Mostrando entradas con la etiqueta tradiciones. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta tradiciones. Mostrar todas las entradas

3/11/14

La Catrina

“La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas,
güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba
siendo calavera”- José Guadalupe Posada

Tanto se burla el mexicano de la muerte que entre
sus artefactos populares también le ha dado nombre
y forma, y se llama La Catrina.
La Catrina como símbolo popular de la muerte (o uno
de los símbolos dentro de toda la cosmovisión y
cultura mexicana frente a la muerte) fue bautizada
como tal por el muralista Diego Rivera (1886-1957), y
aunque en sus obras encontramos representaciones
de esta dama blanca elegante y delgada, no fue el
primero en incluirla en su obra, ya que fue José
Guadalupe Posada (1852-1913) el precursor de esta
representación.
La historia de La Catrina empieza durante los
gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de
Tejada y Porfirio Díaz. En estos periodos, se
empezaron a popularizar textos escritos por la clase
media que criticaban tanto a la situación del país
como de las clases privilegiadas. Los escritos,
redactados de manera burlona y acompañados de
dibujos de cráneos y esqueletos se empezaron a
reproducir en los periódicos llamados de combate.
José Guadalupe Posada (1852-1913) fue un célebre
grabador, caricaturista e ilustrador que colaboró en
medios como El Padre Cobos, El Ahuizote y La Patria
Ilustrada. Sus críticas sociales que evidenciaban
situaciones de desigualdad e injusticia en el país y
en la sociedad porfiriana le hicieron famoso dentro
del arte popular por sus dibujos de “calacas”; las
calacas o calaveras ilustraban corridos, historias de
crímenes, a políticos, damas, toreros…
Es por ello que sus calaveras, bautizadas en un
principio y por él mismo como “La Calavera
Garbancera” representan al pueblo, a su carácter
desenfado y festivo, y a la situación de la época,
aunque hoy se les asocie más al día de muertos. El
garbancero era aquel que a pesar de tener sangre
indígena pretendía ser europeo y renegar a su
propia cultura; situación que el ilustrador
condenaba. Por ello, su calavera con sombrero, sin
nada más, representa al garbancero: al que pretende
aparentar lo que no es.
Las Catrinas también estuvieron acompañadas en los
periódicos por las famosas calaveras.
Las calaveras literarias, son composiciones en verso
tradicionalmente mexicanas que en vísperas del día
de muertos se suelen escribir como otra de las
manifestaciones de la cultura popular para hacer
burla tanto a los vivos como a los muertos, y
recordar que todos nos vamos a morir. Están escritas
con un lenguaje satírico o burlesco y son textos muy
breves pero que reflejan todo el espíritu y festividad
del mexicano frente a la muerte. Hoy en día se
acostumbra que desde que los niños son pequeños,
en la escuela, hagan burla o crítica de algún
personaje o situación de interés general o moda con
este formato.
La influencia de la obra de Posada le llegó
posteriormente a Rivera , quien re-adaptó el
concepto, la bautizó como Catrina, como
anteriormente menciono, y le añadió nuevos
atributos, ropa, porte y elegancia, como se puede ver
en Sueño de una tarde dominical en la Alameda
Central, convirtiéndola en Catrina.

Imágenes:
- Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, Diego Rivera
- Calavera garbancera, de José Guadalupe Posada.
Periódico de la época revolucionaria.

Fuente

27/6/14

WAYANG: TRADICIONES DE INDONESIA

En Indonesia, el teatro de títeres tiene importancia y tradición. Particularmente famosos son los muñecos de las islas de Bali y Java. Allí el Wayang es la técnica de manipulación por excelencia. Un estilo de manipulación del que se sirven los titiriteros para contar viejas historias sobre sus dioses y héroes de la mejor tradición épico-religiosa como Rama o Arjuna.
Con este nombre general se engloban a su vez varias formas de teatro de muñecos.
Así, el llamado wayang golek conjuga el teatro de actores con el de títeres tridimensionales, mientras el wayang kulit es un particular teatro de títeres de sombra, posiblemente pariente del Karagöz que ya conocemos.
Los títeres de sombra del wayang kuilt son planos y se realizan con un cuero especial que después se pinta cuidadosamente. Sus formas y colores no son aleatorios, sino que siempre tienen su significado específico, pues indican su carácter y sus habitudes de comportamiento. Así, los personajes con la nariz caída o los ojos rasgados son identificativos de los personajes más leales y nobles. Y el público los sabe reconocer. Es capital el protagonismo del dalang, el actor-manipulador, pues él es el encargado de realizar las voces de todos los personajes. Al dalang, a menudo, le acompaña una tradicional orquesta llamada gamelán. A la representación, que puede alargarse durante toda una noche, el público se puede incorporar en cualquier momento, pues la trama argumental es abierta. En cuanto a la técnica de manipulación, es muy similar a la del Garagöz turco: el títere plano detrás de una pantalla por la que atraviesa un haz de luz se maneja mediante varillas perpendiculares a la sábana.
El kuilt de sombras acabó por evolucionar en su desarrollo histórico, dando lugar a un muñeco tridimensional, el wayang golek. Su manejo es bastante peculiar.
Podríamos definirlo como un títere de tres varillas inferiores. A la cabeza del muñeco se inserta un pequeño bastón de madera, que, atravesando todo el cuerpo, posee un movimiento independiente al de los hombros. Los brazos, por el contrario, son movidos mediante sendas varillas que se insertan en las muñecas y que permiten movimientos de codos y hombros. Como se puede comprobar, el muñeco posee una gran capacidad gestual, que lo hace asombroso. Este muñeco, comúnmente, es movido por un solo actor, pero no se descarta la posibilidad de la intervención de dos manipuladores: uno para la cabeza y otro para el manejo de las varillas de los brazos.

12/1/12

bindi

El bindi (del sánscrito bindu, cuyo significado sería el de "gota, pequeña partícula, punto") es un elemento decorativo de la frente utilizado en Asia meridional (principalmente India), y el Sudeste Asiático. Tradicionalmente, es un punto de color rojo coloreado en la parte central de la frente, cerca de las cejas, pero también puede ser un signo o una joya lo que se porte en vez del punto. Es una marca que se puede utilizar a diario o para ocasiones religiosas en particular, dependiendo de la costumbre. No tiene una forma fija, ésta depende de la deidad a la que se venera. Los hombres suelen usar un punto alargado mientras que las mujeres usan un punto redondo o bindi. La ubicación en la frente entre las cejas obedece a la tradición védica. Se trata de un importantísimo centro de energía llamado Ajna Chakra, Ojo Espiritual y Tercer Ojo. Aunque su origen es claramente religioso, en la actualidad el bindi tiene funciones decorativas y de tradición. En el sur de la India lo utilizan las jóvenes y en otras partes es prerrogativa de mujeres casadas, si bien en otras zonas éstas señalan tal condición con una marca que se inicia en el nacimiento del pelo en la frente y termina hacia la mitad del cuero cabelludo. En general se considera como un signo de buena suerte para el matrimonio, el hogar y los hijos