Para entender lo que es un agujero 
 negro empecemos por una estrella 
 como el Sol. El Sol tiene un diámetro 
 de 1.390.000 kilómetros y una masa 
 330.000 veces superior a la de la 
 Tierra. Teniendo en cuenta esa masa y 
 la distancia de la superficie al centro se 
 demuestra que cualquier objeto 
 colocado sobre la superficie del Sol 
 estaría sometido a una atracción 
 gravitatoria 28 veces superior a la 
 gravedad terrestre en la superficie. 
 Una estrella corriente conserva su 
 tamaño normal gracias al equilibrio 
 entre una altísima temperatura central, 
 que tiende a expandir la sustancia 
 estelar, y la gigantesca atracción 
 gravitatoria, que tiende a contraerla y 
 estrujarla. 
 Si en un momento dado la 
 temperatura interna desciende, la 
 gravitación se hará dueña de la 
 situación. La estrella comienza a 
 contraerse y a lo largo de ese proceso 
 la estructura atómica del interior se 
 desintegra. En lugar de átomos habrá 
 ahora electrones, protones y 
 neutrones sueltos. La estrella sigue 
 contrayéndose hasta el momento en 
 que la repulsión mutua de los 
 electrones contrarresta cualquier 
 contracción ulterior. 
 La estrella es ahora una «enana 
 blanca». Si una estrella como el Sol 
 sufriera este colapso que conduce al 
 estado de enana blanca, toda su masa 
 quedaría reducida a una esfera de 
 unos 16.000 kilómetros de diámetro, y 
 su gravedad superficial (con la misma 
 masa pero a una distancia mucho 
 menor del centro) sería 210.000 veces 
 superior a la de la Tierra. 
 En determinadas condiciones la 
 atracción gravitatoria se hace 
 demasiado fuerte para ser 
 contrarrestada por la repulsión 
 electrónica. La estrella se contrae de 
 nuevo, obligando a los electrones y 
 protones a combinarse para formar 
 neutrones y forzando también a estos 
 últimos a apelotonarse en estrecho 
 contacto. La estructura neutrónica 
 contrarresta entonces cualquier 
 ulterior contracción y lo que tenemos 
 es una «estrella de neutrones», que 
 podría albergar toda la masa de 
 nuestro sol en una esfera de sólo 16 
 kilómetros de diámetro. La gravedad 
 superficial sería 210.000.000.000 veces 
 superior a la de la Tierra. 
 En ciertas condiciones, la gravitación 
 puede superar incluso la resistencia de 
 la estructura neutrónica. En ese caso 
 ya no hay nada que pueda oponerse 
 al colapso. La estrella puede 
 contraerse hasta un volumen cero y la 
 gravedad superficial aumentar hacia el 
 infinito. 
 Según la teoría de la relatividad, la luz 
 emitida por una estrella pierde algo de 
 su energía al avanzar contra el campo 
 gravitatorio de la estrella. Cuanto más 
 intenso es el campo, tanto mayor es la 
 pérdida de energía, lo cual ha sido 
 comprobado experimentalmente en el 
 espacio y en el laboratorio. 
 La luz emitida por una estrella 
 ordinaria como el Sol pierde muy poca 
 energía. La emitida por una enana 
 blanca, algo más; y la emitida por una 
 estrella de neutrones aún más. A lo 
 largo del proceso de colapso de la 
 estrella de neutrones llega un 
 momento en que la luz que emana de 
 la superficie pierde toda su energía y 
 no puede escapar. 
 Un objeto sometido a una compresión 
 mayor que la de las estrellas de 
 neutrones tendría un campo 
 gravitatorio tan intenso, que cualquier 
 cosa que se aproximara a él quedaría 
 atrapada y no podría volver a salir. Es 
 como si el objeto atrapado hubiera 
 caído en un agujero infinitamente 
 hondo y no cesase nunca de caer. Y 
 como ni siquiera la luz puede escapar, 
 el objeto comprimido será negro. 
 Literalmente, un «agujero negro». 
 Hoy día los astrónomos están 
 buscando pruebas de la existencia de 
 agujeros negros en distintos lugares 
 del universo. 
 INFO: En 1965 el genial escritor y 
 divulgador científico Isaac Asimov 
 aceptó una oferta de la revista “Science 
 Digest” que consistía en responder a 
 preguntas formuladas por sus lectores 
 brevemente, en torno a 500 palabras. 
 Lo que un principio iba a ser una 
 colaboracion esporádica terminó 
 siendo algo mensual. Ocho años 
 despues, en 1973, había realizado mas 
 de cien entregas y decidió publicarlas 
 junticas en un libro, que se llamó como 
 la sección, “Please Explain” (Por favor, 
 explique) y que fue publicado por la 
 Editorial Houghton Mifflin Company.
