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16/11/13

Derinkuyu

En 1963, un habitante de Derinkuyu
(en la región de Capadocia, Anatolia
central, Turquía), derribando una
pared de su casa-cueva, descubrió
asombrado que detrás de la misma se
encontraba una misteriosa habitación
que nunca había visto; esta
habitación le llevó a otra, y ésta a
otra y a otra… Por casualidad había
descubierto la ciudad subterránea de
Derinkuyu, cuyo primer nivel pudo
ser excavado por los hititas alrededor
del año 1400 a.C.
Los arqueólogos comenzaron a
estudiar esta fascinante ciudad
subterránea abandonada.
Consiguieron llegar a los cuarenta
metros de profundidad, aunque se
cree que tiene un fondo de hasta 85
metros.
En la actualidad se han descubierto
20 niveles subterráneos. Sólo pueden
visitarse los ocho niveles superiores;
los demás están parcialmente
obstruidos o reservados a los
arqueólogos y antropólogos que
estudian Derinkuyu.
La ciudad fue utilizada como refugio
por miles de personas que vivían en
el subsuelo para protegerse de las
frecuentes invasiones que sufrió
Capadocia, en las diversas épocas de
su ocupación, y también por los
primeros cristianos.
Los enemigos, conscientes del peligro
que encerraba introducirse en el
interior de la ciudad, por lo general
intentaban que la población saliera a
la superficie envenenando los pozos.
El interior es asombroso: las galerías
subterráneas de Derinkuyu (en las
que hay espacio para, al menos,
10.000 personas) podían bloquearse
en tres puntos estratégicos
desplazando puertas circulares de
piedra. Estas pesadas rocas que
cerraban el pasillo impedían la
entrada de los enemigos. Tenían de 1
a 1,5 metros de altura, unos 50
centímetros de ancho y un peso de
hasta 500 Kilos.
En la imagen superior se aprecia
cómo la puerta circular de piedra
cerraba el pasillo, aislando a los
habitantes del subsuelo
Además, Derinkuyu tiene un túnel de
casi 8 kilómetros de largo que
conduce a otra ciudad subterránea
de Capadocia, Kaymakli.
De las ciudades subterráneas de esta
zona hablaba el historiador griego
Jenofonte. En su obra Anábasis
explicaba que las personas que vivían
en Anatolia habían excavado sus
casas bajo tierra y vivían en
alojamientos lo suficientemente
grandes como para una familia, sus
animales domésticos y los suministros
de alimentos que almacenaban.
En los niveles recuperados se han
localizado establos, comedores, una
iglesia (de planta cruciforme de 20
por 9 metros, con un techo de más
de tres metros de altura), cocinas
(todavía ennegrecidas por el hollín de
las hogueras que se encendían para
cocinar), prensas para el vino y para
el aceite, bodegas, tiendas de
alimentación, una escuela, numerosas
habitaciones e, incluso, un bar.
La ciudad se beneficiaba de la
existencia de un río subterráneo;
tenía pozos de agua y un magnífico
sistema de ventilación (se han
descubierto 52 pozos de ventilación)
que asombra a los ingenieros de la
actualidad...

Fuente:rincondelmisterio.com

2/7/12

Prípiat

Prípiat es una ciudad fantasma en la
zona de alienación al norte de
Ucrania en la región de Kiev, cercana
a la frontera con Bielorrusia. Debe
su nombre al río que atraviesa la
ciudad.
Esta ciudad es conocida porque
sufrió el peor accidente de la
historia de la energía nuclear el 26
de abril de 1986 cuando se produjo
el sobrecalentamiento y explosión
del reactor número 4 de la Central
Nuclear de Chernóbil, el cual emitió
500 veces más radiación que la
bomba atómica que cayó sobre
Hiroshima en 1945, por lo que la
ciudad se vio afectada por la
radiación y debió ser evacuada.
La evacuación fue llevada a cabo
pasados tres días por el ejército
ruso, la mayoría de los habitantes
fueron evacuados de sus casas para
protegerlos de la enorme radiación,
y los animales domésticos y el
ganado debieron ser sacrificados
para evitar la muerte y alteraciones
genéticas en sus descendientes.
La historia de Prípiat comienza el 4
de febrero de 1970 que fue cuando
lo constructores empezaron a
construir los primeros edificios. El
punto de localización de la ciudad
era muy estratégico, ya que se
encontraba encima de suelos
fértiles, cerca de una estación de
tren, una autopista y, por supuesto,
el río Prípiat.
La construcción de la ciudad fue
llevada a cabo por el Partido
Comunista de la Unión Soviética,
mientras Leonid Brezhnev era el
presidente.
Toda la información pudo ser
mostrada al exterior con los
fotógrafos que pudieron tomarle
fotos a la ciudad, antes del
Accidente de Chernóbil, fotógrafos
como Sergey Nachaev entre el
período de 1980-1983. Fotógrafos
como éste pudieron tomar fotos de
la Central Nuclear de Chernóbil en
su inauguración en 1983.
La ciudad se extendió y los primeros
habitantes en habitarla fueron los
constructores, que ganaron
experiencia, junto con varios
políticos soviéticos desde todos los
extremos de la URRS. Prípiat estaba
compuesta por varios microdistritos
(vecindarios), con un radial
atravesando el centro de la ciudad.
En la ciudad, los constructores
añadieron numerosas señales y
paneles luminosos, que fueron
acompañados de también
decoraciones de cerámica en las
fachadas de los edificios. La belleza
de la ciudad tenía que ser
fundamental para los trabajadores
de la central, y por eso se
contrataron arquitectos soviéticos
progresistas que pudiesen
visualizarlo. Uno de los sitios más
hermosos de la ciudad eran la
entrada a la ciudad, el Centro
Cultural Energetik, el Edificio de
Administración, el Café Prípiat (que
se encontraba cerca del río), y en el
centro de la ciudad el Lenin
Boulevard. La creatividad era
aprovechada por los arquitectos
ciudadanos que la incorporaban en
el paisaje de la ciudad.
Infraestructura
La primeras calles se llamaron
Enthusiasts (Entusiastas) y
Friendship of the People (Amistad
del Pueblo). A finales de 1985, en la
ciudad se encontraban un centro
cultural, una librería, un cine, un
hotel, una escuela de arte con una
sala de conciertos, instituciones
médicas, escuelas de formación
profesional, una escuela técnica de
ingeniería llamada Kuybyshevsk,
instituciones domésticas,
comedores, cafeterías, tiendas y más
de 10 guarderías.
Prípiat era un sitio de recreación en
el que vivían habitantes con una
media de 30 años. Los constructores
prestaron mucha atención a los
preescolares y las instalaciones
deportivas. Pero sobretodo
prestaron atención a la media de
edad ciudadana y pudo
comprobarse que en los primeros
habitantes la mayoría no eran
menores de 26 años. Más de 1000
bebés nacían cada año en Prípiat,
por lo que era muy habitual ver a las
madres casi todos los días con sus
bebés. Acordando con los planos
maestros del desarrollo de Prípiat,
se suponía que alcanzaría al menos
80.000 habitantes, la ciudad atómica
se esperaba que fuese una de las
más bonitas de toda Ucrania.

Gunkanjima

La Isla Hashima, también llamada
Gunkanjima, es una de las 505 islas
deshabitadas de la Prefectura de
Nagasaki. Esta isla de 480 m de largo
y 150 m de ancho está a unos 20 km
del puerto de Nagasaki. La isla
estuvo poblada entre 1887 y 1974
como una mina de carbón.
En 1890 Mitsubishi compró la isla y
se encargó de la construcción de
todo lo que había en la isla para
explotarla durante casi 100 años. En
aquellos años el petróleo se
convirtió en el sustituto del carbón y
por tanto la isla dejaba de ser
rentable, así que Mitsubishi anunció
el cierre de la mina en 1974 y
actualmente está deshabitada, por
eso la suelen llamar la Isla
Fantasma.
De acuerdo con un encargo
surcoreano, la isla fue habitada por
500 coreanos que habitaban la isla y
fueron forzados a trabajar entre
1939 y 1945, durante la II Guerra
Mundial.
En 1959 la isla, de un poco más de
un kilómetro cuadrado, llegó a
alcanzar una densidad de población
de 83.500 personas/km² para el
conjunto de la isla, y de 139,100
personas/km² en la zona
residencial, lo que supone
históricamente una de las mayores
densidades de población registradas
en el mundo.
Tras quedar abandonada, sus
edificios han sido expuestos al
embate del clima y la salinidad del
mar y se han deteriorado con
rapidez.

14/6/12

ODENSE (DINAMARCA) Una ciudad de cuento de hadas

No andaba equivocado el famoso
escritor de cuentos Hans Christian
Andersen cuando definió a su tierra,
Odense, como el «jardín de
Dinamarca», si tenemos en cuenta sus
paisajes y los abundantes huertos
frutales que la circundan. Odense es la
capital de la isla de Fionia, y ésta es el
paradigma de la Dinamarca más
bucólica e idílica que uno pueda
imaginarse.
Los daneses emplean la palabra
hyggelig (pronúnciese jíkeli) para
definir lo cálido, acogedor o cómodo.
Ninguna otra expresión podría
describir de mejor manera lo que se
siente cuando se descubren estas
tierras llenas de encanto y melancolía,
de cadencia y bienestar en el sentido
más espiritual de la palabra. Cada
punto es un encantador redil de magia
y fantasia. De ahí que no sea extraño
que en Odense nacieran dos de los
daneses más insignes: el propio
Andersen y el compositor Carl Nielsen.
Para impregnarse de esta singularidad,
no hay nada mejor que recorrer la isla
de Fionia empezando por su capital.
Odense, la tercera ciudad de
Dinamarca después de Copenhague y
Arhus, tiene unos 180.000 habitantes.
Uno de los lugares que más llama la
atención es, en su casco antiguo, la
profusión de una especie de espejos
retrovisores colocados junto a las
ventanas de las casas. Un instrumento
útil para que sus moradores puedan
ver lo que sucede en la calle sin
necesidad de asomarse. En realidad
esta técnica reemplaza a la costumbre
española de mirar tras las cortinas que
tapan los cristales, ya que, siguiendo la
tradición de los países luteranos, no
existen visillos porque en las casas no
hay nada que ocultar.
Deudora de su nombre al dios vikingo
Odín, aquí fue donde vino al mundo
en 1805 el escritor Hans Christian
Andersen –coincidiendo con su
nacimiento, el 2 de abril de cada año
se celebra el día internacional del libro
infantil y juvenil–.
Paradójicamente, el autor de cuentos
tan populares como La Sirenita o El
patito feo no fue profeta en su tierra
hasta el final de su vida. Nació en el
seno de una familia humilde, quedó
huérfano de padre a los 11 años y, tres
más tarde, se marchó a Copenhague
en busca de fama y fortuna como
artista teatral. Una aspiración que
nunca llegó a consumar. Sin embargo,
las lecturas que atesoró durante su
infancia le hicieron olvidar muy pronto
sus aficiones de actor para encaminar
su vida hacia el difícil mundo de la
literatura.
De hecho, cuando vivía en Odense fue
continuamente despreciado por sus
paisanos. Sin embargo, tras hacerse
famoso internacionalmente como
escritor de cuentos, se le rindieron
todo tipo de homenajes. En la
actualidad, Odense se ha convertido
en una localidad de cuento de hadas y
en ella todo gira alrededor de su hijo
predilecto. Incluso se ha diseñado una
ruta turístico-cultural, la Ruta
Andersen, que recorre los distintos
museos dedicados a su figura y el
romántico parque bautizado con su
nombre.
El recorrido comienza en la
«Andersens Barndomshjem», la
pequeña casa de la infancia de
Andersen, que habitó con apenas dos
años y donde se ha instalado una
parte poco importante de las obras del
célebre escritor de cuentos como
complemento de su casa-museo. La
casa-museo es centro de peregrinación
constante para los curiosos y los
amantes de la literatura, que llegan de
todos los rincones del planeta siendo
el segundo lugar más visitado de toda
Dinamarca, después de la inevitable
Sirenita de Copenhague, a la que, por
cierto, él mismo inmortalizó en su
popular narración. En este peculiar
museo se exponen documentos
pertenecientes al escritor, diferentes
ediciones de sus obras y sus 156
cuentos, traducidos y leidos en todo el
mundo. El museo incluye, asimismo,
algunos objetos intrigantes: fragmentos
de informes escolares, notas,
manuscritos, su título de la Universidad
de Copenhague, ilustraciones,
recuerdos de sus viajes e incluso la
cuerda que siempre llevaba consigo
para salir de las habitaciones de los
hoteles en caso de incendio.
La casa cultural del niño Fyrtojet (El
encendedor de yesca) es el anexo de
la casa-museo de Andersen y donde
durante el verano se escenifican sus
narraciones varias veces al día en un
teatro al aire libre. El actor danés
Torben Ivensen da vida al propio Hans
Christian Andersen, como narrador de
los cuentos, y el resto de personajes es
interpretado por niños y jóvenes
debidamente caracterizados.
En el interior de este centro cultural,
creado expresamente para ellos, los
pequeños pueden jugar a ser actores
con maquillaje incluido, dibujar, pintar,
tocar instrumentos, asistir a un teatro
de marionetas y, por supuesto, leer los
cuentos de Andersen.
La ruta finaliza en el Parque Andersen,
que se emplaza detrás de la Catedral
de San Canuto. Está presidido por una
estatua del escritor, y se trata de un
romántico jardín por donde discurre el
río Odense creando un ambiente de
verdor exuberante.
A las afueras de Odense, en el marco
incomparable de la campiña danesa, el
Den Fynske Landsby (Pueblo Fionés) es
un museo al aire libre que evoca las
casas rurales de Fionia del siglo
pasado, perfectamente instaladas y
restauradas, formando un poblado
típico danés con molinos de agua y de
viento. El descubrimiento de que
algunas familias fionias todavía siguen
utilizando los antiguos carromatos con
toldo, como caravanas –con botella de
butano a la vista en su parte trasera–
para pasar sus vacaciones
desplazándose a trote de caballo,
entronca con el espíritu campesino, no
exento de respeto por la naturaleza,
de la gente de esta hospitalaria tierra.
Fionia surte de cereales a toda
Dinamarca y los campos de trigo,
avena, cebada, forrajes o centeno se
suceden ante nuestra atónita mirada a
bordo de un moderno automóvil. Sin
embargo, una envidia sana merodea
en el fuero interno de todo aquel
amante de lo puramente idílico, ya que
te das cuenta que el viejo armatoste
con dos ruedas de madera se desplaza
al ritmo ideal para disfrutar del paisaje
y encaja perfectamente en el ambiente
pastoril que se respira allá por dónde
vayas.
Es una isla de cuento de hadas, la
musa, sin duda, de las fantasías de
Andersen, que hoy se han
transportado a la realidad haciendo
que sus pueblos parezcan salidos de
su imaginación.


PEDRO JAVIER DÍAZ-CANO

8/4/12

Preobrazhrndkoye

Preobrazhrndkoye fue una villa en el
distrito de Aleutsky en el Oblast de
Kamchatka, durante la Unión
Soviética. Estaba localizada en la Isla
Medny en el grupo de Islas del
Comandante, al este de la península
de Kamchatka, y sus restos todavía
permanecen impertérrimos ante las
vicisitudes del tiempo.
La villa se fundó a principios del
século XIX por colonos aleutas de la
Isla Attu, en las Islas Aleutianas, los
cuales se dedicaban a la pesca y a la
caza de ballenas y otros mamíferos
marinos.
Debido a la baja población, el
pueblo es abolido en la década de
1960 quedando únicamente las
casas de los pescadores y algunos
objetos.
Fuente:
www.ciudadesfantasma.blogspot.com/2010/05/preobrazhrndkoye.html?m=1