la famosa Orden del Baño inglesa, del siglo XVIII no fué ni ha sido 
 jamás una “Orden” monástico- 
 militar sino una orden nobiliaria 
 de tipo cortesano. 
 Y la Orden escocesa de San 
 Andrés del Cardo, que 
 tradicionalmente solo dispone 
 de 13 miembros –por referencia 
 a Cristo y los Apóstoles- no tiene 
 una fecha de fundación 
 histórica confirmada, 
 moviéndose en el terreno de las 
 “leyendas imposibles” que la 
 entroncan con Carlomagno, por 
 lo que, en todo caso y por más 
 legendaria que fuese su génesis- 
 sus orígenes parahistóricos 
 serian incuestionablemente 
 católicos. Fué “resucitada” en 
 época estuardista y utilizada 
 después por los hannoverianos 
 protestantes a efectos 
 cortesanos. 
 Para encontrar “órdenes” 
 ortodoxas será necesario ir 
 hasta el reinado del Zar Pedro el 
 Grande de Todas las Rusias, el s. 
 XVII, y eran, como la del Baño 
 inglés, distinciones cortesanas, 
 pero en todo caso nunca 
 verdaderas órdenes monástico- 
 militares de Caballería. 
 La realidad histórica es que las 
 Órdenes de Caballería 
 monásticas y militares son fruto 
 del Cristianismo Católico 
 Romano Occidental. Podría 
 haber algunos caballeros 
 bizantinos y ortodoxos. 
 Tal vez. 
 Pero en el Imperio Bizantino 
 Cristiano Ortodoxo no hubo 
 jamás Órdenes de caballería 
 monásticas y religioso-militares 
 seguidoras de las reglas de San 
 Benito de Núrsia, de San Agustín 
 de Hipona o de San Bernardo 
 de Claraval. 
 Tradicionalmente, en Bizancio 
 no se armaba caballeros ni 
 como muestra de 
 reconocimiento imperial; para 
 recompensar méritos o valores 
 nombraban sebastocrátores, 
 basileopátores, estrategos, 
 déspotas, drungarios, logotetas, 
 megaduques, curopalatos, 
 protosebastos, protopoedros, 
 protobestiarios, 
 panipersebastos, 
 pansebastohipérbathos, 
 protospathariores, 
 koubikoularios, praepositus 
 sacrae cubículi, katephanos, 
 espatharios, hypatos, 
 anthypatos, protoasekretis y 
 muchas otras dignidades 
 palatinas todas ellas muy 
 vistosas; pero caballeros, como 
 los entendemos en Occidente, 
 no. 
 Bizancio era un imperio, no una 
 sociedad “feudal” a la 
 occidental. En todo caso era 
 “feudal” a la oriental. 
 El año 1453, Constantinopla 
 cayó en poder turco; los 
 Balcanes, a pesar de la 
 resistencia épica del albanés 
 Jorge Castriota (Iskander Beg o 
 Skanderberg = el Señor 
 Alejandro para los turcos), 
 también; la religión ortodoxa 
 quedó sometida al Islam turco 
 en los Balcanes, sieno, a la larga 
 Moscú (la Tercera Roma) el 
 relevo de Constantinopla en este 
 sentido. 
 Es evidente que ingleses, 
 alemanes, flamencos, 
 holandeses, escandinavos y 
 otros pueblos europeos 
 occidentales que ara profesan 
 mayoritariamente confesiones 
 cristianas no católicas como la 
 luterana reformada en sus 
 diversas formas o la anglicana, 
 tienen una historia en común: 
 un pasado católico romano 
 también mayoritario (husitas, 
 bogomiles y cátaros aparte); el 
 mismo rey Enrique VIII de 
 Inglaterra siempre se consideró 
 católico a pesar de haber roto 
 con la jerarquía eclesiástica 
 romana. 
 Y la mayoría de alemanes o 
 daneses del s. XV se 
 consideraría totalmente papista. 
 Porque de hecho, las dos 
 grandes reformas del 
 Cristianismo Occidental, la 
 luterana y la Tudor, tuvieron 
 lugar en el s. XVI; doscientos 
 años después de la disolución 
 de la Orden del Temple. 
 Hasta entonces, la Cristiandad 
 Católica Romana también eran 
 ellos. Por ese motivo, la Orden 
 del Temple y el resto de 
 Órdenes de Caballería religioso- 
 militares también integra sus 
 historias y las pueden tener 
 como un referente cristiano 
 anterior a toda división religiosa 
 en sus tierras respectivas. 
 Nadie puede negar su pasado. 
 Y cualquier anglicano actual 
 sabe que sus antepasados 
 fueron a la III Cruzada Católica 
 con Ricardo Corazón de León y 
 las Órdenes del Temple y del 
 Hospital y lucharon juntos en 
 Acre y en Arsuf. 
 Porque cualquier anglicano 
 actual sabe que todos los 
 caballeros templarios ingleses 
 eran católicos romanos. No 
 había otros. Un templario era 
 católico. Y pensaba y actuaba y 
 rezaba y luchaba como católico 
 romano papista. 
 Sin más fantasías. 
 Iba a las Cruzadas que 
 ordenaba y/o bendecía el Papa 
 y Obispo de Roma, sucesor del 
 Apóstol San Pedro y Piedra 
 Angular de la Iglesia Cristiana 
 Católica Apostólica y Romana. 
 No tendría ningún sentido 
 pensar otra cosa porque en 
 1190 no habia alternativas para 
 ser un monje-cristiano-caballero 
 de la Orden del Temple. 
 No hubo Templarios (ni 
 hospitalarios, ni sepulcristas, ni 
 santiaguinos, ni calatravos, ni…) 
 husitas, bogomiles, cátaros o 
 priscilianistas. O satanistas. 
 Al menos, públicamente, 
 oficialmente y/o como colectivo. 
 O eran católicos o no eran 
 miembros de la Orden. 
 Obviamente, menos aún habría 
 templarios sunnitas, o 
 seguidores de cualquier religión 
 no cristiana. 
 Serían apóstatas. 
 Por supuesto no pudo haber 
 nunca templarios luteranos. Ni 
 anglicanos. Obviamente sería un 
 anacronismo plantearlo tan 
 solo. 
 Y por supuesto, tampoco hubo 
 ningún templario ortodoxo 
 griego que se sepa: hubiera sido 
 imposible técnicamente ser 
 papista y no serlo 
 simultáneamente. La Iglesia 
 Romana lo hubiera 
 excomulgado y expulsado de la 
 Orden, en el mejor de los casos, 
 sino lo hubiera enviado a la 
 hoguera. La Bizantina le hubiera 
 sacado los ojos como mínimo… 
 y después algo peor. 
 A pesar de la reforma luterana y 
 Tudor, como ya sabemos, hay 
 monjes benedictinos también 
 luteranos en Suecia y Anglicanos 
 en el Reino Unido. 
 Pero todos consideran el 
 patronazgo de la figura de San 
 Beda el Venerable, que fué - 
 ¿como no iba a serlo en su 
 época?- católico romano. 
 La misma Orden Teutónica, 
 afincada en Prusia, devino 
 mayoritariamente luterana con 
 el tiempo, pero nunca renegó 
 por ello de su historia como 
 católica cuando lo fué 
 anteriormente. 
 ¿O es que el Gran Maestre 
 Hermann Von Salza fué luterano 
 o bogomil? 
 Cuestionarlo solo, ya sería negar 
 sus orígenes. 
 Por todo lo expuesto es fácil 
 deducir que la Iglesia Ortodoxa 
 Bizantina no estuvo nunca 
 implicada en el hecho histórico 
 de las Órdenes Monástico- 
 Militares de Caballería nacidas 
 en el transcurso de las 
 Cruzadas. 
 Como quiera que el modelo 
 referencial de la Orden Interior 
 de los CBCS se inspira en el 
 arquetipo de la Caballería 
 Templaria, que nació y fué 
 siempre Católica Romana, es 
 vital que todo miembro del RER 
 provinente de la confesión 
 cristiana de la que venga 
 (luterana, evangelista, ortodoxa, 
 malankara, calvinista, anglicana, 
 melquita, hugonote, maronita, 
 baptista, anabaptista, 
 episcopaliana, presbiteriana, 
 copta o cualquier otra confesión 
 cristiana trinitaria, todas ellas 
 muy dignas de respeto y 
 consideración) que aspire a la 
 Caballería Bienhechora de la 
 Ciudad Santa, tenga claro que el 
 Temple fué, desde su génesis 
 hasta su disolución, católico 
 romano. 
 Los compromisos de la 
 Caballería en el seno del RER 
 son los que son ritualmente: 
 seguramente, cuando Willermoz 
 creó el RER, pensaría en el 
 cristianismo mayoritario en su 
 época, y que podria nutrir 
 sobradamente las filas 
 rectificadas: católicos romanos; 
 luteranos, evangelistas, 
 hugonotes y calvinistas; 
 anglicanos, episcopalianos, 
 prebiterianos…; obviamente 
 seria difícil que pensase en un 
 malankara llamando a la puerta 
 de una logia rectificada para 
 iniciarse en el RER. 
 Bienvenido hubiera sido, pero 
 realmente, la cosa pintaba 
 “difícil”. 
 Pero Willermoz sabía 
 sobradamente que el Temple 
 fué católico. 
 De la misma manera, en pleno 
 siglo XVIII, Willermoz más 
 difícilmente podría esperar una 
 gran afluencia de hermanos 
 ortodoxos griegos al seno del 
 RER: hasta los hechos -cuarenta 
 y pico años posteriores- de 1821 
 (Theodoros Kolokotronis -el 
 “Garibaldi” griego-, la heroica 
 Laskarina Bubulina -la “Agustina 
 de Aragón” o la “Mariana 
 Pineda” griega-, Missolonghi, 
 Lord Byron, el poeta mártir Rigas 
 Velestinlis Feralos, Ioannis 
 Kapodístrias, Dionisios Solomós 
 -el poeta normalizador del 
 griego y autor del himno 
 nacional griego, un poco entre 
 los catalanes Aribau y Pompeu 
 Fabra…-) Grecia formaba parte 
 del imperio turco otómano; y un 
 eventual “rectificado” ortodoxo 
 griego del momento hubiera 
 sido más candidato al 
 empalamiento que al 
 armamento como CBCS...