"No deploro ni un solo instante de los
que he dedicado al placer. Lo hice
plenamente, como deberíamos hacer
todo lo que hacemos. No hubo placer
que yo no experimentase; eché la
perla de mi alma en una copa de vino;
descendí por el sendero florido de
margaritas al son de las flautas; viví de
panales de miel. Pero continuar la
misma vida hubiera sido un error, pero
habría sido una limitación. Debía ir
adelante; la otra mitad del jardín tenía
también sus secretos para mí."
Oscar Wilde.
EL RUISEÑOR Y LA ROSA.
Un joven que sufre una gran tristeza
porque no tiene una rosa roja para
llevarle a su amada para que vaya con
él al baile, entonces un ruiseñor oye
sus penas y decide ayudarle.
—He aquí, sin duda, al verdadero
amante —se dijo el ruiseñor—. Lo que
yo canto, él lo sufre; lo que para mí es
alegría, es para él dolor. Es cierto que
el amor es una cosa maravillosa. Es
más precioso que las esmeraldas, y
más apreciado que los finos ópalos.
Las perlas y las granadas no pueden
comprarlo, ni tampoco está expuesto
en el mercado. No puede comprarse a
los mercaderes, ni se puede pesar en
la balanza para el oro.
Para leer el cuento completo, click en:
http://www.edu.mec.gub.uy/
biblioteca_digital/libros/W/Wilde,
%20Oscar%20-%20El%20Ruiseor%20y
%20la%20Rosa.pdf