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15/3/14

Bosque Katyn

En los albores de la II Guerra Mundial, el pueblo polaco fue víctima de una de las mayores matanzas contemporáneas . Poco después de iniciarse la contienda en 1939, el ejército
alemán ocupó Polonia. Por entonces, Alemania y la URSS habían firmado el pacto secreto Molotov-Ribbentrop , un acuerdo de no agresión que preveía -con escepticismo- el
presumible reparto de Polonia entre las dos potencias. La URSS, cumpliendo su parte del pacto, entró entonces en la zona oriental del país. Los prisioneros que hizo el Ejército Rojo,
unos 25.700, fueron repartidos por varios lugares de la actual Rusia, en los campos de Kozelsk, Ostashkov y Starobels, así como por ciertas prisiones de Ucrania occidental y
Bielorrusia.
Pero el jefe de la policía secreta soviética, Lavrenti Beria , en una carta clasificada como ultrasecreta escrita el 5 de marzo de 1940, recomendó su ejecución calificándolos de
‘permanentes e incorregibles enemigos del poder soviético’. En ella se ordena a la NKVD (la policía de Estado soviética, precursora del KGB) ‘juzgar’ a los detenidos en tribunales
especiales, sin contar con su comparecencia y sin acta de acusación, mediante la mera producción de certificados de culpabilidad y que ‘se les aplique el castigo supremo: la pena
de muerte por fusilamiento’. La firma, estampada con un lapicero azul de Iosif Stalin, líder supremo de la URSS, junto a la palabra ‘za’, que significa ‘a favor’, rubrica la orden. Las
firmas de otros tres miembros del politburó la acompañan.
Así durante la primavera de ese año, el bosque de Katyn, territorio perteneciente entonces a la Unión Soviética, se convierte en el escenario de la cruenta masacre decidida por las
máximas jerarquías: unos 22.000 miembros de la élite polaca, incluidos políticos, oficiales del ejército, e incluso artistas e intelectuales, son fusilados metódicamente, uno a
uno, con un tiro en la nuca. Tras recibir el tiro de gracia, son enterrados en fosas comunes. Sólo 448 de los detenidos se salvaron del exterminio, fueron amnistiados y se integraron
en un cuerpo del ejército polaco que luchaba junto al Ejército Rojo al mando del general Anders.
El 22 de junio de 1941, Hitler invade la Unión Soviética. Stalin asiste aturdido al avance de los ejércitos hitlerianos que cruzan la ‘línea roja’ de la frontera soviética haciendo caso
omiso del pacto de  no agresión firmado con el III Reich. La guerra entre las dos potencias se convierte en la prioridad y el trágico genocidio de los polacos pasa al olvido.
Dos años después, en el mes de abril de 1943, el abominable crimen soviético sale a la luz. Unos conductores polacos que acompañaban a una unidad alemana son los primeros en
descubrir las gigantescas tumbas. Unos campesinos rusos habían dado con ellas. Se encontraban en un terreno cubierto de pinos sito a unos 400 kilómetros al oeste de Moscú, a 20
kilómetros al oeste de la ciudad de Smolensk, cerca de la carretera a Vitebsk. Según sus testimonios, el lugar servía a la NKVD como punto de ejecuciones. Había sido acotado con
alambradas y se hallaba vigilado por centinelas. Tras una intensiva búsqueda se dio con los cadáveres.
Goebbels, el ministro de propaganda nazi, convierte el descubrimiento en un arma publicitaria. Su baza está clara, los crímenes soviéticos le permiten neutralizar los primeros
atisbos de las abominaciones cometidas den los campos de exterminio nazis.
La reacción soviética es tan rápida como presumible, porque reconocer el genocidio perpetrado en Katyn hubiera significado colaborar con el nazismo . De modo que fue relegado
al olvido durante décadas. Por su parte los aliados Roosevelt, Churchill apoyaron por razones obvias el negacionismo soviético del magnicidio.
La Unión Soviética jamás reconoció oficialmente su culpabilidad . Desde el fin de la II Guerra Mundial, con Polonia adoptando un régimen comunista apoyado por el Kremlin, que
continuaba culpando del genocidio a la Gestapo nazi, la verdad continuaba oculta.
La población polaca quedó profundamente marcada por los hechos: así todavía en la década de los 50 se consideraba osado a todo aquel que se atreviese a hacer gala de su
intelectualidad.
La situación sólo cambió en 1988, cuando finalmente Moscú se vio obligado a admitir el genocidio bajo el influjo de la perestroika. La reconciliación empezaba a atisbarse. El
politburó soviético aprobó la publicación de los documentos relativos al trágico suceso y en octubre de 1990 el presidente Mijail Gorbachov se los entregó a su homónimo polaco,
Wojciech Jaruzelski, tras reconocer la responsabilidad del gobierno soviético en la masacre. En diciembre de 1991 Gorbachov entrega personalmente a Boris Yeltsin, su sucesor, la
carpeta que contiene la carta de Beria a Stalin.
El mundo asiste conmocionado a la verificación y constatación de uno de los magnicidios más dramáticos de la historia contemporánea y el pueblo polaco pugna por sacar a la luz su
verdad. En 1992 se entrega la documentación al tribunal supremo de la Federación Rusa, para que la adjuntara al proceso contra el PCUS como organización militar, así como a Lech
Walesa, presidente de Polonia. Gorbachev, ya ex presidente niega haber ocultado los documentos sobre la matanza y es procesado por decir que la causa contra el PCUS es un
“proceso de mierda”.
En 1993 Yeltsin, arrodillado en Varsovia, se disculpa ante el pueblo polaco y dos años después promueve la erección de monumentos en memoria de las víctimas. Pero a Polonia
aún le quedaba mucho camino por delante para la reparación de los hechos. Así en el 2005 Varsovia tuvo que sufrir un grave revés cuando la Fiscalía militar rusa concluyó que
la matanza no fue un acto de genocidio sino un crimen militar ya prescrito. Una película dirigida por el laureado cineasta polaco Andrezj Wajda lleva a la gran pantalla en 2007
su visión de los acontecimientos. El cineasta sabía bien de qué hablaba: su padre, el capitán Jakub Wajda, engrosaba la lista de los cadáveres de Katyn.
El mes de abril del 2010, Rusia da un paso determinante al colgar en Internet los archivos del caso. Los documentos ya no eran secretos pero su difusión constituía un gesto
deferencial hacia Polonia.
La reconciliación ruso-polaca parecía cercana cuando otra tragedia cayó sobre Polonia. Como si de una maldición se tratase, el presidente Lech Kaczynski y su esposa María,
fallecieron junto a decenas de políticos en un accidente aéreo cuando se disponían a participar en el 70º aniversario de los hechos de Katyn. Aunque la duda planeó sobre la autoría
de los hechos, nada fue demostrado.
A día de hoy el desenlace de la mayor catástrofe sufrida por Polonia en el siglo XX parece no tener fin: las últimas acciones emprendidas por los parientes de las víctimas tuvieron
lugar hace un año, el 16 de abril de 2012, cuando acudieron al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo para exigir a Rusia que reconociera su responsabilidad
jurídica y otorgara la calificación de genocidio a lo sucedido. Pero este tribunal se limitó a reconocer los hechos como un crimen de guerra y a condenar a Rusia por no cooperar con
ellos, y concluyó admitiendo su incapacidad para juzgar a ese país sin investigar más el asunto.

Fuente
Lavanguardia.com

8/3/13

El adivino (Cuento popular ruso)

Un campesino pobre y muy astuto
apodado Escarabajo, quería adquirir
fama de adivino. Asi que un día
robó una sábana a una mujer, la
escondió en un montón de paja y se
empezó a alabar diciendo que
estaba en su poder el adivinarlo
todo. La mujer lo oyó y vino a él
pidiéndole que adivinase dónde
estaba su sábana. El campesino le
preguntó:
-¿Y qué me darás por mi trabajo?
– Una taza de harina y una libra de
manteca.
– Está bien.
Se puso a hacer como que
meditaba, y luego le indicó el sitio
donde estaba escondida la sábana.
Dos o tres días después desapareció
un caballo que pertenecía a uno de
los más ricos propietarios del
pueblo. Era Escarabajo quien lo
había robado y conducido al
bosque, donde lo había atado a un
árbol.
El señor mandó llamar al adivino, y
éste, imitando los gestos y
procedimientos de un verdadero
mago, le dijo:
– Envía tus criados al bosque; allí
está tu caballo atado a un árbol.
Fueron al bosque, encontraron el
caballo, y el contento propietario
dio al campesino cien rublos. Desde
entonces creció su fama,
extendiéndose por todo el país.
Por desgracia, ocurrió que al zar se
le perdió su anillo nupcial, y por
más que lo buscaron por todas
partes no lo pudieron encontrar.
Entonces el zar mandó llamar al
adivino, dando orden de que lo
trajesen a su palacio lo más pronto
posible. Los mensajeros, llegados al
pueblo, cogieron al campesino, lo
sentaron en un coche y lo llevaron a
la capital. Escarabajo, con gran
miedo, pensó:
“Ha llegado la hora de mi perdición.
¿Cómo podré adivinar dónde está el
anillo? Se encolerizará el zar y me
expulsarán del país o mandará que
me maten.”
Lo llevaron ante el zar, y éste le
dijo:
– ¡Hola, amigo! Si adivinas dónde se
halla mi anillo te recompensaré
bien; pero si no haré que te corten
la cabeza.
Y ordenó que lo encerrasen en una
habitación separada, diciendo a sus
servidores:
– Que le dejen solo para que medite
toda la noche y me dé la
contestación mañana temprano.
Lo llevaron a una habitación y lo
dejaron allí solo.
El campesino se sentó en una silla y
pensó para sus adentros “¿Qué
contestación daré al zar? Será mejor
que espere la llegada de la noche y
me escape; apenas los gallos canten
tres veces huiré de aquí.”
El anillo del zar había sido robado
por tres servidores de palacio; el
uno era lacayo, el otro cocinero y el
tercero cochero. Hablaron los tres
entre sí, diciendo:
– ¿Qué haremos? Si este adivino
sabe –que somos nosotros los que
hemos robado el anillo, nos
condenarán a muerte. Lo mejor será
ir a escuchar a la puerta de su
habitación; si no dice nada,
tampoco lo diremos nosotros; pero
si nos reconoce por ladrones, no
hay más remedio que rogarle que no
nos denuncie al zar.
Así lo acordaron, y el lacayo se fue
a escuchar a la puerta. De pronto se
oyó por primera vez el canto del
gallo, y el campesino exclamó:
– ¡Gracias a Dios! Ya está uno; hay
que esperar a los otros dos.
Al lacayo se le paralizó el corazón
de miedo. Acudió a sus
compañeros, diciéndoles:
– ¡Oh amigos, me ha reconocido!
Apenas me acerqué a la puerta,
exclamó: “Ya está uno; hay que
esperar a los otros dos.”
– Espera, ahora iré yo – dijo el
cochero; y se fue a escuchar a la
puerta.
En aquel momento los gallos
cantaron por segunda vez, y el
campesino dijo:
– ¡Gracias a Dios! Ya están dos; hay
que esperar sólo al tercero.
El cochero llegó junto a sus
compañeros y les dijo:
– ¡Oh amigos, también me ha
reconocido!
Entonces el cocinero les propuso:
– Si me reconoce también, iremos
todos, nos echaremos a sus pies y le
rogaremos que no nos denuncie y
no cause nuestra perdición.
Los tres se dirigieron hacia la
habitación, y el cocinero se acercó a
la puerta para escuchar. De pronto
cantaron los gallos por tercera vez,
y el campesino, persignándose,
exclamó:
– ¡Gracias a Dios! ¡Ya están los tres!
Y se lanzó hacia la puerta con la
intención de huir del palacio; pero
los ladrones salieron a su encuentro
y se echaron a sus plantas,
suplicándole:
– Nuestras vidas están en tus
manos. No nos pierdas; no nos
denuncies al zar. Aquí tienes el
anillo.
– Bueno; por esta vez los perdono -
contestó el adivino.
Tomó el anillo, levantó una plancha
del suelo y lo escondió debajo.
Por la mañana el zar,
despertándose, hizo venir al adivino
y le preguntó:
– ¿Has pensado bastante?
– Sí, y ya sé dónde se halla el anillo.
Se te ha caído, y rodando se ha
metido debajo de esta plancha.
Quitaron la plancha y sacaron de
allí el anillo. El zar recompensó
generosamente a nuestro adivino,
ordenó que le diesen de comer y
beber y se fue a dar una vuelta por
el jardín.
Cuando el zar paseaba por una
vereda, vio un escarabajo, lo cogió
y volvió a palacio.
– Oye – dijo a Escarabajo – si eres
adivino, tienes que adivinar qué es
lo que tengo encerrado en mi puño.
El campesino se asustó y murmuró
entre dientes:
– Escarabajo, ahora sí que estás
cogido por la mano poderosa del
zar.
– ¡Es verdad! ¡Has acertado! –
exclamó el zar.
Y dándole aún más dinero lo dejó
irse a su casa colmado de honores.
De la recopilación “Cuentos del
folklore ruso”, de Alekandr
Nikoalevich Afanasiev.
Imagen: Ilustración de Ivan Bilibin,
ilustrador ruso que se hizo famoso
de finales del siglo XIX cuando
realizó las ilustraciones para los
volúmenes de los cuentos del rusos
que el folklorista Afanasiev había
recopilado.

7/3/13

LA BATALLA DE KARÁNSEBES: Por un barril de aguardiente...

En marzo de 1788, durante la
guerra Ruso-Turca (1787-1792), el
ambicioso emperador José II, aliado
de los rusos partió de Viena hacia el
Banato, en la conflictiva frontera
entre el Islam y la Cristiandad. Su
iniciativa estaba destinada hacerle
un hueco en la historia, y se la hizo
pero no de la manera deseada sino
ante uno de los sucesos más
calamitosos y manifiestos de
incompetencia militar.
El objetivo inicial de los austriacos
era liberar el Sava, una vía fluvial
estratégica, tomando las plazas
fuertes turcas de Savak, Belgrado y
Vindin, y finalmente la importante
fortaliza de Nis, e incorporar toda
Serbia al imperio austriaco. Para
lograrlo reunió un ejército de de
245.000 hombres, 36.725 caballos y
898 cañones.
Aquellas fuerzas iban dirigidas por
los hombres más incompetentes que
hayan podido constituir el ejército
austriaco: Coburg, Fabius,
Wartersleben, Mitrovsy, Devins o
Liechtenstein. Más que generales
eran burócratas, despreocupados de
las más elementales necesidades
logísticas. “Los austriacos veían con
gran recelo la intervención de su
emperador en una campaña militar.
Eran de sobra conocidos sus puntos
de vista humanitarios y nadie
entendía de qué manera podría
contribuir a ganar una guerra. Pero
su querencia por la gloria que
acompañaba a la victoria hizo
imposible convercerlo de que
desistiese. Así las cosas, muchos
vaticinaron ya al comienzo de la
campaña que aquello acabaría mal,
y los acontecimientos les dieron la
razón”.
Tras una campaña llena de altibajos,
en la tarde del 19 de septiembre de
1788, vino a acontecer la llamada
Batalla de Karánsebes. El principal
Cuerpo de Ejército,
aproximadamente 100.000 hombres,
estableció su campamento cerca de
la pequeña ciudad de Karánsebes
(en Rumanía). “Aquí tenemos que
vencer”, exclamo alegremente el
emperador, “la Historia lo ha
previsto así. Aquí e donde el
príncipe Eugenio consiguió una
brillante victoria sobre los turcos y
éste es el mejor lugar para volver a
derrotarlos”. En efecto habría una
segunda batalla de Karánsebes. Pero
lo que iba a ocurrir allí es
probablemente uno de los hechos
más bochornosos de la historia
bélica. Tal incidente refleja el
extremo de decandencia moral al
que había llegado el ejército
austriaco.
En la vanguardia del ejército, un
contingente de húsares imperiales,
cruzó el puente sobre el Timisul en
Karánsebes en busca de turcos
hostiles. Allí no había señal de un
ejército otomano, pero los húsares
se encontraron con un grupo de
nómadas valacos (o gitanos),
quienes se ofrecieron a vender
aguardiente y muchachas a los
cansados soldados. Los soldados de
caballería después de un breve
regateo llegaron a un acuerdo y se
entregaron a los placeres que les
ofrecían.
Unas horas más tarde, las primeras
compañias de infantería cruzaban el
mismo puente con las gargantas
igual de secas. Cuando vieron la
fiesta, los soldados de infantería
pidieron alcohol también para ellos.
Los húsares se negaron a repartir el
aguardiente, y mientras que todavía
estaban bebidos, construyeron
fortificaciones improvisadas
alrededor de su barril de
aguardiente. Se originó una
discusión acalorada, y un soldado
disparó un tiro.
Inmediatamente los húsares y la
infantería entablaron un combate
unos contra otros. Los húsares
desenvainaron sus sables y la
infantería intentó una carga frontal
con mosquetes y bayonetas caladas.
Sonaron disparos y empezaron a
caer muertos. Las cargas eran
inútiles puesto que los húsares no
cedían, entonces para sobrepasar la
posición fortificada los infantes
intentaron una estratagema.
Gritaron: “¡Turken! ¡Turken!”, y la
mera idea de enfrentarse con una
de hueste de turcos aterrorizó de
tal manera a los húsares borrachos
que volvieron a cruzar el puente en
dirección opuesta al galope tendido.
Entre las unidades de infantería de
la vanguardia también comenzó a
cundir el pánico, asustados por sus
propios gritos. Los oficiales gritaban
desesperadamente a sus hombres
“Halt Stehen bleiben! Halt!
(¡Quédense donde están! ¡Alto!),
pero era completamente inútil, la
fuga ya era pura estampida sin
orden ni concierto, además la
mayoría de aquellos soldados eran
húngaros, lombardos o eslovacos y
a duras penas entendían una palabra
de alemán en aquél “totum
revolutum”. Se les había enseñado la
palabra Vorwärts (¡Adelante!) y poco
más. La situación empeoró cuando
los oficiales, en un intento de
restaurar el orden, gritaron “Halt!
Halt!” (¡Alto! ¡Alto!), que fue
interpretado mal por aquellos
bisoños soldados sin conocimiento
del idioma alemán como “¡Alá!
¡Alá!”.
Como la caballería corrió a través
de los campos, un comandante de
Cuerpo razonó que era una carga de
caballería del ejército otomano, y
ordenó que la artillería abriera
fuego. Mientras tanto, al otro lado
del río Timisul donde acampaba el
grueso del ejército, ante tanto ruido
y alboroto empezaron a huir los
caballos de tiro, más los gritos y los
fogonazos empezaron a excitar el
ánimo de aquellos hombres y la
angustia del gran miedo a morir.
Ningún jefe capacitado trató de
evaluar la situación y mantener y
persuadir aunque fuera a sus
hombres más inmediatos, todos sin
excepción se unieron a la huida.
¿Quién podría explicar en aquél
torrente políglota lo que había
ocurrido al otro lado del río?. Los
regimientos de retaguardia fueron
alertados, pero incomunicados,
empezaron a disparar a las sombras
que se aproximaban hacia ellos,
creyendo que eran hordas turcas
que estaban en todas partes;
mientras que en realidad estaban
disparando a sus compañeros que
huían del campamento.
El emperador José II, aún
convaleciente de una enfermedad,
aturdido, recibió un caballo para
ser evacuado. Pero apenas acababa
de montar fue derribado por la
turba enloquecida, su guardia
personal se abrió camino a sablazos
para asistir a su emperador; pero
eso no evitó que nuevo el
emperador fuera derribado y
acabara en el lecho del río Timisul.
Empapado y espantado ante la idea
de ser capturado por los turcos , se
arrastró hasta una casa de
Karánsebes donde finalmente fue
rescatado por su guardía. A tal
grado llegó aquella alocada fuga que
ni la vida del emperador estuvo
completamente a salvo. El pánico
alcanzó proporciones desmesuradas.
Todos corrían, imprecaban, rezaban,
disparaban o morían. Las casas
fueron saqueadas, las mujeres
violadas y los pueblos incendiados.
La senda del pánico quedó salpicada
de mosquetes, sillas de montar,
caballos muertos, tiendas de
campaña,… de todos los despojos
propios de un campo de batalla.
Sólo mucho tiempo después los
generales austriacos frenaron
aquella fuga enloquecida, pero para
entonces aquellas tropas estaban
destrozadas y aturdidas por la
conmoción.
Dos días después apareció ante
Karánsebes el gran visir con sus
tropas. No encontraron ningún
ejército austriaco. En cambio,
descubrieron ante ellos un
espectáculo difícilmente superable:
no menos de 10.000 austríacos
muertos o heridos, cuyas cabezas
fueron rápidamente cortadas.
Tras esta debacle el emperador
escribió al canciller Kaunitz: “Este
desastre sufrido por nuestro ejército
a causa de la cobardía de alguna de
nuestras unidades aún es
incalculable. El pánico reinaba por
doquier, en nuestro ejército, en el
pueblo de Karánsebes y en todo el
camino hasta Timisoara, a diez
leguas largas de allí. No puedo
describir con palabras los terribles
asesinatos y violaciones que se
produjeron”.

28/2/13

Montaña Rusa

Las montañas rusas reciben este
nombre porque las inventó una
mujer de esta nacionalidad. Fue la
emperatriz Catalina la Grande
(1729-1796), esposa del zar Pedro
III, quien, para no aburrirse, se
lanzaba por la ladera de una
montaña subida en un cajón de
madera a modo de trineo en
invierno y con ruedas en varano.
Este modo de diversión se fue
extendiendo y, en 1884, el
americano Marcus A. Thompson
construyó el parque de atracciones
de Nueva York con una versión
mecánica de este divertimento real.
La atracción consistía en dos vías
paralelas sobre un plano inclinado
por el que discurría una vagoneta
con pasajeros, que se arrastraba
manualmente hasta el punto más
alto para luego soltarla.

18/5/12

EL LAGO BAIKAL

El también llamado Ojo azul de Siberia
o La Perla de Asia por la pureza de sus
aguas es considerado el lago más
profundo del mundo y uno de los más
antiguos en términos de historia
geológica. Rodeado de montañas, está
congelado de enero a mayo y pocos
lagos en el mundo le pueden competir
en biodiversidad.
Fue nombrado Patrimonio de la
Humanidad por la UNESCO en 1996.
Con 31 494 km² de superficie, 636 km
de largo, 80 km de ancho y 1 680 m de
profundidad (reconocidos hasta el
momento), el lago Baikal es el mayor
de los lagos de agua dulce de Asia y el
más profundo del mundo. Se calcula
que la formación del lago Baikal data
de hace 25-30 millones de años.
Numerosas especies que habitan el
lago están sufriendo las consecuencias
de la contaminación, la cual procede
principalmente de uno de sus
afluentes: el rio Selenga.
El lago Baikal alberga 1085 especies de
plantas y 1550 especies y variedades
de animales. En la tradición rusa, el
lago es llamado "mar", y en las lenguas
Buryat y Mongola es llamado "Dalai-
Nor", el "Mar Sagrado".
Se cree que se formo hace 30 millones
de años, siendo también uno de los
lagos más antiguos en términos de
historia geológica.
El lago está rodeado de montañas y
contiene 22 pequeñas islas. Unos 300
ríos abastecen de agua al lago; los
principales son: Selengá (que genera
gran parte de la contaminación que se
descarga al Baikal), Chikoy, Jiloh, Udá,
Barguzín y Alto Angará; el agua fluye
fuera del lago por un solo cauce, el del
río Angará.
Recientemente dos batiscafos rusos
(Mir-1 y Mir-2) descendieron hasta el
fondo del lago. La expedición, que
realizará este año y el próximo más de
cien inmersiones en el Baikal, se
propone determinar con exactitud su
profundidad, detectar posibles fuentes
subterráneas de procesos termales,
tomar datos tectónicos -el lago
experimenta unos dos mil seísmos
anuales de baja intensidad- y examinar
restos arqueológicos
En distintos lugares alrededor del lago
se encuentra el sendero Great Baikal
Trail, un sistema de senderos
ecológicos que dan acceso a la
naturaleza y vistas del paisaje.
Fuente: La Reserva.com
Imagen: Viajes a Rusia.com, del Lago
Congelado.

14/5/12

EL METRO DE MOSCÚ, ARTE BAJO TIERRA

Las estaciones del metro de Moscú se
parecen más a una galería de arte que
a las terminales de un tren
subterráneo. Y no se trata sólo de una
estación bonita, sino que la red del
metro moscovita es una gran obra de
arte arquitectónica y un atractivo
turístico per se.
A pocos les interesaría hacer una visita
virtual por el metro de Nueva York o de
Londres, sin embargo si no se tiene la
oportunidad de hacerlo en persona,
vale la pena conocer, al menos
virtualmente, el de Moscú.
Fue inaugurado en 1935 y gracias a su
belleza se ha ganado el nombre de
“palacio subterráneo”. Su red es muy
extensa convirtiéndolo en el primero
en el mundo por densidad de
pasajeros y en el quinto por extensión
de líneas (actualmente con 176
estaciones) después del de Nueva
York, Londres, Madrid y Tokio.
Al recorrer los pasillos de las
estaciones, se pueden ver techos,
suelos y paredes decorados con
mosaicos, esculturas, pinturas,
adornos y arañas gigantescas, incluso
algunas estaciones están
completamente construidas en mármol
Cada una puede ser muy diferente a la
otra, cada una tiene su propio estilo
arquitectónico y su particular
decoración. Por ejemplo, la decoración
de la estación de Kíyevskaya está
dedicada a la amistad del pueblo ruso
con Ucrania, la de la estación de
Belorrúskaya a la amistad con
Bielorrusia, mientras que la estación de
Komsomólskaya ( foto), una de las más
bonitas, refleja la lucha del pueblo
ruso por la libertad y la independencia
de la Patria.
Aparte de la espectacularidad de su
arquitectura, el metro es la mejor
forma de recorrer Moscú. Además es
muy barato y puede pagarse a través
del móvil, por lo que vale la pena hacer
un tour para descubrir las maravillas
que esconden las entrañas de la
ciudad rusa.
Les recomiendo esta dirección donde
podran encontrar bellas imágenes del
metro
http://www.beeflowers.com/Metro/
pages/043.htm

Video con imágenes de las más
bellas estaciones del metro de Moscú.
La música corre a cargo de Boccherini
y Rossini http://www.youtube.com/
watch?v=dgiFJysMx4c&feature=related

1/5/12

EL KREMLIN Y LA CATEDRAL DE LA ANUNCIACIÓN

Como heredero del emperador
bizantino, Iván III , único soberano
ortodoxo libre, quiso hacer de Rusia
una potencia mundial. Para ello
convirtió el Kremlin en una fortaleza
inexpugnable y adornó la plaza de la
catedral con bellos edificios e iglesias
que darían a Moscú esplendor y
prestigio. Para ello, fueron llamados
célebres constructores de Pskov e
ingenieros y arquitectos de Italia que
dieron al Kremlin un aspecto inédito.
Durante el siglo XIV fueron construidas
las catedrales Uspenski (de la
Asunción), Blagoveschenski (de la
Anunciación) y Arjánsueiski (del
Arcángel San Miguel), las cuales
formaron la Plaza Sobornaya (de las
Catedrales).
Para el año de 1489 los artífices de
Pskov terminaron la construcción de la
Catedral de la Anunciación
(Blagoveschenski), uno de los mejores
monumentos del Kremlin de Moscú. Al
principio fue un templo con tres
cúpulas y de tamaño reducido, pues
servía de iglesia de la casa del gran
príncipe. En el siglo XVI bajo Iván El
Terrible fueron agregadas dos cúpulas
más y luego cuatro altares laterales
pequeños; el número de cúpulas
aumentó, por lo tanto, hasta nueve. De
modo que la Catedral de la
Anunciación se convirtió, de una
modesta iglesia de la casa de príncipes
moscovitas, en el templo principal de
la familia del zar. Los frescos más
antiguos de la catedral se hicieron muy
famosos. En 1572 se le añadió a la
catedral un porche, más tarde llamado
Porche de Iván el Terrible. Obtuvo ese
nombre porque al casarse por cuarta
vez el zar ya no podía entrar a la iglesia
(la iglesia Ortodoxa no permite casarse
más de 3 veces). Desde ese porche,
por una ventana, el Zar observaba la
misa que se llevaba a cabo dentro del
templo.

25/4/12

Norilsk

Norilsk es una ciudad de
Krasnoyarsk Krai, en Rusia, y
localizada entre el río Yenisey y la
península de Taymyr. Además,
Norilsk es la ciudad más al norte de
Siberia y la segunda ciudad más
grande más cerca del Círculo Ártico.
Norilsk, junto a Vorkuta y Yakuts, son
las únicas ciudades grandes
situadas en la zona de continuo
permafrost, una capa de hielo
permanente en la superficie.
Además, es la ciudad que está más
al norte del mundo, contando con
una población de casí 140,000
habitantes según el censo del 2002.
En 2001 la ciudad fue decretada
como "ciudad cerrada" para
extranjeros (excepto ciudadanos de
Bielorrusia). Esto es debido a la alta
contaminación y a los silos con
misiles intercontinentales (ICBM)
situados cerca de la meseta de
Putorana.
La compañía minera MMC Norilsk
Nickel es la principal generadora de
empleo en la zona de Norilsk, y
debido a la intensa minería, está
ciudad se ha convertido en una de
las diez ciudades más contaminadas
del mundo, no habiendo ningún
árbol en un radio de 48 kilómetros.
A parte de esto, y siguiendo con el
ambiente, Norilsk tiene un clima
extremadamente duro, con unas
temperaturas medias de -10 ºC y
llegando a alcanzar los -58 ºC. Por
ello, lógicamente la ciudad está
cubierta de nieve prácticamente
todo el año, habiendo durante la
mitad del año diversas tormentas de
nieve.
Como curiosidad, en alguna zona de
la ciudad todavía se pueden ver
algunas estatuas de Lenin y otros
símbolos comunistas.

Coordenadas en Google
Earth: 69°21'30.28"N 88°11'44.87"E

30/3/12

Egvekinot

Egvekinot, que significa "tierra
seca" o "tierra dura" en el idioma
Chukchi, es un asentamiento urbano
en Chukotka, parte del Distrito
Federal del Lejano Oriente, en Rusia.
Actualmente cuenta con una
población de 2,500 habitantes
apróximadamente, mucha menos en
comparación a hace más de 20 años
cuando había más de 5.000.
Está localizado en la costa de la
Bahía de Kresta, en el mar de Bering,
y está a los pies de montañas de
más de 800 metros de alto,
quedando prácticamente aislado de
todo. De todas formas hay un
aeropuerto cerca, pero en
primavera, debido a que durante el
resto del año está totalmente
nevado, puede haber inundaciones.
Egvekinot fue fundado el 1 de marzo
de 1946 para ser usado como
puerto para suministrar materiales al
cercano complejo minero de Lultin.
El 16 de Julio de ese mismo año,
llegaron los primeros 1500 colones a
la ciudad, los cuales parece ser que
eran mayoritariamente prisioneros
políticos. Estos construirían toda la
infraestructura del area, el pueblo
colindante de Ozerny y la de Lultin,
así como los 270 km de carretera
que unen la mina al nuevo puerto,
la central electrica, casas, edificios,..
En fín, todo.
Gracias a ello la población aumentó
considerablemente llegando a haber
más de 5000 habitantes a finales de
los 80. Sin embargo, cuando la mina
se cerró en 1993, la economía de
Ekveginot sufrió considerablemente
cuando la población se marchó
rápidamente. Aún así, parece ser
que últimamente la población ha ido
de nuevo en aumento.
Localización en Google Earth:
66°19'0.16"N , 179°8'3.29"O

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