardes en el
conservatorio de París–, la musicalizó.
El 23 de junio de ese año se
interpretó por primera vez en
público, en una fiesta de los
trabajadores de Lille (Francia).
Emocionó, entusiasmó, convenció, y
alcanzó enseguida una enorme
popularidad en Francia y, acto
seguido, en todo el mundo occidental
entre la clase trabajadora.
En 1892, la Segunda Internacional la
adoptó como himno, como harían
también después la mayoría de los
partidos y organizaciones obreras
socialistas y comunistas. En 1919
Lenin a convirtió en himno nacional
de la Unión Soviética (lo fue hasta
1943).
Hoy apenas se escucha. Son otros
tiempos. Pero “La Internacional” no
ha perdido un ápice de emotividad ni
de belleza.
¡Arriba, parias de la Tierra!
¡En pie, famélica legión!
Atruena la razón en marcha:
es el fin de la opresión.
Del pasado hay que hacer añicos.
¡Legión esclava en pie a vencer!
El mundo va a cambiar de base.
Los nada de hoy todo han de ser.
Agrupémonos todos,
en la lucha final.
El género humano
es la internacional.
Ni en dioses, reyes ni tribunos,
está el supremo salvador.
Nosotros mismos realicemos
el esfuerzo redentor.
Para hacer que el tirano caiga
y el mundo esclavo liberar,
soplemos la potente fragua
que el hombre nuevo ha de forjar.
Agrupémonos todos,
en la lucha final.
El género humano
es la internacional.
La ley nos burla y el Estado
oprime y sangra al productor;
nos da derechos irrisorios,
no hay deberes del señor.
Basta ya de tutela odiosa,
que la igualdad ley ha de ser:
No más deberes sin derechos,
ningún derecho sin deber.
Agrupémonos todos,
en la lucha final.
El género humano
es la Internacional.