El papiro de Derveni, datado en el siglo 
 V a. C., es un rollo de papiro que 
 contiene el comentario de un poema 
 órfico. Se le considera el manuscrito 
 más antiguo de Europa. Fue hallado en 
 1962 en unas excavaciones 
 arqueológicas que se llevaron a cabo 
 en la localidad de Derveni, a 10 km al 
 noroeste de la ciudad griega de 
 Salónica, en Macedonia. Se 
 encontraron 226 pequeños fragmentos 
 de papiro quemado, en el interior de 
 un jarro de bronce que también 
 contenía una corona de oro y otros 
 objetos funerarios. Los restos han sido 
 restaurados y se exponen en el Museo 
 Arqueológico de Tesalónica. 
 La reconstrucción del papiro se ha 
 realizado sobre un cilindro de unos 
 tres metros de largo y de 9,5 
 centímetros de ancho y ha permitido 
 rescatar veintiséis columnas de texto; 
 de cada una de ellas se pueden leer las 
 10 o 12 primeras líneas. Se trata de 
 fragmentos religiosos que tratan sobre 
 el conocimiento de Dios y del 
 misticismo. Ofrecen, además, una 
 versión de la teogonía propia de la 
 región de Tracia de aquel momento y 
 las ceremonias religiosas que describe 
 se consideran los primeros pasos hacia 
 el monoteísmo. 
 El papiro fue traducido al inglés en 
 2005 por un equipo de expertos 
 internacionales dirigidos por el 
 académico de Oxford, Dirk Obbink, con 
 financiación del gobierno griego, y 
 finalmente publicado en 2006. 
 Se trata de una obra atípica: el autor 
 cita en ella un pasaje de Heráclito, se 
 refiere a ciertas cuestiones religiosas y 
 desde el final de la columna VII se 
 centra en comentar extensamente 
 unos versos que atribuye a Orfeo. No 
 es un comentario literario, sino 
 pretendidamente filosófico en que el 
 autor trata de explicar el «verdadero» 
 sentido que tienen los versos que, 
 según él, no es el que aparentan tener. 
 Considera que Orfeo le da al lenguaje 
 común un sentido deliberadamente 
 oculto y alegórico para que sus 
 palabras sólo sean entendidas por 
 iniciados. La interpretación del 
 comentarista es totalmente física, muy 
 influida por los filósofos presocráticos 
 como Anaxágoras, Heráclito, Leucipo y 
 Diógenes de Apolonia. Sin embargo, 
 parece ignorar completamente a 
 Platón, lo que ha llevado a datar su 
 texto hacia el 400 a. C. 
 En cuanto a la identidad del autor del 
 comentario se ha pensado en Eutifrón, 
 personaje de los diálogos platónicos, 
 el sofista Pródico de Ceos o incluso 
 autores menos conocidos como 
 Epígenes, Metrodoro o Diágoras. Se ha 
 demostrado también que el 
 comentario no era un texto privado de 
 círculos órficos, ni secreto, sino que 
 tuvo cierta circulación, ya que fue 
 conocido y citado por otros autores 
 como Filócoro y un escoliasta de 
 Hesíodo. 
 El himno presenta coincidencias 
 significativas con otros poemas órficos 
 tardíos, lo que indica que existía una 
 gran continuidad en la tradición órfica. 
 Por ejemplo, el verso introductorio, 
 que hace las veces de proemio, al igual 
 que en otros poemas órficos es 
 «Hablaré a quienes es lícito; cerrad las 
 puertas, profanos». 
 Fuente: La wiki
