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29/10/13

ESCAFANDRA ESTRATONAÚTICA: EL PRIMER TRAJE ESPACIAL....

No es muy conocido que uno de los
antecedentes del traje espacial fue
obra del español Emilio Herrera
Linares, un destacado aviador y
científico.
Graduado como teniente en 1903,
solicitó su traslado a la Escuela
Práctica de Aerostación debido a su
gran interés por los aviones. A partir
de ahí se centró en el estudio de
temas aeronáuticos colaborando con
personajes tan relevantes como
Leonardo Torres Quevedo o Juan de la
Cierva.
Participó en numerosos proyectos
pero quizás el más llamativo sea la
escafandra estratonáutica, un traje
presurizado diseñado en 1935 para
ser usado durante un vuelo
estratosférico utilizando un globo
aerostático.
Tras ser nombrado miembro de la
Academia de Ciencias y bajo los
auspicios de esta institución y de la
Sociedad Geográfica, presenté un
proyecto de ascensión estratosférica
en un globo de 37.000 metros
cúbicos, con barquilla abierta, en el
que debía ascender a 26 kilómetros
de altitud protegido por una
escafandra del espacio, cuya
descripción fue publicada en la
revista Ciencia Aeronáutica, de
Caracas.
Este traje tenía en su interior una
funda hermética recubierta de un
armazón metálico articulado con
pliegues para hombros, cadera, codos,
rodillas y dedos. Contaba con
micrófono (especial sin carbono para
evitar la ignición), sistema de
respiración antivapor, termómetro,
barómetro y varias herramientas que
le permitían medir y recoger
muestras. Se habría tratado del
primer traje totalmente presurizado
funcional de la Historia.
El proyecto fue abandonado con el
comienzo de la Guerra Civil española
en 1936, guerra que terminaría
llevando a Emilio Herrera al exilio.
Varias décadas después la NASA
utilizaría sus estudios para elaborar
los trajes espaciales que llevarían el
hombre a la Luna. De hecho como
reconocimiento Neil Armstrong
entregó una de las rocas lunares a
uno de sus colaboradores, Manuel
Casajust.
Fuente: http://quhist.com/

8/3/13

SOBRE RUEDAS

Hasta ahora, los vehículos robóticos
han llegado a la Luna y Marte, junto
con los astronautas conduciendo un
coche lunar en la Luna durante el
programa Apolo de la NASA. Esas
misiones acumulan una cantidad de
kilómetros de lo que podría
considerarse la primera carrera
interplanetaria. Veamos el recorrido
de las distintas unidades de
exploración en otros mundos.
A la cabeza está un viejo poco
conocido de la misión espacial: la
soviética Lunokhod 2. Este enorme
vehículo lunar recorrió 37
kilómetros en la Luna durante su
misión de 1973 y es actualmente el
campeón, ganando la medalla de
oro.
En segundo lugar, con la plata está
el Apolo 17 de la NASA, el
explorador lunar, que fue impulsado
por los astronautas Gene Cernan y
Harrison Schmitt en 1972. Los
astronautas recorrieron 35,89 km
durante su misión, que fue el último
alunizaje del programa Apolo de la
NASA.
La medalla de bronce para la
conducción espacial se va a Marte
con el explorador Opportunity de la
NASA, que ha estado vagando a
través de las llanuras de Meridiani
Planum en el planeta rojo desde
2004. El Opportunity ha recorrido
más de 35,46 km y aún continúa su
viaje.
El último en entrar en la carrera de
ciencia en Marte es el Curiosity, que
acaba de empezar la carrera con
sólo 0,7 km de distancia recorrida.
Fuente: http://www.space.com/79-
distances-driven-on-other-wo
rlds.html . Space.com
Extraído de OAC.

28/2/13

EN EL MOMENTO JUSTO, EN EL LUGAR PRECISO…

Uno de los cuentos de Asimov
(Anochecer, 1941) plantea una
visión del Universo por los
habitantes del planeta Lagash, el
cual está ubicado en un sistema de
6 estrellas, de tal manera que
siempre hay alguna sobre el
horizonte y no existe la noche.
Más allá de cómo se desarrolla la
historia en el cuento, es interesante
ponerse a pensar que la humanidad
se ha desarrollado en este planeta,
en un lugar adecuado para poder
observar el Universo, en una época
propicia en la que podemos
observar inclusive el universo
lejano.
Si la Tierra fuese un planeta que
orbita a una estrella en un cúmulo
globular, tal como Omega Centauri
por ejemplo, muy probablemente
viviríamos en las condiciones del
cuento de Asimov: el único universo
observable serían las estrellas
cercanas que iluminarían tanto que
nunca conoceríamos el cielo
nocturno, desconoceríamos la
existencia de otros miles de
millones de estrellas, y más aún, de
los miles de millones de galaxias
¿Cuáles habrían sido las teorías del
origen de ese pequeño universo?
¿Creeríamos que somos
privilegiados por albergar vida en
ese universo desprovisto de
opciones?
O una civilización que se
desarrollara dentro de unos miles
de millones de años, cuando el
Universo siga expandiéndose y
envejeciendo, sólo podría ver las
pocas estrellas sobrevivientes de su
propia galaxia. El Universo será un
lugar frío y oscuro, y la gran
variedad de objetos que hoy
observamos habrán de desaparecer
de nuestra vista. ¿Nos sentiríamos
solitarios en la inmensa oscuridad?
¿No son buenas excusas para salir a
observar el cielo esta noche desde
este lugar preciso en este momento
justo?
Extraído de OAC.

17/2/13

ROSETA.

La nebulosa Roseta, ubicada en los
bordes de una gran nube molecular
en la región de la constelación del
Unicornio (Monoceros), se ubica a
unos 5000 años luz de distancia de
la Tierra. Los “pétalos” de esta rosa
son en realidad una guardería de
estrellas en formación. La forma
simétrica de la rosa ha sido
esculpida por los vientos y la
radiación provenientes del cúmulo
de estrellas jóvenes y calientes de su
centro.
En esta imagen se muestra también
una región pequeña del campo
cubierto por la nebulosa capturada
con el telescopio de 1,54 metros de
la Estación Astrofísica de Bosque
Alegre (OAC - UNC, Córdoba,
Argentina). Las zonas oscuras son
regiones de polvo en donde se
formarán nuevas estrellas. El polvo
dibuja imágenes sugerentes en la
nebulosa, a las cuales el autor de la
fotografía ha llamado "animales del
'Bosque' "... ¿Pueden ver un lince
saltando en el medio de la imagen?
¿está siendo perseguido por un
perro?
Créditos de las imágenes:
Izquierda: Aldo Mottino (GAF-OAC)
desde su observatorio ubicado en
Rosario (Santa Fe).
Derecha: Aldo Mottino (GAF – OAC),
en colaboración con Carlos Colazo y
Pablo Guzzo, desde la Estación
Astrofísica de Bosque Alegre (EABA)
perteneciente al Observatorio
Astronómico de Córdoba (OAC), el
14 de diciembre de 2012. La imagen
es el resultado de combinar 20
capturas de 3 minutos cada una (1
h en total) con el telescopio de 1,54
metros de la EABA.
Extraído de OAC.

27/4/12

Caja para dormir

En Tokio, el hotel cápsula es un ejemplo de las simples y básicas
habitaciones para usos de corta
duración, este y otros conceptos
similares están surgiendo en los
aeropuertos, estaciones de tren
y centros urbanos de todo el
mundo, reemplazando e
imitando los "cuartos" que hoy
día ya existente en muchos
aeropuertos.
A diferencia de las simples
cabinas-cama de Tokio, donde
los clientes descansan en un
equivalente humano de un
panal de abejas , "Yotel"
en aeropuertos de Gatwick y
Heathrow en Londres y el
aeropuerto de Schiphol en
Amsterdam vienen en formatos
más grandes y más cómodos.
Estas habitaciones mini de hotel
están equipadas con una cama,
mesa, televisor de alta definición
y conexión Wi-Fi.
El cuarto Yotel se estima que
llegará a Nueva York en 2011
con apertura en la calle 42 y
calle 10 Con 669 habitaciones de
lujo y la terraza al aire libre más
grande en cualquier hotel en
Nueva York
También en Amsterdam,
Ciudadano M tiene un hotel con
230 habitaciones mini en el
Aeropuerto Schiphol y un hotel
de 215 habitaciones en la
ciudad de Amsterdam.
Ciudadano M planea abrir
hoteles similares en toda
Europa.
Hoteles Qbic ha abierto dos
"Cheap Chic" mini hoteles con
habitaciones en los Países Bajos:
Qbic World Trade Centre de
Amsterdam y Maastricht Qbic,
más uno en Amberes, Bélgica.
Grupo Arco ha diseñado
también una versión portátil
para los albergues. Un
compartimiento pequeño, móvil,
de 2 m (l) x 1,4 m (w) x 2,3 m
(h), SleepBox es de madera y
MDF. SleepBox tiene la intención
de "permitir un uso muy
eficiente del espacio disponible
y, si es necesario, un rápido
cambio de diseño”, haciéndolo
perfecto para los albergues
donde la demanda y el espacio
disponible a menudo entran en
conflicto entre sí. Las
características específicas
SleepBox albergue-literas, mesas
extraíble y enchufes para
computadoras o los cargadores
de teléfonos y no mucho más.

fuente:
www.gruponuevastecnicas.blogspot.com

8/4/12

LA PARADOJA DE FERMI: SI EL UNIVERSO REBOSA DE ALIENIGENAS, ¿DONDE ESTAN TODOS?

Durante la primavera y verano de 1950,
en la ciudad de Nueva York se dieron
una serie de extraños sucesos: estaban
desapareciendo misteriosamente las
papeleras públicas de la ciudad.
También se dieron más casos de lo
habitual sobre avistamientos y
reportajes de platillos volantes. Aquel
ya lejano verano de 1950, Enrico Fermi
se encontraba trabajando en Los
Álamos.
Un día cualquiera, mientras charlaba
animadamente con Edward Teller y
Herbert York, el tema derivó hacia la
asombrosa racha de aparentes
avistamientos de platillos volantes. Emil
Konopinski se les unió y les mostró
una caricatura realizada por Alan Dunn
donde se mostraba a los alienígenas
llevándose las papeleras a bordo de su
nave espacial con forma de plato.
Fermi, en broma, comentó que el
dibujo constituía una buena teoría ya
que permitía explicar dos fenómenos
muy distintos y aparentemente no
relacionados: la desaparición, por un
lado, de las papeleras y, por otro, la
abundancia de avistamientos de naves
alienígenas. Después de esta broma, la
conversación se desvió hacia la
posibilidad de superar la velocidad de
la luz. Fermi le preguntó a Teller acerca
de la posibilidad de los viajes a
velocidades supralumínicas para un
futuro tan cercano como 1960 y éste
estimó un valor de 1 entre un millón.
Fermi dijo que más bien se inclinaba
por una probabilidad de 1 entre 10.
Una vez sentados los cuatro colegas a
comer, Fermi lanzó la siguiente
pregunta: “¿Dónde están todos?”. York
recuerda que Fermi garabateó
rápidamente unos cuantos cálculos en
un papel (los famosos cálculos de los
no menos célebres problemas de
Fermi) y concluyó enseguida que la
raza humana ya debería haber sido
visitada en muchas ocasiones y desde
mucho tiempo atrás. Aunque estos
cálculos jamás fueron publicados,
resulta bastante fácil imaginárselos,
dada la fama y el prestigio que tenía
Fermi.
Aunque en 1950 aún faltaban 11 años
hasta que la ecuación de Drake entrase
en escena, en la mítica conferencia
sobre SETI (Search of Extra Terrestrial
Intelligence) celebrada en Green Bank
en 1961, Fermi pudo haber hecho uso,
en su lugar, del denominado principio
de mediocridad que establece que ni la
Tierra ni el Sistema Solar constituyen
un sitio especial en nuestra galaxia ni
probablemente tampoco en el
universo. Así, con una estimación no
demasiado optimista, quizá Fermi
podría haber llegado a la conclusión
de que nada menos que un millón de
civilizaciones extraterrestres
inteligentes podrían estar intentando
comunicarse con nosotros en la Vía
Láctea. Así pues, para alguien de la
inteligencia preclara del físico de origen
italiano, ya sólo restaba un paso
evidente para llegar a formular lo que
desde entonces se daría en conocer
como la paradoja de Fermi. En efecto,
éste se preguntaba por qué no somos
capaces de escuchar a todas esas
civilizaciones en condiciones de
comunicarse con nosotros, dónde se
encuentran y si no han tenido tiempo
para colonizar la galaxia. Hay que
tener claro que la paradoja de Fermi
no consiste en afirmar o negar la
existencia de vida extraterrestre; de
hecho, ni siquiera sabemos qué
pensaba a este respecto el mismo
Fermi. La paradoja consiste justamente
en la falta de evidencia de la existencia
de estas civilizaciones, cuando no
debería ser así.
En honor a la verdad, la paradoja de
Fermi debería llamarse más
correctamente paradoja de
Tsiolkovsky-Fermi-Viewing-Hart. El
primero de éstos, Tsiolkovsky, uno de
los pioneros de los viajes espaciales, a
principios del siglo pasado, creía que
“la Tierra es la cuna de la inteligencia,
pero es imposible permanecer
eternamente en la cuna”. Empujado
por sus ideas filosóficas, opinaba que
si los humanos nos podemos expandir
por el universo, entonces todas las
demás especies deben hacer lo mismo
por fuerza. Él mismo llegó a proponer
una solución a la paradoja en el año
1933, diecisiete años antes de que
Fermi plantease la pregunta. Pensaba
Tsiolkovsky que las civilizaciones
inteligentes avanzadas debían estar
formadas por “seres celestiales
perfectos” y que éstos consideraban
que la raza humana aún no estaba
preparada para un encuentro.
Más de 40 años después, en 1975, el
ingeniero inglés David Viewing
estableció en un artículo incluido en el
Journal of the British Interplanetary
Society un dilema semejante, aunque
reconocía en todo momento la autoría
original de Fermi. Sin embargo, puede
que sea el de Viewing el primer artículo
científico en el que aparece publicada
la famosa paradoja.
Aquel mismo año, Michael Hart
publicaba asimismo en el Quarterly
Journal of the Royal Astronomical
Society un artículo donde proponía
distintas categorías de tipo físico (los
viajes espaciales a distancias grandes o
a altas velocidades no son realizables),
sociológico (los alienígenas no han
elegido visitar la Tierra) y temporal
(aún no les ha dado tiempo a llegar
hasta nosotros) para intentar explicar
la paradoja. Finalmente, la conclusión
a la que llegaba Hart: somos la primera
civilización inteligente en nuestra
galaxia.
En 1979, Ben Zuckerman y el propio
Michael Hart organizaron un congreso
para debatir sobre la paradoja de
Fermi. Publicadas sus conclusiones en
formato de libro, establecen de forma
sutil que los alienígenas poseen
razones, medios y la oportunidad de
colonizar la galaxia.
En 1980, Frank Tipler afirmaba
tajantemente en el título de su artículo
que “Los alienígenas inteligentes no
existen”, recogido también en el
Quarterly Journal of the Royal
Astronomical Society. En su opinión, el
proyecto SETI nunca tendría éxito y,
por tanto, no era más que un
despilfarro indecente de tiempo y
dinero.
En 1983, el popular astrónomo y autor
de novelas de ciencia ficción, David
Brin, denominó a la paradoja “el gran
silencio”. Y lo único que hoy en día, 60
años después de Fermi o casi 80
después de Tsiolkovsky, podemos
afirmar con total seguridad es que la
pregunta aún está esperando una
respuesta…
Articulo original de Sergio L. Palacios,
profesor de fisica de la Universidad de
Oviedo.
http://fisicacf.blogspot.com.es/

31/3/12

La primera mujer en el espacio. Valentina Tereshkova

Valentina Vladímirovna Tereshkova,
nacida el 6 de marzo de 1937,
cosmonauta soviética, fue la primera
mujer de la historia en viajar al espacio,
a bordo del Vostok 6 en 1963.
Nació en Máslennikovo, un pequeño
pueblo del óblast de Yaroslavl, en la
actual Rusia.
Tras abandonar la escuela, trabajó en
una fábrica de neumáticos y más tarde
estudió ingeniería. También practicó
paracaidismo.
En 1962 fue seleccionada para su
ingreso en el cuerpo femenino de
cosmonautas. De entre más de
cuatrocientas candidatas, cinco fueron
seleccionadas: Tatiana Kuznetsova,
Irina Soloviova, Zhanna Yérkina,
Valentina Ponomariova y Tereshkova.
El 16 de junio de 1963, a la edad de 26
años y a bordo del Vostok 6, se
convirtió en la primera mujer en viajar
al espacio. Su nombre en clave durante
la misión fue Chaika, gaviota en
castellano.
No se le permitió tomar el control
manual de la nave, tal y como estaba
planeado. Aunque estaban previstos
más vuelos en los que participaran
mujeres, pasaron 19 años hasta que
otra mujer, Svetlana Savítskaya, viajara
al espacio. Ninguna de las otras cuatro
cosmonautas del grupo de Tereshkova
viajó al espacio.
Muy pocos son los que recuerdan su
nombre y menos su misión espacial.
No había recuerdos de ella en el
Museo de la Cosmonáutica en Moscú
en 1996.
El museo no hacía honor a la jerarquía
rusa en el tema. Funcionaba en un
edificio viejo y las fichas descriptivas de
la muestra habían sido escritas a
máquina hacía mucho ya.
Fue completamente reformulado desde
2006 a esta parte y ahora sí puede
competir con el Museo del Aire y del
Espacio en Washington.
Adicionalmente, esa renovación edilicia
sacó a luz la figura de Valentina
Tereshkova.
¿Por qué esa misión fue mantenida en
las sombras todo ese tiempo?
Aparentemente porque algo anduvo
mal durante el vuelo en 1963. No se
trató de un problema médico, como
algún efecto negativo del vuelo, sino
que su comportamiento no fue acorde
a lo que se esperaba de ella, según la
versión de las autoridades en ese
momento.
¿Tendría que ver esto con que
Tereshkova, contrariamente a las otras
cuatro astronautas que integraban el
grupo de las que fue elegida, no tenía
educación superior ni preparación
aeronáutica? Lo más cerca que había
estado del espacio antes de ingresar al
programa fue como paracaidista.
Y si eso era así, ¿por qué fue elegida?
Una de las versiones que circulan al
respecto indica que el vuelo era
considerado un operativo
propagandístico para llevar a una
mujer al espacio antes que los Estados
Unidos. Por eso, y porque el vuelo iba
a ser controlado totalmente desde
tierra, la astronauta no necesitaba
tantas habilidades técnicas como sí
buenas dotes comunicativas y
fotogenia. Tereshkova tenía eso, era
joven (26 años) y cumplía otro
requisito indispensable: era
absolutamente leal al Partido
Comunista.
Una vez en vuelo, no le permitieron
tomar el mando. Estuvo tres días en
órbita haciendo prácticamente nada.
Otra versión indica que la situación la
sobrepasó y sufrió una o más crisis de
nervios y que no contestaba los
llamados que le hacían.
Ella aseguró en 2007, la primera vez
que habló públicamente del tema, que
hubo problemas técnicos en el equipo
de comunicación. Lo peor, sin
embargo, fue que advirtió un error de
dirección de la cápsula y que debió
insistir para que le creyeran y
corrigieran la desviación desde Tierra.
Eso demoró un día más el regreso y
generó posteriores discusiones. En la
URSS una mujer no contradecía a los
jefes, aunque los errores de estos
pusieran en riesgo su vida.
Volvió exausta, deshidratada y muerta
de hambre. Además, tuvo un aterrizaje
bastante violento.
Pasaron los años, se casó con un
astronauta, no mucho después quiso
divorciarse, pero el gobierno le hizo
saber que eso no era bueno para la
imagen de del país y del partido.
Recién en 1982 consiguió el permiso
para divorciarse, otorgado por Leonid
Breznev.
Así y todo, nunca dejó de ser leal al PC,
a representar a la URSS en infinidad de
actividades y de contar la versión
oficial de su increíble historia personal.
Fuentes: Wikipedia, http://
www.lavoz.com.ar/content/historia-
astronauta-olvidada

30/3/12

El Nilo visto desde el espacio

Esta imagen, tomada desde la
Estación Espacial Internacional hace
unos días, nos permite apreciar la
alta densidad de población del río
Nilo y de su delta.
Se pueden apreciar en el centro las
ciudades de El Cairo y Alejandría, en
el delta que forma el río; y a su
derecha el Golfo y Canal de Suez y
después Israel.
Donde terminan las luces se puede
observar casi todo el perfil del mar
Mediterráneo.
Una excelente imagen que da una
idea muy precisa de como se articula
toda la actividad humana en torno a
este río legendario.
Via: nasa.gov

27/3/12

¿POR QUÉ SE HABLA DE LA “BAJA TEMPERATURA DEL ESPACIO”? ¿CÓMO PUEDE TENER EL ESPACIO VACÍO UNA TEMPERATURA?

Ni debería hablarse de “baja
temperatura del espacio” ni puede el
espacio vacío tener una temperatura.
La temperatura es el contenido térmico
medio por átomo de una cantidad de
materia, y sólo la materia puede tener
temperatura.
Supongamos que un cuerpo como la
Luna flotase en el espacio, a años luz
de la estrella más cercana. Si al
principio la superficie está a 25º C,
perdería continuamente calor por
radiación, pero también lo ganaría de
la radiación de las estrellas lejanas. Sin
embargo, la radiación que llegaría
hasta ella desde las estrellas sería tan
pequeña, que no compensaría la
pérdida ocasionada por su propia
radiación, y la temperatura de la
superficie comenzaría a bajar al
instante.
A medida que la temperatura de la
superficie lunar bajase iría decreciendo
el ritmo de pérdida de calor por
radiación, hasta que finalmente,
cuando la temperatura fuese
suficientemente baja, la pérdida por
radiación sería lo suficientemente
pequeña como para ser compensada
por la absorción de la radiación de las
lejanas estrellas. En ese momento, la
temperatura de la superficie lunar sería
realmente baja: ligeramente superior al
cero absoluto.
Esta baja temperatura de la superficie
lunar, lejos de las estrellas, es un
ejemplo de lo que la gente quiere decir
cuando habla de la “baja temperatura
del espacio”.
En realidad, la Luna no está lejos de
todas las estrellas. Está bastante cerca
—menos de 100 millones de millas—
de una de ellas: el Sol. Si la Luna diese
al Sol siempre la misma cara, esta cara
iría absorbiendo calor solar hasta que
su temperatura en el centro de la cara
sobrepasara con mucho el punto de
ebullición del agua. Sólo a esa
temperatura tan alta estarían
equilibrados el gran influjo solar y su
propia pérdida por radiación.
El calor solar avanzaría muy despacio a
través de la sustancia aislante de la
Luna, de suerte que la cara opuesta
recibiría muy poco calor y este poco lo
radiaría al espacio. La cara nocturna se
hallaría por tanto a la «baja
temperatura del espacio».
Ahora bien, la Luna gira con respecto
al Sol, de suerte que cualquier parte de
la superficie recibe sólo el equivalente
de dos semanas de luz solar de cada
vez. Con este período de radiación tan
limitado la temperatura superficial, de
la Luna apenas alcanza el punto de
ebullición del agua en algunos lugares.
Durante la larga noche, la temperatura
permanece nada menos que a 120º
por encima del cero absoluto (más
bien frío para nosotros) en todo
momento, porque antes de que siga
bajando vuelve a salir el Sol.
La Tierra es un caso completamente
diferente, debido a que tiene una
atmósfera y océanos. El océano se
traga el calor de manera mucho más
eficaz que la roca desnuda y lo suelta
más despacio. Actúa como un colchón
térmico: su temperatura no sube tanto
en presencia del Sol ni baja tampoco
tanto, comparado con la Tierra, en
ausencia suya. La Tierra gira además
tan rápido, que en la mayor parte de
su superficie el día y la noche sólo
duran horas. Por otro lado, los vientos
atmosféricos transportan el calor de la
cara diurna a la nocturna y de los
trópicos a los polos.
Todo esto hace que la Tierra esté
sometida a una gama de temperaturas
mucho más pequeñas que la Luna,
pese a que ambos cuerpos distan lo
mismo del Sol.
¿Qué le pasaría a una persona que se
viera expuesta a las temperaturas
subantárticas de la cara nocturna de la
Luna? No tanto como uno diría. Aquí,
en la Tierra, aun yendo abrigados con
vestidos aislantes, el cuerpo humano
pierde rápidamente calor, que se
disipa en la atmósfera y sus vientos,
que a su vez se encargan de llevárselo
lejos. La situación en la Luna es muy
diferente. Un hombre, enfundado en
su traje y botas espaciales,
experimentaría una pérdida muy
escasa, ya fuese por conducción a la
superficie o por convección al espacio
vacío en ausencia de viento. Es como si
se hallase dentro de un termo en el
vacío y radiando sólo pequeñas
cantidades de infrarrojos. El proceso
de enfriamiento sería muy lento. Su
cuerpo estaría produciendo
naturalmente calor todo el tiempo, y es
más probable que sintiese calor que
no frío.
INFO: En 1965 el genial escritor y
divulgador científico Isaac Asimov
aceptó una oferta de la revista “Science
Digest” que consistía en responder a
preguntas formuladas por sus lectores
brevemente, en torno a 500 palabras.
Lo que un principio iba a ser una
colaboracion esporádica terminó
siendo algo mensual. Ocho años
despues, en 1973, había realizado mas
de cien entregas y decidió publicarlas
junticas en un libro, que se llamó como
la sección, “Please Explain” (Por favor,
explique) y que fue publicado por la
Editorial Houghton Mifflin Company.