6/1/15

Los gladiadores

Los gladiadores eran considerados por el romano de a pie como unos seres infames pertenecientes a la clase más baja de la sociedad ya que en su mayoría, si exceptuamos a los que se dedicaban profesionalmente a ello, eran una panda de ladrones y asesinos destinados a una muerte rápida. Debido a ello, por ejemplo, eran enterrados aparte de las demás personas. Aún así, en torno a estos luchadores existía una especie de superstición como que si bebía la sangre caliente de un gladiador muerto también se absorbía su alma pudiendo de esta manera conseguir ipso facto la vitalidad del caído (que no parezca raro pues también las tribus indias tenían estas ideas).
De la misma manera si alguien se comía un trozo de su hígado también conseguía una fortaleza increíble. Incluso las propias armas de los gladiadores tenían propiedades mágicas ya que si una persona al casarse cortaba un mechón de pelo de la novia con una gladio de un luchador moribundo la felicidad de la pareja estaba garantizada de por vida. Y finalmente se sabe que para neutralizar el mal de ojo (fascinum) el romano podía utilizar amuletos en los que aparecieran símbolos de combate como por ejemplo tridentes, redes o gladius, o fieros animales que normalmente aparecían en los combates matutinos (venationes).