Hay dos clases de números con las que 
 la mayoría de nosotros está 
 familiarizado: los números positivos 
 (+5, +17,5) y los números negativos (-5, 
 -17,5). Los números negativos fueron 
 introducidos en la Edad Media para 
 poder resolver problemas como 3 - 5. 
 A los antiguos les parecía imposible 
 restar cinco manzanas de tres 
 manzanas. Pero los banqueros 
 medievales tenían una idea muy clara 
 de la deuda. «Dame cinco manzanas. 
 Sólo tengo dinero para tres, de modo 
 que te dejo a deber dos», que es como 
 decir (+3) - (+5)= (-2). 
 Los números positivos y negativos se 
 pueden multiplicar según reglas bien 
 definidas. Un número positivo 
 multiplicado por otro positivo da un 
 producto positivo. Un número positivo 
 multiplicado por otro negativo da un 
 producto negativo. Y lo que es más 
 importante, un número negativo 
 multiplicado por otro negativo da un 
 producto positivo. 
 Así: (+1 )x (+1) = (+1); (+1)x (-1) = (-1); 
 y (-1)x (-1) = (+1). 
 Supongamos ahora que nos 
 preguntamos: ¿Qué número 
 multiplicado por sí mismo da +1? O 
 expresándolo de manera más 
 matemática: ¿Cuál es la raíz cuadrada 
 de +1? 
 Hay dos soluciones. Una es +1, puesto 
 que (+1) x (+1) = (+ 1). La otra es -1, 
 puesto que (-1) x (-1) = (+1). Los 
 matemáticos lo expresan en su jerga 
 escribiendo "raiz cuadrada" de +1 = ± 
 1 
 Sigamos ahora preguntando: ¿Cuál es 
 la raíz cuadrada de -1? 
 Aquí nos ponen en un brete. No es + 
 1, porque multiplicado por sí mismo da 
 +1. Tampoco es -1, porque 
 multiplicado por sí mismo da también 
 +1. Cierto que (+1) x (-1) = (-1), pero 
 esto es la multiplicación de dos 
 números diferentes y no la de un 
 número por sí mismo. 
 Podemos entonces inventar un 
 número y darle un signo especial, por 
 ejemplo # 1, definiéndolo como sigue: 
 # 1 es un número tal que (# 1) x (# 1) 
 = (-1). Cuando se introdujo por vez 
 primera esta noción, los matemáticos 
 se referían a ella como un «número 
 imaginario» debido simplemente a que 
 no existía en el sistema de números a 
 que estaban acostumbrados. De hecho 
 no es más imaginario que los 
 «números reales» ordinarios. Los 
 llamados números imaginarios tienen 
 propiedades perfectamente definidas y 
 se manejan con tanta facilidad como 
 los números que ya existían antes. 
 Y, sin embargo, como se pensaba que 
 los nuevos números eran 
 «imaginarios», se utilizó el símbolo «i». 
 Podemos hablar de números 
 imaginarios positivos (+i) y números 
 imaginarios negativos (-i), mientras que 
 (+1) es un número real positivo y (-1) 
 un número real negativo. Así pues, 
 podemos decir "raiz cuadrada" de -1 = 
 +i. 
 El sistema de los números reales tiene 
 una contrapartida similar en el sistema 
 de los números imaginarios. Si 
 tenemos +5, -17,32, +3/10, también 
 podemos tener +5i, 17,32i, +3i/10. 
 Incluso podemos representar 
 gráficamente el sistema de números 
 imaginarios. 
 Supóngase que representamos el 
 sistema de los números reales sobre 
 una recta, con el 0 (cero) en el centro. 
 Los números positivos se hallan a un 
 lado del cero y los negativos al otro. 
 Podemos entonces representar el 
 sistema imaginario de números a lo 
 largo de otra recta que corte a la 
 primera en ángulo recto en el punto 
 cero, con los imaginarios positivos a un 
 lado y los negativos al otro. Utilizando 
 ambos tipos al mismo tiempo se 
 pueden localizar números en cualquier 
 lugar del plano: (+2) + (+3i) ó (+3) + 
 (-2i). Éstos son «números complejos». 
 Para los matemáticos y los físicos 
 resulta utilísimo poder asociar todos 
 los puntos de un plano con un sistema 
 de números. No podrían pasarse sin 
 los llamados números imaginarios. 
  
 De Isaac Asimov 
  
 FUENTE: 1973. Asimov, Isaac: “100 
 preguntas básicas sobre la Ciencia”. 
 Alianza Editorial S.A.
