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1/4/13

EL ÁRBOL DEL DESPERTAR

El árbol Bodhi fue la ficus religiosa
bajo de la cual Buda (Siddhartha
Gautamá) se sentó a meditar en el
siglo VI a. C..
Según los textos budistas,
Sakhiamuni Gautamá se sentó
debajo de este árbol durante
semanas. Como empezó una terrible
tormenta, de debajo de las raíces
del árbol surgió Muchilinda, el rey
de los nagas (serpientes), se enroscó
alrededor de Gautamá y lo cubrió
con su caperuza. Gautamá
finalmente alcanzó la iluminación
espiritual y se convirtió en Buda (el iluminado) y originó el budismo.
Buda —lleno de gratitud hacia el
árbol, después de la iluminación—
se quedó ante el árbol con los ojos
abiertos sin parpadear durante una
semana entera.
Extraído de
http://www.arsgravis.com/?p=219

5/9/12

BUDISMO..UN TAL GAUTAMA

El budismo es una religión dharmica,
de tipo nastika, es decir, de las que
rechazan la autoridad de los vedas,
según los propios hindúes. Sería, valga
la paradoja, una religión atea.
Pero ¿Es filosofía?
Nuestra tesis inicial es que si, aunque
solo sea por la increíble contribución
que aporta a la ética y a la moral, más
que porque desarrolla complejos y
elaborados estudios, al modo
occidental, sobre cosas como el Ser, el
Orden…
Pero antes de seguir, empecemos por
hacer un breve retrato biográfico de su
fundador, un tal Gautama…
Siddhartha Gautama, así se llama
nuestro protagonista, nació en
Lumbini, en el Nepal y vivió
aproximadamente entre los años 566 y
478 a. C., a finales de lo que se conoce
como periodo védico, esto es, cuando
se terminó de componer el rigveda.
Siddhartha nació dentro del noble clan
de los Sakka (o Śākya), en una zona
donde pasaban bastante del
brahmanismo, apoyándose en las
ideas de los dirigentes de cada pueblo,
como era, por ejemplo, su padre,
Sudhodana, considerado
posteriormente por la tradición como
un rey, pero que, seguramente, era un
mero jefe de una tribu local.
De su infancia, como es de esperar, no
se tienen demasiados datos, aunque
se suele suponer que vivió rodeado de
abundancia, en una vida totalmente
palaciega. Una profecía anunció que
sería un gran sabio y religioso, lo que
motivó que su padre, deseoso de que
su hijo continuase su legado como jefe
de la tribu, lo colmase de atenciones y
lujo, alejándolo de la dureza de la vida
más allá del palacio, pensando que así
no tendría inquietudes religiosas.
Con dieciséis años se casó con
Yasodhara y a los veintinueve tuvo un
hijo llamado Rahula. Y es precisamente
con esta edad cuando empezó a tener
curiosidad por lo que había en el
mundo exterior, pidiéndole permiso a
su padre para visitarlo, que accedió, no
sin antes asegurarse de que todo
estuviese arreglado para que su hijo
no se impresionase con nada. Sin
embargo los dioses (sic) se encargaron
de que viera a un enfermo, un anciano
y un muerto. El cochero que lo llevaba,
además, le explicó que esas tres cosas,
la enfermedad, la vejez y la muerte,
nos afectan a todos, creando una
enorme inquietud en el hombre.
Otras versiones indican que llegó a esa
angustia existencial mediante una
prolongada reflexión.
Sea como sea, lo cierto es que esto
marcó un antes y un después en la
vida de Siddhartha: se dio cuenta de
que él también estaba sujeto a ese
mismo sufrimiento y llegó a la
conclusión de que era imposible ser
feliz si esto era lo que le deparaba la
vida. Así, durante otra salida al exterior,
el joven Gautama vio a un samana (un
anacoreta, un monje mendicante), y se
quedó pillado con su carácter apacible.
Así que decidió llevar ese estilo de
vida, abandonando a su esposa e hijo,
convirtiéndose en un asceta.
Desde entonces Siddhartha se dedicó
a ir en busca de maestros espirituales
que le ayudarán en su objetivo de
acabar con el sufrimiento existencial. El
primero fue un maestro llamado Alara
el Kalama, de quien aprendió el estado
meditativo llamado “esfera de la
nada”, consistente en un trance en el
que la mente permanece fija en el
pensamiento de la nada. El segundo
fue Udakka, del que aprendió otro
estado meditativo, el de la “esfera de
ni cognición ni no cognición”, en el que
el nivel de conciencia se atenúa. Estos
dos métodos los absorbería para su
propio sistema posterior.
Tras dejar a Udakka, se instaló en un
bosque para vivir como los ascetas que
se automortificaban, practicando la
técnica de la no-respiración y
comiendo tan solo unas pocas
legumbres al día. Se dice que
permaneció así seis años, tras los
cuales y agotado física y mentalmente,
se dio cuenta de que la vía ascética era
incompatible con la vida.
Así que siguió su búsqueda, su
camino. Pero ahora tenía dos
conocimientos nuevos: que el
ascetismo extremo no conducía a la
liberación total, sino que era preciso
algo más; y segundo, que, alcanzado
cierto punto, ningún maestro era
capaz de enseñar nada más.
Siddhartha partió decidido a no seguir
buscando fuentes externas de
sabiduría, sino a encontrarlas dentro
de sí mismo.
Libre, por fin, de obstáculos
espirituales, Gautama se entregó a la
meditación bajo un tipo de árbol que
luego pasaría a denominarse árbol de
la iluminación. Durante tres lunas
llenas se entregó al desarrollo de un
conocimiento tripartito consistente en
un proceso de recuero de sus vidas
anteriores, la visión del renacer de los
demás de acuerdo con su propio
karma y la destrucción de las ideas
impuras que alejan de la iluminación.
Y por fin su mente se “iluminó”. Tras
siete años de viaje y meditación, en
Bodhgaya vio la luz.
Pero aun permaneció cuatro semanas
más bajo el árbol, pensando en la
posibilidad de enseñar a otros esta
forma de llegar al conocimiento: “¿Por
qué entregar al mundo lo que
conquisté en dura lucha? La verdad
sigue oculta para quien se deja
arrastrar por deseos y ansiedades. Es
difícil, misteriosa, profunda y huidiza a
los groseros sentidos. Quien tiene los
sentidos sumidos en las tinieblas pos
vestido terrestre, no puede contemplar
la autentica realidad”
Fue gracias a la intercesión del dios
Shampati, cuenta la leyenda, que
Gautama, ahora ya Buda (Iluminado)
decidió enseñar a la humanidad:
“Quien tenga oídos que escuche la
palabra y crea, porque no renuncio a
comunicar la palabra al mundo para
salvarle de inútiles sufrimientos”.
Así acude en primer lugar a sus dos
primeros maestros, pero ya habían
muerto. Así que va a donde sus
compañeros ascetas, que, en un
primer momento lo tratan con recelo,
pero que, posteriormente, tras
escuchar su mensaje, se prestaron a
seguir sus enseñanzas. Dio así su
primer sermón, llamado “Sermón de
Benarés”, donde explicó la existencia
de un camino medio entre los placeres
sensuales y la automortificación. El
camino Sagrado Óctuple. Y también les
explicó las Cuatro Nobles Verdades,
como el sufrimiento forma parte de la
vida, como este se genera a partir del
deseo y como su método puede
acabar con él y llegar al Nirvana.
Poco a poco fue ganando seguidores y
discípulos, conforme iba dando
nuevos sermones. Y estos discípulos,
entre los que destacan Sariputra y
Maudgalyayana, iluminados
comenzaron a enseñar a otros,
ganando adeptos con bastante éxito,
más que nada porque se trataba de un
mensaje universal que se oponía a la
diferenciación social de las castas
indias (un éxito similar al cristianismo,
dirigido a las clases sociales menos
favorecidas)
Siddhartha Gautama murió alrededor
del año 486 a. C., a los 80 años de
edad, parece ser por culpa de una
intoxicación alimenticia chunga, que, a
pesar del dolor, soportó con entereza.
Viendo la muerte cerca, se acostó en
un bosque en Kusinagara, donde
alcanzó la paz completa, el Para
Nirvana (estado al que acceden,
después de morir, los que han
alcanzado el nirvana en vida). Antes de
expirar dijo el Nirvana Sutra, donde
resume toda su enseñanza y aclara los
puntos que él vio que no estaban bien
comprendidos.
Sus últimas palabras fueron: “Os
suplico que os dediquéis por completo
a la salvación del prójimo; sed fogosos
y atentos. No olvidéis que la
destrucción es la condición de todo lo
compuesto y que la verdad es eterna”.
Después de ser incinerado, sus restos
fueron colocados en ocho estupas en
diferentes cruces de camino, como era
su deseo

13/5/12

EL NIÑO QUE NO QUISO SER LAMA

Osel Hita Torres
saltó a los titulares de los periódicos y
a las noticias por haber sido
identificado como la reencarnación del
Lama Yeshe (fallecido en 1984), uno de
los principales introductores del
budismo en Occidente (este y el lama
Zopa crearon la Foundation for
Preservation of Mahayana Tradition
(FPMT), organización que se ha
convertido en una de las más
importantes e influyentes en el
budismo occidental)
Pues bien, fue precisamente este Lama
Zopa el que a los catorce meses lo
identificó como el tulku, es decir, la
reencarnación del Lama Yeshe, tras
más de un año buscandolo, gracias a
varias visiones oníricas que lo
condujeron a la cuna de Osel, nacido
el 12 de febrero de 1985 y que asistía
desde bebe, con sus padres, a un
centro de budistas de la Alpujarra
Granadina (hoy conocido,
precisamente, como Centro de Retiros
O Sel Ling, en su honor), afiliado a la
FPMT. Sus padres vivían en Bubión,
una localidad cercana… y allí fue
“encontrado” por el tal Lama Zopa.
El proceso para comprobar que
realmente Osel era el Lama fue tan
puntilloso como suele serlo, e incluyó
el reconocimiento de objetos
personales de Yeshe. Una vez
identificado, con seis años por el
propio Dalai Lama (entre otros ocho
aspirantes), a Osel le vistieron de rojo
azafrán, le pusieron un gorro amarillo
y le llevaron a la India, al monasterio
de Sera, para iniciar la formación
adecuada para convertirse en la
cabeza visible de la organización
creada por Yeshe y ser el continuador
de su tarea.
Allí fue alejado de su familia, recluido
en un mundo donde fue adorado
como una divinidad y educado en la
disciplina monacal más férrea, dura y
alienante.
“Con 14 meses ya me habían
reconocido y llevado a la India. Me
vistieron con un gorro amarillo, me
sentaron en un trono, la gente me
veneraba... Me sacaron de mi familia y
me metieron en una situación medieval
en la que he sufrido muchísimo. Era
como vivir en una mentira”, dice el
propio muchacho en una entrevista
concedida hace un par de años al
periódico español El Mundo.
De hecho, a los ocho años, cuando
solo llevaba dos allí, el chaval grabó
una cinta que envió a su madre:
“¡Mamá, ven y sácame de aquí!”. Ésta
fue y lo sacó del monasterio. Pero tras
una reunión de urgencia en Londres
con líderes del rollo, todo pareció
volver a la calma, y Osel volvió a Sera.
El budismo pudo más que el
sufrimiento del muchacho.
“Era muy rebelde, siempre lo he sido.
La única forma de controlarme era a
base de palos. Hacía muchas
gamberradas. Me negaba a hacer lo
que tenía que hacer y hacía lo que no
estaba permitido”
Fue creciendo, y aunque durante su
adolescencia estuvo varias veces en su
pueblo alpujarreño, Bubión, donde su
padre aún mantiene una casa, eso sí,
sin descuidar nunca los estudios de
filosofía tibetana. Allí se asombraba
muchísimo si veía una pareja
besándose ("mamá, mira qué
guarrería"), se empeñaba en jugar a
las máquinas en el bar, desconocía los
helados, se sorprendía con las niñas,
estaba encantado con los vídeos y los
pepinillos en vinagre y no entendía
muy bien que los demás niños del
pueblo no le reconocieran también
como lama reencarnado…
Pero siempre regresaba a la India…
aunque en su interior se iba gestando
una decisión que tomaría nada mas
cumplir la mayoría de edad: cuando
celebró su 18 aniversario dijo “basta”,
“ahí os quedáis” (dirigido a los otros
5.000 monjes varones), abandonó el
monasterio y se marchó a conocer el
mundo: estuvo en Canadá (en 2004),
en Suiza, en Estados Unidos y en algún
país mas, para acabar finalmente en
Madrid, donde estudió dos años de
Dirección de Cine y completó la
diplomatura con un tercer curso de
Dirección de Fotografía.
“Mi crecimiento se frenó y hay muchos
aspectos en los que aún tengo que
madurar: convivencia, sociabilidad,
conocerme mejor y saber quién
soy...Muchas veces me sorprendo a mí
mismo con reacciones en las que no
me reconozco, sobre todo en las
relaciones, que es donde realmente
vemos nuestros colores”, dice en la
misma entrevista de El Mundo.
Hoy en día vive en Madrid, luce melena
larga, perilla y patillas pobladas, una
camiseta desgastada y un par de
zapatillas negras agujereadas. Es un
activista pacifista y, como decíamos, no
ha renunciado al budismo. Aunque de
hecho, a la pregunta de si sigue
siendo budista dijo: “No, soy agnóstico
científico espiritual. Creo en la
consciencia y en las vidas pasadas y
futuras. Para mí la vida no termina
cuando se muere porque si no, no
tendría sentido. El cerebro no puede
ser lo único que nos mantiene vivos.
Aparte está el alma, la consciencia o el
ser, que es algo más eterno”
(Eso sí, de sus gastos parece se ocupa
la FPMT, ya que Osel no se ha
desentendido de la misma, que cuenta
con más de 130 centros en todo el
mundo).
El caso es que el chaval no ha hecho
nada más y nada menos que buscar su
camino, alejándose de la dura y férrea
disciplina de un monasterio en el que
se pasaba 14 horas al día rezando y
estudiando movidas budistas, rodeado
de miles de varones que le adoraban
como a un semidios, sin conocer mujer
y sin posibilidad de salir libremente
durante doce largos años. Si esto
fuese otro tipo de organización y no
una religión tan positivamente vista
para muchos, estaríamos hablando de
una secta destructiva.
Hoy, alejado del monasterio, busca su
camino, algo que sin duda el viejo
Buda alabaría, pues en el Camino
Medio, en el camino propio, esta la
virtud.
“Nunca me voy a sentir preparado
para adoctrinar a nadie. No puedo
pasar mis ideologías porque yo mismo
las estoy cambiando constantemente.
No puedes decirle a nadie "esta es la
verdad, cógela" porque nunca será su
verdad sino la tuya. Cada uno debe
buscarse dentro porque cuanto más
busques fuera más te alejas de tu ser.
Lo importante es nuestro interior, un
universo mucho más grande que el
que hay afuera”
Como curiosidad mencionar que
durante el tiempo que el actor Richard
Gere pasó en Sera, asistiendo a las
enseñanzas del Dalai Lama, fue alojado
en la cabaña vecina a la de Osel. Éste
se encontraba todas las mañanas al
actor (“un tío fenomenal, muy majo”,
dice en la entrevista de El Mundo),
pero nunca pudo comentarle sus
dotes interpretativas porque no había
visto sus películas.
La tele está prohibida en Sera.
Las últimas noticias dicen que quiere
montar en Ibiza una aldea ecológica,
donde se impartirían cursos de yoga y
meditación ( http://
www.diariodeibiza.es/pitiuses-
balears/2012/01/23/osel-nino-lama-
quiere-crear-aldea-ecologica-
ibiza/532673.html )
Mas info y fuentes por aquí: http://
www.elmundo.es/
elmundo/2009/05/30/
espana/1243716606.html , aquí: http://
www.elblogalternativo.com/2009/06/12/
la-historia-de-osel-una-estrella-
errante-de-nino-lama-reencarnado-a-
joven-agnosico-y-libre/ , aquí: http://
www.elcomercio.es/v/20120116/gente/
osel-sera-lama-20120116.html y aquí:
http://www.oseling.com/index.php y
aquí: http://www.elmundo.es/
larevista/num129/textos/lama1.html y
aquí: http://
blogs.periodistadigital.com/
politicamenteacorrecto.php/2009/06/01/
p235486 (con la noticia y entrevista de
El Mundo completa)