Me detuve un segundo. Dejé de caminar un segundo. Algo que había visto me sorprendió y merecía mi atención. Sin saber bien lo que era me detuve mientras todos seguían su camino y ni se percataron de nuestra presencia.
Era algo maravilloso, indescriptible, de muchos colores y formas desconocidas para mí, era exactamente lo que había esperado toda mi corta vida… ahí, frente a mí, en ese momento. Era mi oportunidad.
No sé cuánto tiempo estuve analizándola, mirándola parte por parte, era una rareza extraordinaria..
y era mía!!!.
Pensé mucho en el horrible pasado que me condenaba, en el presente en el que estaba atorado y en el futuro lleno de promesas que me esperaba ahora que la había encontrado.
Miré alrededor y ví que la gente iba y venía. Nadie me miraba. Nadie la miraba (a mi rareza, mía). La miré de nuevo y me dí cuenta que todo lo que esperé siempre estuvo allí, con el único precio de dejar de pertenecer a ese grupo tan grande de gente que no busca lo que yo quería encontrar. Pero dudé. Si nadie quería lo que yo
tenía entonces yo debía estar equivocado. Todo lo que tiene la gente son cosas que la otra gente quiere.. y lo que yo tenía a nadie le interesaba… de qué me servía
entonces?.
No me arrepiento de haberla dejado ahí donde la encontré. El futuro real que me esperaba era mucho más seguro que ese lleno de promesas que seguro nunca se cumplirían. La comodidad es mucho más sana, o no?. Prefiero dejar ese hecho como una anécdota y seguir mi camino.
Ya perdí demasiado tiempo en oportunidades mediocres a las que nunca me aferré.
Por seguridad vio?…
Diario de un fracasado. (Fragmento)
Denevi.
Imagen: La nostalgia del vuelo. J.C. González Griffiths. Acrílico sobre tela, 100x100 Cm. Colección privada.