Dea Nutrix: es la forma latina de “diosa nutricia”, un término utilizado para describir una manifestación concreta de la Diosa Madre celta en Europa occidental. La imagen tipo de esta diosa pudo derivarse de las representaciones de las divinidades nutricias italianas, o bien del concepto de emperatriz deificada, que algunas veces era considerada una diosa de la fertilidad. Se conservan unas figurillas de arcilla de una figura femenina sentada que se fabricaron en talleres galos, bretones y renanos durante los dos primeros siglos de nuestra era. La diosa aparece sentada, por lo general en una silla con un amplio respaldo, mientras amamanta a uno o dos niños. Estas imágenes de la diosa se han encontrado en contextos domésticos, en tumbas y templos. En Dhronecken, cerca de Trier, hubo un santuario dedicado a esta diosa nutricia en el que había numerosas figurillas tanto de la propia deidad como de los niños a los que protegía.
La Dea Nutrix aparece también en otros santuarios, entre ellos en Alesia y en el templo de St Ouen de Thouberville (Eure), un santuario en Trier, donde la diosa recibía el nombre de Aveta.
3/11/14
Dea Nutrix
1/1/14
TRISTÁN E ISEO (LEYENDA CELTA)
Tristán era un joven caballero del
séquito de su tío, el rey Marc de
Cornualles. Un día, cuando una
golondrina dejó caer un cabello rubio
a sus pies, el rey declaró que había
de casarse con su propietaria. Tristán
parte un su busca y llega a Irlanda,
donde mata a un dragón que asolaba
el país y solicita la mano de Iseo, la
hija del rey, la mujer que estaba
buscando. Tristán llevará entonces a
Iseo con el objetivo de que la
princesa se desposara con el rey
Marc. La madre de Iseo, prepara un
filtro mágico y se lo da a la doncella
de su hija, Brangain, para que diera
de beber de él al rey, asegurando así
el amor por su hija. Pero la doncella,
por error, le da a Tristán el filtro, por
lo que se enamora perdidamente de
la princesa.
Pero Iseo se casa con Marc,
convirtiéndose en la amante de
Tristán y arriesgándose en varias
ocasiones a ser descubiertos...
Existen diferentes finales según la
tradición:
1. El rey Marc, loco de celos, mata a
Tristán en cuyo abrazo mortal
también mata a Iseo, enterrándose
uno al lado del otro.
2. Tristán es desterrado y se casa con
otra Iseo. (Iseo, la de las blancas
manos). Pero él sigue perdidamente
enamorado de Iseo y se consume de
amor por ella. Cuando Tristán está a
punto de morir, después de enviar
por Iseo para que le cure, su esposa
le dice que el barco que ha enviado
para traerla tiene velas negras, lo
cual es signo de rechazo. Entonces,
Tristán muere de pena. Pero Iseo sí
viene en el barco por lo que
igualmente muere de tristeza.
3. Tras el destierro, Tristán vuelve a
Cornualles y finge estar loco para
volver a ver a Iseo. La gente se burla
de él, pero consigue verla. En otras
versiones, Tristán se vuelve loco de
verdad.
Simbólicamente, Tristán representa a
la luna, mientras que Iseo es la
imagen del sol. La novela en prosa
del siglo XIII destaca el hecho de que
Tristán moriría si no tuviese
relaciones íntimas con Iseo por lo
menos una vez cada mes, todo lo cual
guarda estrecha relación con el
calendario celta, que es un
calendario lunar. Por otra parte, en
las lenguas célticas, la luna es de
género masculino y el sol, femenino.
La muerte trágica de Tristán, no es
consecuencia de la herida
envenenada que ha recibido, sino
que se debe a que Iseo llega
demasiado tarde: el sol no puede
devolverle la luz que la luna necesita,
simbolismo muy sugestivo.
Imagen: Waterhouse, Tristán e Isolda,
con la poción
9/3/13
Boudica
Boudica fue una reina
guerrera de los icenos, que supo liderar a varias tribus britanas,
tal como se conocen a los pueblos
indígenas que habitaron Gran
Bretaña, allá por el siglo I A.C. y I
D. C., en el territorio que hoy
corresponde al condado de
Norfolk.
Su nombre significaba
‘victoria’. También se la
conoce como Budica,
Buduica , Bonduca, o
por el nombre latinizado
de Boadicea.
Boudica supo responder a favor de su pueblo y de otros pueblos vecinos, los trinovantes, a quienes también acompañó en sus momentos más difíciles: la ocupación romana
llevada a cabo durante el
gobierno del emperador Nerón,
entre el 60 y 61 D.C.
Hechos narrados sobre
todo por dos historiadores, Tácito (en sus Anales y en La vida
de Julio Agrícola ) y Dión
Casio (en Historia
romana).
Desde muy joven, Boudica, se
habría destacado de sus pares por
su notable sagacidad e inteligencia,
algo que normalmente no era muy reconocido en las mujeres por aquellos tiempos.
Se convirtió en reina
consorte como consecuencia de su
matrimonio con el rey de los
icenos Prasutagus.
Si bien una de las características
más destacadas de estos pueblos
era su apego a la independencia, a
Prasutagus no le quedó otra
opción, ante la ausencia de
descendencia masculina, que
generar un acuerdo con el gobierno romano para que a su muerte, el emperador romano sea también heredero de su reino junto a las dos hijas que tuvo con Boudica y entonces, de esta manera se aseguraría la continuación de la independencia de su territorio.
Una vez que Prasutagus falleció, los romanos no respetaron el acuerdo y basándose
en que su propia ley únicamente
permite el traspaso de la herencia
por línea paterna se hicieron
dueños del territorio de Boudica y
Prasutagus. Tanto las tierras como
los bienes de esta tribu fueron
confiscados y a los nobles se los
trató como esclavos.
le exigieron la
inmediata anexión al Imperio.
Boudica se negó, provocando la
invasión del territorio por legiones
romanas, las que no contentas con
arrasarlo todo, violaron a las
princesas y humillaron a la reina
desnudándola y azotándola.
Aproximadamente entre el año 60 y 61 mientras el gobernador romano de britania se hallaba en una misión, los icenos, se rebelaron
contra la opresión romana y
unieron fuerzas con la tribu
trinovante y a Boudica la erigieron
líder de la revuelta.
Boudica consiguió un nutrido
ejército, con el que avanzo hacia los territorio ocupados por los
legionarios, acabando con la vida de más de 5,000 de ellos.
Si bien Boudica y su menos formal
ejército lograron imponerse al
organizado ejército romano en
varios encuentros, cuando llegó el
conocido como la Batalla de
Watling Street , ni el ímpetu, ni las
ganas y ni siquiera la superioridad
numérica del ejército britano
liderado por Boudica pudieron con
la organización del ejercito romano que se hallaba mejor parado en el campo de batalla.
En el año 61 el magister Militum Suetonio Paulino asumió el mando y el resultado fue una abrumadora y cruentísima derrota para Boudica y los suyos.
Los romanos no tuvieron
piedad, ni siquiera de
mujeres encinta y niños y
durante horas se
dedicaron a asesinar a
los heridos y a perseguir
a los que habían logrado
traspasar los carromatos.
Boudica acabó
suicidándose con veneno
para evitar que los
romanos la atraparan,
según Tácito, aunque
Dión Casio da otra
versión de los hechos.
Tal fue el grado de
violencia que los
romanos aplicaron que incluso
el emperador Nerón
calificó de "muy duro" el
castigo infligido a los
celtas que lucharon en
esa batalla.
fuentes: www.quien.net
www.es.wikipedia.org
3/8/12
La leyenda de los Llamadores de Ángeles
vivían en contacto directo con sus
Ángeles Guías o Ángeles de la Guarda,
y que, por alguna razón, seguramente
vinculada al Pecado Original, tuvieron
que dejar de vivir conjuntamente con
éllos. Los Ángeles, apenados por la
pérdida de la compañía de los
humanos, , obsequiaron a éstos con
colgantes esféricos de plata pura que,
al agitarlos, sonaban como
campanillas.
Estas esferas eran un símbolo de
protección. Los Ángeles se despidieron
de los humanos y les explicaron que,
aunque ya no los volverían a ver, si se
sentían en peligro, desprotegidos o
simplemente tristes, sólo necesitaban
agitar la esfera, ya que, cuando
escuchara su sonido, el Ángel Guía -
Ángel Guardián- de cada uno, acudiría
en su ayuda o compañía.
Los Ángeles pusieron una condición: el
colgante sería de uso exclusivo y
personal, pues todos tenían un sonido
propio y reconocible por cada Ángel
Guía -Ángel de la Guarda-, y este ángel
no puede ser prestado a otra persona.
Si se contravenía esta condición, la
magia y protección de la esfera
desaparecería. También explicaron a
los humanos que el mismo colgante
podía ser utilizado por una madre y su
bebe mientras éste se encuentra en
gestación, ya que en este estado,
ambos comparten un Ángel Guía. Una
vez que el bebé hubiera visto la luz, la
madre debía decidir si el colgante se
utilizaba para su protección o para la
de su hijo recién nacido.