Todos los años, únicamente en 
 unos pocos días de febrero y 
 durante unos pocos minutos al día, 
 el sol incide en un ángulo especial 
 sobre la cascada Cola de Caballo, 
 del Parque Nacional de Yosemite 
 (E.E.U.U.). 
 En esos momentos el sol hace que 
 el agua se incendie y parezca en 
 llamas. 
 Para conseguir ver este espectáculo 
 es necesario que ocurran 
 simultáneamente tres cosas: que ese 
 año haya suficiente agua, tiene que 
 hacer sol a última hora de la tarde y 
 el acantilado que hay a su izquierda 
 debe quedar en la sombra para 
 hacer posible el increíble contraste. 
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