En Asia central, en el Himalaya occidental, en 
 las cordilleras del Indu-Kust y Karakorum 
 coincidente con el actual norte de Pakistán, 
 existen dos pueblos aislados y de origen 
 desconocido y remoto, sin relación étnica 
 con los pueblos que les rodean…… los 
 Hunza y los Kalash. 
 Las crónicas más antiguas afirman que en 
 estos apartados lugares, las tropas del 
 ejército de Alejandro Magno, dejar.     .on su 
 huella genética. El caso es que es una típica 
 zona de paso, cuyo dominio implica el 
 derecho a disfrutar de las ventajas 
 estratégicas que da el controlar rutas que 
 llevan a China (la famosa Ruta de la Seda, y 
 no sólo seda, sino todo tipo de telas, por no 
 hablar de la lucrativa ruta del opio), Persia, 
 India y las interminables estepas eurasiáticas 
 de los pueblos turco-mongoles y, más allá, 
 eslavos. 
 Con los siglos, y al refugiarse de otras 
 invasiones en las montañas, estos pueblos 
 habrían mantenido su cultura y rasgos 
 étnicos diferenciales. No sólo ciertos 
 rasgos culturales han hecho suponer que 
 pueden ser descendientes de colonias 
 griegas establecidas en la región hacia el s. IV 
 adC, sino sus fisiotipos: suelen tener una 
 importante frecuencia de individuos con ojos 
 y cabellos claros aspecto por el cual habría 
 alguna semejanza con los antiguos griegos. 
 Un equipo de científicos Griegos, Pakistaníes y 
 Norteamericanos ha realizado recientemente 
 un estudio genético sobre esta gente, 
 llegando a la conclusión que existe una 
 pequeña contribución griega en las 
 características de los Hunza, no así en los 
 Kalash, a la que califican como la población 
 más aislada genéticamente. 
 El valle de Hunza es un valle que se 
 encuentra a unos 2.400 metros de altura, 
 formado por el río Hunza, cercano a Gilgit y 
 Nagar, situado en los Gilgit-Baltistán de 
 Pakistán. 
 El término hunzabut agrupa a dos pueblos 
 que habitan la zona a orillas del río Hunza: 
 los wakhi y los burusho. Los burusho 
 constituyen la mayoría de la población. 
 Algunos sostienen que su procedencia se 
 remonta a los soldados de Alejandro Magno, 
 otros relatan que anteriormente su pueblo 
 vivía más al este, en Baltistán. 
 Un antiguo mito presenta a los hunzabut 
 como un pueblo ancestral y sabio, sin 
 conflictos ni enfermedades e inmerso en una 
 vida apacible. Cierto es que aún hoy sus 
 gentes se caracterizan por la cordialidad, 
 cortesía y tolerancia. Pero también existen 
 tradiciones orales que narran los orígenes de 
 las familias reales de la zona, enfrentadas en 
 guerras y unidas en alianzas mediante 
 conocidos intercambios de princesas, 
 costumbre arraigada en todas las regiones 
 colindantes. 
 Este pueblo es tolerante también en el ámbito 
 matrimonial. Generalmente los enlaces son 
 acordados por los padres, fuera del propio 
 clan, pero si los jóvenes alegan su 
 incompatibilidad para la convivencia pueden 
 obtener el divorcio . La joven recién casada 
 se desplaza a la casa del marido, pero hace 
 frecuentes visitas a su familia, que pueden 
 durar hasta un año. Aunque la propiedad y la 
 tierra la heredan los varones, la mujer recibe 
 una dote, generalmente destinada a poder 
 abastecer a su familia. Los hunzabut son 
 musulmanes, pero las mujeres no utilizan 
 ningún tipo de velo, ni se cubren el rostro, 
 la sociedad es totalmente igualitaria para 
 ellas. Es misión de las mujeres conservar y 
 almacenar los alimentos. Esta función, que 
 puede parecer de poca importancia, es vital 
 para los hunzabut, ya que si se gasta 
 demasiado alimento en verano, puede haber 
 escasez durante el invierno. 
 Hasta antes del Siglo XX, los hunza tenían 
 una esperanza de vida altísima , sobre los 
 100 años, gracias al estilo de vida, a la dieta y 
 a su hábito de aprovechar los huesos de 
 albaricoque (masticar las semillas de las 
 manzanas libera como un "jarabe" que es 
 similar a la sustancia del hueso de 
 albaricoque, y que se considera sumamente 
 beneficioso). 
 Estas gentes hablan un idioma muy antiguo y 
 aislado, el Burushaski, al que algunos 
 comparan con algunas lenguas Caucásicas y 
 con el Euskara. En Hunza la educación es 
 una prioridad , al contrario que en Pakistán, y 
 las escuelas están repletas de niños. La 
 alfabetización de la zona se encuentra 
 sobre el 90%, la mayoría de los niños 
 terminan la educación secundaria y la 
 prosperidad está a un buen nivel a pesar de 
 que estamos hablando de un terreno 
 montañoso sumamente aislado.A menudo 
 tienen que dar clases en el exterior, sin más 
 muros que las montañas, los árboles son los 
 pilares y el cielo por techo. 
 Los Kalash (“hombres de negro” según los 
 Pashtun) son una comunidad pequeña que 
 vive en tres valles del Indu-Kust, el valle de 
 Birir, Bumburet y Rumbur. Valles de Chitral 
 con capital del mismo nombre. En esta región 
 viven unas 3.000 personas distribuidas entre 
 la capital y numerosas aldeas. No son 
 musulmanes y siguen practicando su antigua 
 religión animista y politeista. 
 Estas aldeas que disfrutan cantando y 
 bailando, sufren el acoso de los musulmanes 
 que confunden la forma natural de 
 relacionarse entre ellos con la promiscuidad. 
 Las mujeres Kalash gozan de libertad para 
 casarse con quien quieran, si la pretendida 
 tiene novio, el segundo pretendiente tendrá 
 qua aportar el doble para conseguirla. Si las 
 mujeres son maltratadas se pueden divorciar. 
 Su cuidado personal también es 
 esmerado . Las mujeres elaboran 
 complicados tocados que adornan con 
 conchas de colores, cuentas y otros útiles. Su 
 larga cabellera, sus numerosos collares y sus 
 coloridas ropas contrastan con las de sus 
 vecinos musulmanes. Llama la atención el 
 esmero que ponen en el decorado de sus 
 hogares, con dibujos geométricos y 
 mitológicos que incluyen cuernos de cabra 
 tallados -símbolo alejandrino-. 
 Viven en las laderas de las montañas a 2000 
 m. de altitud, donde cultivan en terrazas, 
 maíz, trigo, judías, arroz y uva. La vid es 
 sagrada y es sacrilegio comerla e incluso 
 tocarla antes de la vendimia. En Pakistán 
 esta prohibido el consumo de alcohol y 
 solamente en estos valles está permitido 
 hacer vino. Es llamativa también la red de 
 canales que construye y mantiene este pueblo 
 para conseguir el agua que baja de las 
 montañas. Ocuparse de la que la ingeniosa 
 red, formada por piedras y troncos, es tarea 
 de las mujeres. 
 Existe entre ellos una tradición, el Biramor , 
 por la cual una persona adquiere prestigio 
 social de por vida para él y para sus 
 descendientes. Se trata de compartir en una 
 fiesta todos sus bienes con los demás, en 
 un gran dispendio de comida, bebida y 
 regalos, que conferían al anfitrión el título de 
 gadeirak. La riqueza es pues un argumento 
 de prestigio y no hay mayor prestigio, en el 
 sentido de la grandeza, que repartir lo 
 que se tiene. 
 Jordi Magraner , zoólogo de 35 años, se fue 
 a vivir a las montañas de Pakistán 
 “en busca de nuevas especies animales, 
 sobre todo de pájaros, reptiles y batracios…”. 
 No aludió al principal objetivo de la misión: 
 buscar al Barmanu, el Yeti de la región de 
 Chitral. Fue asesinado allí mismo por los 
 talibanes, en agosto del 2002, tras 9 años 
 conviviendo con los Kalash. El libro de Gabi 
 Martinez "Sólo para gigantes” sobre su vida lo 
 describe así: 
 “Descubrir que en tres valles de Chitral vivía 
 una tribu pagana de origen indoeuropeo 
 capaz de producir vino y cuyas mujeres iban 
 con la cara no sólo destapada sino que 
 también se la pintaban, fue lo que había 
 terminado de convencerle de que aquel iba a 
 ser su destino. Por eso debía de sentir esos 
 nervios. Había que reconocerlo, estaba 
 ilusionado. Qué ganas tenía de ver a los 
 Kalash”. 
 “Para Gyuri, Jordi encarnaba la felicidad, 
 siempre comiendo y bebiendo de todo. Hacía 
 del sentirse bien y ser feliz y vivir la vida a 
 fondo una parte fundamental de su 
 identidad. Demostraba una devoción casi 
 mística por el carpe diem, sin duda eso tenía 
 que ver con su deseo de vivir de acuerdo con 
 los kalash y los elementos fundamentales que 
 nos definen como seres humanos: la 
 camaradería, el amor por la diversión, la 
 música, el baile, la cultura, proteger a los 
 pobre, el medio ambiente, el amor en 
 general”. 
 Jordi no lo sabía, había descubierto al 
 verdadero gigante Barmanu dentro de los 
 Kalash: 
 la grandeza del ser humano. 
 Fuentes: 
 http://www.historiaclasica.com/2008/04/los- 
 kalash-el-pueblo-perdido-de.html 
 http://www.celtiberia.net/articulo.asp? 
 id=1552#ixzz1p7yWtVrU 
 http://64.233.161.104/search?q=cache:- 
 dHueZvSLsgJ:dienekes.ifreepages.com/blog/ 
 archives/2004_02.html+burusho 
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